"La gente no tiene que pagar por las locuras de los bancos"
Persona es un viejo vocablo que significa m¨¢scara. Las distintas m¨¢scaras de este hombre alto y rotundo que es ?lafur Ragnar Gr¨ªmsson (Isafjodur, 1943) no dejan indiferente a nadie: el presidente de Islandia despierta grandes adhesiones (lleva 15 a?os en el cargo), pero tambi¨¦n el rechazo cerrado de una parte de los islandeses. Gr¨ªmsson, que fue polit¨®logo, l¨ªder socialista y hasta editor de peri¨®dicos, ha desempe?ado un papel estelar durante la crisis. Pese a que se le supon¨ªa una figura decorativa, se ha negado dos veces a sancionar una ley que obliga a los islandeses a pagar a Reino Unido y Holanda por la quiebra de uno de sus bancos, en el denominado caso Icesave.
"Gr¨ªmsson ha sido capital para evitar que Icesave sea una condena para al menos una generaci¨®n de islandeses", asegura el economista Jon Danielsson. Pero este es un lugar extremo, como sus gentes: Guderburg Bergsson, uno de los gigantes de la literatura islandesa, le atribuye "gran parte de la culpa" de la pesadilla de los ¨²ltimos a?os por algunas de esas m¨¢scaras. "Gr¨ªmsson ha cambiado varias veces de camisa, la ha perdido y ha conseguido otra que ha vuelto a perder por oportunista. Y enseguida consigue una m¨¢s: sus a?os en la presidencia son el reflejo de una naci¨®n parecida a ¨¦l, confusa y aislada", ataca.
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"Esto no es solo una crisis econ¨®mica: es una crisis pol¨ªtica"
Gr¨ªmsson recibe a EL PA?S en su residencia, en una biblioteca luminosa -tal vez por los enormes ventanales, tal vez por los muchos libros de poes¨ªa que se agolpan en las baldas-, y antes de poner la grabadora a trabajar se interesa por Espa?a y Portugal, a cuyo primer ministro, Jos¨¦ S¨®crates, algunos tildan de "socialista neoliberal". El presidente se arranca con una sentencia que repetir¨¢ un par de veces con ligeras variaciones durante la entrevista: "Europa no afronta solo una crisis econ¨®mica: esta es una crisis pol¨ªtica. Los Gobiernos no pueden seguir arrastr¨¢ndose tras los mercados".
Pregunta. No parece dispuesto a dar su brazo a torcer con Icesave. ?No est¨¢ asumiendo un rol que no le corresponde?
Respuesta. Hasta ahora no se hab¨ªa usado esa prerrogativa, pero vivimos tiempos de grandes desaf¨ªos. Lo fundamental es que Islandia es una democracia, no un sistema financiero, y que esta no es solamente una crisis econ¨®mica: es una crisis pol¨ªtica. Una de las razones por las que Islandia se est¨¢ recuperando con rapidez es que el pa¨ªs est¨¢ d¨¢ndole una respuesta democr¨¢tica formidable, no solo financiera. Los islandeses provocaron un cambio de Gobierno, activaron una investigaci¨®n y van a cambiar la Constituci¨®n. Los refer¨¦ndums se inscriben en esa onda. Las antiguas condiciones de pago eran muy injustas: las nuevas son mejores, pero si los islandeses van a tener que cargar con una deuda de sus bancos deben tener derecho a decidir.
P. Hace dos a?os el euro parec¨ªa un para¨ªso para divisas peque?as como la corona. Ahora el viento ha cambiado y aun as¨ª el Gobierno quiere que Islandia entre en la UE. ?Y usted?
R. Los recursos energ¨¦ticos, la pesca, el turismo, todo eso ha sido clave para salir de la crisis; tambi¨¦n la divisa lo ha sido. La fuerte depreciaci¨®n es una paradoja: por un lado somos m¨¢s pobres, pero por otro se eleva la competitividad de la industria.
P. Con el euro desaparecer¨ªa esa ventaja.
R. Es evidente que la moneda ha sido parte de la soluci¨®n y que Grecia e Irlanda no han tenido ese resorte. Pero la conveniencia o no del ingreso en la UE depender¨¢ de la negociaci¨®n. Hay una contradicci¨®n interesante: las encuestas muestran que una mayor¨ªa quiere que se siga negociando. Y una mayor¨ªa a¨²n mayor est¨¢ en contra de la entrada.
P. Islandia ha dejado caer a sus bancos y persigue a los banqueros. ?Ve ah¨ª un modelo island¨¦s de salida de la crisis?
R. Tal vez no hubiera m¨¢s opci¨®n que esa: los bancos eran tan grandes que no hab¨ªa forma de rescatarlos. Pero no importa si hab¨ªa o no hab¨ªa opciones: Islandia no acepta la idea de que la gente de la calle tenga que pagar toda la factura por las locuras de los bancos, como ha ocurrido con esas nacionalizaciones por la puerta de atr¨¢s en otros lugares. Vuelvo al argumento inicial: la soluci¨®n a la crisis no es simplemente econ¨®mica.
P. Se han establecido controles de capital, han subido los impuestos y el recorte en gastos sociales ha desatado el descontento popular. ?Ese enfado va contra los bancos o contra los pol¨ªticos?
R. Es dif¨ªcil decirlo. Pese a los controles, el pa¨ªs sigue funcionando bien, y el impacto fiscal es innegable, pero era necesario y se est¨¢ haciendo razonablemente bien. Las crisis son dolorosas.
P. ?Alguien va a ir a la c¨¢rcel?
R. No soy quien debe decirlo.
P. Hace a?os usted hablaba del "capitalismo vikingo", de un grupo de j¨®venes banqueros "listos para conquistar el mundo". ?Ha cambiado su punto de vista?
R. Tal vez todo sucedi¨® demasiado r¨¢pido y no supimos ver los riesgos: tampoco supieron verlos las agencias de calificaci¨®n ni las autoridades europeas. Hubo voces cr¨ªticas; como otros muchos, no supe escucharlas. Pero hay que aprender de todo esto. -
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