Una grieta en Fukushima filtra radiactividad al mar
Los t¨¦cnicos intentan sellar la brecha abierta bajo el reactor 2 - El primer ministro japon¨¦s visita por primera vez la zona siniestrada
El monstruo de Fukushima se torna cada d¨ªa m¨¢s incontrolable. Tokyo Electric Power (Tepco), la compa?¨ªa que opera esa central nuclear japonesa, asegur¨® ayer que ha descubierto una grieta de 20 cent¨ªmetros en un foso de contenci¨®n de hormig¨®n en el reactor n¨²mero 2, de los seis que tiene la planta, por la cual se sospecha que se est¨¢ fugando agua con alta radiactividad al mar. El aire encima de la estructura ha dado una radiaci¨®n de 1.000 milisievert por hora. Una exposici¨®n a 500 milisievert en un corto periodo de tiempo puede incrementar el riesgo de sufrir un c¨¢ncer a largo plazo. Los expertos, sin embargo, afirman que la radiactividad se diluye con rapidez en el oc¨¦ano. Tepco intenta ahora sellar la rotura.
El ¨ªndice de yodo radiactivo en el agua alcanz¨® 4.385 veces el l¨ªmite legal
165.000 personas siguen viviendo en refugios y 260.000 casas est¨¢n sin agua
En los ¨²ltimos d¨ªas, hab¨ªan sido detectados altos ¨ªndices de yodo radiactivo en el mar cerca del complejo at¨®mico, que el jueves pasado alcanzaron 4.385 veces el l¨ªmite legal. Se sospechaba que se deb¨ªan a una fuga continua de agua desde alg¨²n lugar de la central, pero no se sab¨ªa exactamente de d¨®nde. La lucha para evitar que los reactores se sobrecalienten y se fundan ha obligado a los equipos de emergencia a rociarlos con grandes cantidades de agua, lo que ha originado que el l¨ªquido contaminado se acumule en fosos y otros lugares.
El anuncio del descubrimiento de la grieta coincidi¨® con la primera visita que el primer ministro, Naoto Kan, realiza a la zona siniestrada desde que recorri¨® la regi¨®n en helic¨®ptero el pasado 12 de marzo, al d¨ªa siguiente del terremoto y el tsunami que devastaron la costa noreste del pa¨ªs.
Kan vol¨® ayer en helic¨®ptero a Rikuzentaka, una ciudad de 20.000 habitantes que result¨® arrasada por el maremoto, y en la que murieron 1.000 personas y 1.200 no han sido encontradas. Luego visit¨® una escuela secundaria, utilizada como centro de acogida de afectados por el desastre, y se dirigi¨® a los trabajadores que se est¨¢n jugando la vida para estabilizar los reactores de Fukushima y evitar una cat¨¢strofe nuclear. "Quiero que luch¨¦is con la convicci¨®n de que no pod¨¦is perder esta batalla", les dijo en su campamento, situado a 20 kil¨®metros de la planta. Muchos japoneses, especialmente en los campos de acogida, piensan que la visita del primer ministro llega demasiado tarde.
En su intento por controlar los reactores, Tepco est¨¢ buscando saltadores, trabajadores que, por salarios hasta de 3.500 euros por turno, entran en zonas de alta radiactividad para realizar tareas espec¨ªficas y salen r¨¢pidamente. "Mi compa?¨ªa me ofreci¨® 200.000 yenes (unos 1.700 euros) al d¨ªa", dijo un subcontratista de treinta y tantos a?os, no identificado por su nombre, a la revista japonesa Weekly Post. "Normalmente, lo considerar¨ªa un trabajo de ensue?o, pero mi esposa se ech¨® a llorar y me par¨®; as¨ª que declin¨¦".
Un total de 25.000 soldados japoneses y estadounidenses, apoyados por aviones, helic¨®pteros y barcos, continuaron por segundo d¨ªa la operaci¨®n de b¨²squeda en tierra y en el mar de las m¨¢s de 15.000 personas que contin¨²an desaparecidas, pero s¨®lo recuperaron 32 cad¨¢veres. En Ishinomaki (prefectura de Miyagi), 50 submarinistas inspeccionaron el r¨ªo Kitakami.
La preocupaci¨®n por la radiactividad tiene sumida a parte de la poblaci¨®n japonesa en un estado de ansiedad. Tres semanas despu¨¦s del peor terremoto que ha sufrido el pa¨ªs desde que comenz¨® a registrar datos hace 140 a?os, m¨¢s de 165.000 personas siguen viviendo en refugios, 260.000 hogares no tienen agua corriente y 170.000 siguen sin electricidad. Un total de 11.828 personas murieron por el se¨ªsmo y el tsunami, y otras 15.540 contin¨²an desaparecidas, seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales. Hartos de la situaci¨®n, algunos residentes de la zona de exclusi¨®n de 20 kil¨®metros alrededor de la central, que fueron obligados a dejar sus casas, han evitado los controles y han regresado para comprobar el estado de sus casas.
El Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica asegur¨® que la radiactividad emitida por los reactores ha bajado, pero dijo que "la situaci¨®n en su conjunto no ha cambiado b¨¢sicamente y sigue siendo muy grave".
Naoto Kan ha sido muy criticado por su gesti¨®n de la crisis, y su liderazgo -ya en cuesti¨®n antes de la cat¨¢strofe- sigue en el alero. Ha habido crecientes conversaciones sobre la posibilidad de una coalici¨®n entre el gobernante Partido Dem¨®crata de Jap¨®n y la principal formaci¨®n pol¨ªtica en la oposici¨®n, el Partido Dem¨®crata Liberal, para afrontar la crisis creada por el terremoto, el tsunami y el desastre at¨®mico. Pero, de momento, no ha habido acuerdo, ya que, seg¨²n el diario Yomiuri, la oposici¨®n quiere que Kan dimita primero.
En Tokio, que se encuentra 240 kil¨®metros al sur de la planta de Fukushima, la vida regresa cada d¨ªa un poco m¨¢s a la normalidad. Gente que huy¨® cuando estall¨® la crisis at¨®mica ha vuelto, y muchos de los art¨ªculos que volaron de las estanter¨ªas de los supermercados est¨¢n de nuevo disponibles, aunque en algunas tiendas a¨²n escasea el agua mineral.
Los habitantes de la capital se muestran resignados ante un futuro incierto. "Salgo y trabajo. ?Qu¨¦ otra cosa puedes hacer? Hay que seguir viviendo", dice Akiko, una joven empresaria que durante los primeros d¨ªas de la cat¨¢strofe estuvo recluida en su casa por miedo a la radiactividad.
En el barrio comercial de Ginza, algunos restaurantes que cerraron han vuelto a abrir y la gente entraba y sal¨ªa ayer de las numerosas tiendas de lujo. Pero muchos japoneses dicen que no ven adecuado hacer grandes gastos o irse de copas en medio de esta tragedia.
Otros aseguran que tienen siempre preparada una bolsa con una radio, una linterna, agua mineral y medicinas por lo que pueda ocurrir, ya sea un empeoramiento de las fugas radiactivas o un gran terremoto como el que algunos expertos han vaticinado que se producir¨¢ en el ¨¢rea de Tokio antes de 30 a?os.
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