Por encima del hombro
"La poes¨ªa es una manera de mirar por encima del hombro", dice en una entrevista un antiguo presidente del Foro de Ermua al que sus compa?eros expulsaron de la organizaci¨®n por su violencia verbal, que acaba de publicar un libro de sonetos que se parecen a sus discursos porque tambi¨¦n est¨¢n mal medidos y que afirma que si escribe es "para elevarse sobre esta ¨¦poca destemplada y barriobajera", llena de "tensi¨®n y crispaci¨®n", porque "al escribir poes¨ªa hago, sin arrogancia, con humildad y serenidad, algo a lo que mis enemigos no llegan. Considero, de hecho, que quien no mira por encima de su hombro no es persona". O sea, todo id¨¦ntico a ese chiste en el que un hombre grita: "?A m¨ª a humilde no me gana ni Dios!".
El exportavoz Miguel ?ngel Rodr¨ªguez es de los que suma dos y dos, le da cinco y se cree Einstein
Uno lee eso, le suma los reportajes de Telemadrid que mientras claman por la unidad frente al terrorismo le ponen el sello de ETA en la cara al vicepresidente Rubalcaba y la comparecencia en los juzgados de un antiguo portavoz del Gobierno que llam¨® nazi al doctor Montes simplemente "para avivar el debate televisivo" en el que participaba, y se da cuenta de que en nuestra pol¨ªtica y sus alrededores hay demasiada gente a la que le hace falta mirarle el carburador y cambiarle los frenos, porque se les calienta la boca y se pasan de la raya cada dos por tres, unos porque no dan m¨¢s de s¨ª y otros porque les gusta hacerse notar derrapando ante los peatones y haciendo ruido con el escape trucado. Seguro que ellos tambi¨¦n entienden la pol¨ªtica como una oportunidad de mirar por encima del hombro al resto de la humanidad.
"Yo no he insultado a nadie, solo he dicho que Montes es un nazi y eso no es un insulto, es una descripci¨®n, porque los que mataban a la gente sed¨¢ndola eran los nazis", afirm¨® desde el banquillo de los acusados el antiguo portavoz, o m¨¢s bien zovatrop por su tendencia a hacerlo todo al rev¨¦s, y se sinti¨® tan ufano, relami¨¦ndose el ingenio como si aquella feroz campa?a de desprestigio lanzada contra el m¨¦dico del hospital de Legan¨¦s no hubiera sido uno de los episodios m¨¢s vergonzosos de la guerra sucia de su partido contra la sanidad p¨²blica, sino una haza?a. Qu¨¦ le vamos a hacer, el mundo est¨¢ lleno de gente que suma dos y dos, le da cinco y se cree Einstein.
A Juan Urbano y a m¨ª nos parece que el doctor Montes, a quien acusaron de ser un asesino en serie, se ha quedado corto: le ha pedido poco dinero a zovatrop, porque 60.000 euros es lo que le pagan por los cinco primeros folios de sus conferencias a cualquier expresidente, como quien dice, y el honor debe de valer m¨¢s que el prestigio. Entre otras cosas, porque el prestigio a veces est¨¢ relacionado con el talento y a veces solo con el oportunismo, la ambici¨®n o la falta de escr¨²pulos, todos esos atajos que en nuestro mundo conducen a la fama, a la que hoy en d¨ªa muchos llegan por los caminos m¨¢s embarrados y subi¨¦ndose a los cubos de basura para parecer m¨¢s altos. Hay gente que se eleva y gente que trepa. Hay gente que cree ser un portavoz y es solo un altavoz.
"Y de cualquier modo, si nos ponemos as¨ª", sentencia Juan Urbano, "los nazis eran los que dec¨ªan que una verdad es una mentira repetida mil veces, ?no?". Pero yo le corto y le pido que no siga por ah¨ª: la comparaci¨®n es mala, porque los nazis fueron un drama y estos solo son una comedia. La l¨¢stima es que el insulto ocupe tantas veces el lugar del argumento y que haya tantas personas deseando mirar a los dem¨¢s por encima del hombro y capaces de subirse a cualquier cosa para conseguirlo.
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