Chaves, en apuros tambi¨¦n
Se acaba de cumplir dos a?os de la renuncia de Manuel Chaves. Fue en abril de 2009 cuando esas seis palabras que parec¨ªa que siempre se escrib¨ªan seguidas optaron por separarse: presidente de la Junta y Manuel Chaves. Hab¨ªan sido 19 a?os de un nombre pegado a un mismo cargo. Para ser precisos, a dos: uno institucional y otro pol¨ªtico. Chaves era presidente de la Junta y, adem¨¢s, secretario general del PSOE andaluz. El d¨ªa que se fue, dijo una frase que recupero de la hemeroteca: "El primero que siente v¨¦rtigo soy yo, y es l¨®gico que mis compa?eros tambi¨¦n lo sientan; pero no tengo dudas de que mi partido se adaptar¨¢ a la nueva situaci¨®n". Dos a?os despu¨¦s, no existen dudas: Chaves se equivoc¨® de plano. Ni su partido ha sabido adaptarse a la nueva situaci¨®n ni tampoco Chaves ha sabido adaptarse a la suya. El tiempo confirma que la sucesi¨®n de Chaves provoc¨® un terremoto interno, aunque los efectos del tsunami no han aparecido hasta ahora.
El liderazgo de Chaves durante casi dos d¨¦cadas en Andaluc¨ªa fue tan importante como la necesidad de su relevo en los a?os anteriores a irse. Su marcha lleg¨® tarde y Gri?¨¢n, adem¨¢s de heredar la presidencia de la Junta, recogi¨® el desgaste de 30 a?os de gobiernos del PSOE, un electorado que hu¨ªa y sigue huyendo de los socialistas, una enorme confusi¨®n entre la instituci¨®n y el partido, y una administraci¨®n lenta, obsoleta y excesivamente burocratizada. Hoy conocemos, adem¨¢s, que la letra peque?a de la herencia inclu¨ªa un esc¨¢ndalo may¨²sculo. Desde las entra?as del poder altos cargos de la Junta -y esto, poni¨¦ndonos en el mejor de los casos- idearon presuntamente un fraude para colar en los ERE financiados con ayudas p¨²blicas, entre otros, a militantes del PSOE en empresas donde nunca hab¨ªan trabajado.
A Gri?¨¢n se le podr¨¢ reprochar su gesti¨®n de esta crisis, o mejor dicho, de esta y de otras crisis, las de la Junta y las del partido. El que esto suscribe se lo ha reprochado en numerosas ocasiones, pero habr¨¢ que reconocer que la pol¨¦mica m¨¢s grande que est¨¢ afectando a su mandato tiene que ver con el pasado. Un pasado del que Gri?¨¢n formaba parte, ya que por entonces era consejero del Gobierno andaluz, pero donde otros, m¨¢s cerca del problema que ¨¦l, no pueden salir airosos. Entre ellos, el que fuera m¨¢ximo responsable de la Junta y del PSOE andaluz, Manuel Chaves, durante el tiempo en el que ocurri¨® todo.
La actividad profesional del hijo de Chaves tampoco ayuda a los socialistas. Y esto est¨¢ fuera de las responsabilidades de Gri?¨¢n. El actual vicepresidente tercero del Gobierno lleva en pol¨ªtica desde las primeras elecciones democr¨¢ticas. O lo que es lo mismo, acumula 34 a?os en un cargo p¨²blico. Casi todos ellos con altas responsabilidades de poder. Fue ministro, luego presidente de una comunidad aut¨®noma, y de nuevo volvi¨® a un ministerio, esta vez con rango de vicepresidente. Se trata de una opci¨®n de vida personal, que afecta a ¨¦l y a su familia. Y que incluye los beneficios y los inconvenientes del poder, para ¨¦l y para su familia. Entre los inconvenientes est¨¢ incluido el hecho de que resulta poco est¨¦tico que el hijo de un expresidente asesore a una empresa que tiene relaciones con la administraci¨®n de la que su padre era responsable. Y que ese asesoramiento, si se confirma, incluya reuniones con algunas de las consejer¨ªas de ese Gobierno.
Gri?¨¢n asumi¨® la presidencia de la Junta con una crisis econ¨®mica brutal y un paro desbocado. Todo le cay¨® sin pedirlo. Motu proprio exigi¨® el control del PSOE andaluz para poder acometer unas reformas que luego no hizo, se enfrasc¨® en una fusi¨®n de cajas que sali¨® peor que mal y se complic¨® la vida con los funcionarios, con sus cuatro crisis de Gobierno y con los cambios en su partido. Sin embargo, los problemas que tienen contra las cuerdas al PSOE en Andaluc¨ªa los recibi¨® Gri?¨¢n como herencia de Chaves.
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