El r¨¦gimen sirio desata otra matanza
La represi¨®n a tiros de las manifestaciones en Deraa deja m¨¢s de 20 muertos - Las protestas se extienden por todo el pa¨ªs a pesar de las promesas de El Asad
Son una multitud los sirios que no dan cr¨¦dito a las recientes promesas de reformas del presidente, Bachar el Asad, y que ayer salieron a la calle en distintas ciudades del pa¨ªs despu¨¦s de la oraci¨®n del viernes para pedir libertad y la ca¨ªda del r¨¦gimen. Al menos a 22 de ellos les cost¨® la vida, despu¨¦s de que miembros de las fuerzas de seguridad vestidos de paisano abrieran fuego contra una protesta en Deraa, al sur del pa¨ªs, seg¨²n fuentes hospitalarias consultadas por varias organizaciones de derechos humanos. Otras fuentes elevaron el n¨²mero de v¨ªctimas mortales a 25. La agencia de noticias oficial siria Sana anunci¨® que 19 polic¨ªas murieron y 75 resultaron heridos por los ataques de "bandas armadas" en Deraa.
La polic¨ªa arranc¨® las u?as a los chicos cuyo arresto desat¨® la protesta
"Tiran a matar a los j¨®venes como si fueran p¨¢jaros", cuenta una testigo
Tambi¨¦n hubo protestas en Homs, Harasta, Latakia, Kashmili e incluso en Hama, el lugar en el que la represi¨®n de un levantamiento de los Hermanos Musulmanes dej¨® miles de muertos en 1982. Protestaron adem¨¢s ayer miles de kurdos en el este del pa¨ªs, a pesar de que El Asad hab¨ªa prometido el d¨ªa anterior devolverles la nacionalidad, arrebatada en 1962.
Los sirios salieron por primera vez a la calle hace tres semanas, contagiados por la euforia revolucionaria que recorre el mundo ¨¢rabe. Estas protestas suponen en Siria un acontecimiento sin precedentes en los 11 a?os que dura el mandato del presidente El Asad. Ayer, el r¨¦gimen sirio dej¨® claro que piensa emplearse a fondo para evitar una revoluci¨®n popular al estilo egipcio, aunque para ello tenga que regar de cad¨¢veres las calles del pa¨ªs, como hizo ayer.
Los relatos de los residentes de Deraa dibujan un escenario casi b¨¦lico en esta ciudad de 75.000 habitantes. Cuentan a sus familiares y a Human Rights Watch que miembros de las fuerzas de seguridad se apostaron en algunas azoteas y balcones y dispararon desde all¨ª a los manifestantes que caminaban desde la ciudad vieja al centro de la ciudad. "A mi primo le han disparado cuando estaba en la puerta de su casa. Dos amigos suyos han recibido disparos en la cabeza", asegura Omar, un sirio residente en Espa?a, media hora despu¨¦s de hablar con su familia en Deraa. "Mi madre me acaba de decir que tiran a matar a los j¨®venes como si fueran p¨¢jaros", a?ade. Dicen tambi¨¦n que muchos vecinos no se atreven a llevar a los heridos al hospital por miedo a que all¨ª los detengan o incluso los maten por haber participado en las manifestaciones.
La televisi¨®n siria ofreci¨® una versi¨®n sustancialmente diferente de lo sucedido en Deraa. Seg¨²n su relato de los hechos, una banda de hombres armados dispar¨® tanto contra manifestantes como contra agentes policiales. Seg¨²n su recuento, 19 agentes resultaron muertos. Resulta imposible contrastar unas cifras y otras al impedir el Gobierno sirio la entrada de la prensa extranjera en Deraa.
A ¨²ltima hora de la tarde, una multitud acompa?¨® los cortejos funerarios de las v¨ªctimas en Deraa y pidi¨® que se procese al presidente El Asad, seg¨²n relat¨® un testigo a la cadena Al Yazira. Otros residentes de Deraa indicaron que los manifestantes quemaron la sede local del partido Baaz y que destrozaron la estatua de Basil el Asad, hermano difunto del presidente sirio.
Deraa es el epicentro de la sublevaci¨®n en Siria y el lugar en el que los sirios salieron por primera vez a la calle para pedir "libertad". Sus habitantes se atrevieron el mes pasado a desafiar la ley de emergencia vigente desde la llegada al poder del partido Baaz en 1963 tras la detenci¨®n de 15 chicos que hab¨ªan pintado grafitis a favor de la democracia en la ciudad. Cuando los familiares y vecinos de los chicos se concentraron para pedir su liberaci¨®n, la polic¨ªa abri¨® fuego y murieron tres personas. Al poco tiempo los grafiteros fueron liberados despu¨¦s de ser maltratados, seg¨²n contaron hace unos d¨ªas varios residentes de Deraa a este diario. Aseguran que algunos de los ni?os salieron del centro de detenci¨®n con las u?as arrancadas.
Desde entonces, los habitantes de Deraa salen a la calle casi cada d¨ªa. Los viernes, despu¨¦s de la oraci¨®n en la mezquita, tienen lugar las grandes protestas semanales, en las que han muerto decenas de sirios. El peligro no se acaba sin embargo con las protestas. Los s¨¢bados empieza la caza de brujas. Es cuando se busca uno por uno a los que acudieron a la protesta, a los que se identifica en las grabaciones de los m¨®viles y en las im¨¢genes que manejan los servicios secretos.
Deraa fue el pistoletazo de salida en un pa¨ªs cuyos ciudadanos acumulan frustraci¨®n desde hace d¨¦cadas. Desde entonces, las protestas se han propagado por todo el pa¨ªs, lo que ha provocado que El Asad haya prometido una bater¨ªa de reformas. Entre ellas, ha anunciado la sustituci¨®n de la ley de emergencia por una legislaci¨®n antiterrorista, que algunos observadores dudan que vaya a suponer una mejor¨ªa. Ha prometido adem¨¢s investigar las muertes de civiles durante las protestas. Estas promesas no acaban de cuajar entre amplias capas de una poblaci¨®n harta del r¨¦gimen del partido Baaz, en el poder desde 1963 y que impone serias limitaciones a los derechos de sus ciudadanos.
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