Una visi¨®n equivocada

Es indiscutible que el sistema educativo espa?ol no est¨¢ orientado espec¨ªficamente a reforzar lo que se llama "excelencia", si por ello se entiende la capacidad para acompa?ar a los mejores estudiantes a aprovechar al m¨¢ximo sus capacidades. Esta funci¨®n se deber¨ªa cumplir mejor. En condiciones normales, la atenci¨®n a los alumnos que destacan deber¨ªa estar contemplada como atenci¨®n a la diversidad, que tiende a concebirse solo del lado de abajo de la distribuci¨®n de capacidades o resultados. La intenci¨®n de construir una v¨ªa del sistema en torno a la de excelencia tiene aspectos atractivos y siniestros. Son atractivos los relacionados con la idea de extraer de cada alumno lo mejor de s¨ª mismo; y profundamente siniestros los que sugieren la necesidad crear una v¨ªa de ¨¦lite dentro del sistema.

En cualquier caso, la idea de que los mejores estudiantes son un grupo selecto de alumnado, que puede concentrarse en un lugar especial en el que potenciar sus capacidades al m¨¢ximo por medio de profesores tambi¨¦n espl¨¦ndidos (excelentes) y m¨¦todos extraordinarios, en nuestro contexto est¨¢ b¨¢sicamente equivocada. La incapacidad del sistema para acompa?ar hasta todo su potencial al quintil superior del alumnado no se resuelve con un centro especial, sino con medidas de mejora (excelencia institucional) que ata?en a todos los centros.

Adem¨¢s, los alumnos con capacidades extraordinarias no son necesariamente los que mejor funcionan escolarmente, puesto que las capacidades exigidas por la escuela -como la disciplina, la atenci¨®n y el orden personal- no coinciden necesariamente con lo que hace a esos alumnos extraordinarios. Como sabe cualquier docente, no siempre los mejores alumnos son los m¨¢s inteligentes y capaces. Desde este punto de vista, el problema tal y como se ha planteado estos d¨ªas no existe.

La v¨ªa es m¨¢s bien reforzar la excelencia en el otro sentido del t¨¦rmino: la excelencia institucional, que hace que los centros tengan una respuesta buena, previsible y adecuada a las capacidades y condiciones de los alumnos. La administraci¨®n conoce muchas de las pr¨¢cticas adecuadas para esta tarea: pruebas externas de referencia, reforzamiento del papel del profesorado, creaci¨®n de clima y adecuaci¨®n de contenidos y m¨¦todos a la realidad del alumnado.

Jaime Rivi¨¨re es profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de Salamanca.