Fractura por esfuerzo
La prueba de resistencia bancaria de Irlanda ofrece lecciones importantes para la eurozona. Los resultados, publicados el 31 de marzo, mostraban que los bancos irlandeses necesitan otros 24.000 millones de euros para garantizar que pueden sobrevivir a otra crisis económica. La Autoridad Bancaria Europea (ABE) debería asegurarse de que la prueba paneuropea de este verano tenga una credibilidad similar.
Irlanda estableció el límite para el capital puro de máxima calidad en un 6% de los activos ponderados por riesgo, lo que situó el déficit en 18.700 millones de euros. Pero los reguladores también pidieron otra porción adicional de 5.300 millones de euros de capital como reserva de emergencia contra pérdidas futuras aún mayores. Así que el porcentaje de capital puro de máxima calidad probablemente supere el 7%.
Esto es más duro que las pruebas de resistencia europeas del a?o pasado, que establecieron un límite del 6%, pero basado en el capital de máxima calidad, lo cual es menos estricto porque incluye acciones preferenciales y otros artículos no accionariales. La ABE ha prometido que las pruebas de este a?o serán más duras, pero todavía tiene que explicar en qué sentido. Un porcentaje puro de máxima calidad del 6% parece un mínimo absoluto. Una definición más estricta de capital le apretaría las tuercas a los renqueantes landesbanken de Alemania, porque excluiría el capital de "participación silente" inyectado por el Gobierno.
La segunda innovación de Irlanda ha sido reforzar los colchones de liquidez de los bancos. Los reguladores les han pedido a las entidades crediticias que reduzcan su dependencia de la financiación al por mayor, más arriesgada, para que los préstamos solo representen el 123% de los depósitos, desde el 180% actual. El problema es menos acuciante en otros países: los préstamos de los bancos europeos solo suponen el 118% de los depósitos, según Deutsche Bank. Pero la ABE podría usar la prueba para asegurarse de que los bancos reducen su dependencia del dinero especulativo a corto plazo.
Las pruebas de resistencia llevadas a cabo por el banco central de Irlanda no han sido perfectas. Por ejemplo, los reguladores no han analizado el efecto de un impago soberano sobre las carteras bancarias de sus entidades crediticias (lo que no es una posibilidad tan remota, dada la enorme carga de deuda de Irlanda). Se espera que la ABE cometa ese mismo error.
Otros reguladores no dudarán en defender que las pruebas de resistencia de Irlanda eran necesarias para ayudar a restaurar la credibilidad de los inversores. Aun así, los irlandeses han dado ejemplo ahora; sería un error ponérselo más fácil al resto de los bancos de Europa. -
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