Aprender a guisar de una vez
Cu¨¢ntas veces, ante la visi¨®n de un alimento, nos hemos preguntado: ¡°?Qu¨¦ podr¨ªa hacer yo con esto?¡±. A menudo no sabemos c¨®mo sacarle provecho. Nos cuesta convertir (mentalmente y de facto) la materia prima en algo comestible. En el mejor de los casos seguimos los pasos marcados por una receta. Pero eso no significa saber cocinar. S¨ª lo es tener unas bases te¨®ricas; conocer determinadas t¨¦cnicas, as¨ª como ciertas tradiciones culinarias.
David S¨¢nchez, profesional del mundo audiovisual, se apunt¨® a un curso de cocina en el centro c¨ªvico de la Barceloneta (Barcelona) para ampliar las posibilidades de su despensa. "Quer¨ªa aprender a hacer un buen plato con lo que tuviera en casa, mucho m¨¢s pr¨¢ctico en el d¨ªa a d¨ªa que tener que reunir ingredientes siguiendo una receta", cuenta. El caso de Carla Marcillas, responsable de marketing y comunicaci¨®n de una empresa de interiorismo, es ligeramente distinto. A ella le apasiona cocinar, pero entr¨® por la puerta equivocada: a trav¨¦s de un curso de cocina sofisticada. "Y luego no sab¨ªa hacer ni unas simples croquetas. Me di cuenta de que hab¨ªa empezado la casa por el tejado y decid¨ª bajar a los cimientos", cuenta. Ese es precisamente el objetivo de la t¨¦cnica: proporcionar herramientas para poder manipular alimentos correctamente y elaborar platos. Una base t¨¦cnica nos permite saber interpretar una receta de forma clara, modificarla y adaptarla a nuestro gusto sin miedo a errar.
Una base t¨¦cnica nos permite interpretar una receta correctamente y modificarla adapt¨¢ndola a nuestro gusto
Y de ah¨ª al placer de la cocina hay solo un paso. Los intentos fallidos nos pueden decepcionar, pero a largo plazo se ven recompensados por un ¨¦xito. As¨ª le pas¨® a Anna Vidal, qu¨ªmica de profesi¨®n y alumna veterana en el Ateneu de Sant Cugat del Vall¨¨s: "Yo me apunt¨¦ a clases de cocina no porque fuera mi pasi¨®n. ?Lo que me gustaba era comer! Pens¨¦ que si aprend¨ªa, tal vez conseguir¨ªa que me interesara. Y as¨ª fue: he aprendido a hacer cosas b¨¢sicas, pero que aportan un toque diferente a la cocina de cada d¨ªa".
Al fin y al cabo, se trata de comprender qu¨¦ le sucede a un alimento cuando lo sometemos a un tipo de cocci¨®n: cu¨¢les son sus entresijos f¨ªsicos y qu¨ªmicos, qu¨¦ artilugio es el adecuado... Con unas pocas nociones, el ¨¦xito en lo sencillo est¨¢ asegurado. Para empezar, unas cuantas t¨¦cnicas ilustradas con cuatro recetas tan sencillas como cl¨¢sicas.
T¨¦cnicas
Asado y salteado
Sobre brasas
Una t¨¦cnica -tal vez la m¨¢s antigua- es el asado. Se trata de una forma de cocci¨®n por radiaci¨®n producida por llama, brasa u otro objeto incandescente: parrillas, grills, resistencias... El calor se transmite de manera gradual al alimento, que generalmente est¨¢ suspendido sobre o cerca de las brasas ardientes. Con ella creamos una capa externa tostada que esconde un interior al punto y jugoso. La clave est¨¢ en propiciar un buen golpe de calor al alimento para sellar los poros y luego acabar de cocinarlo m¨¢s lentamente seg¨²n su tipo y el punto deseado. Muy a menudo se sustituye la parrilla por una plancha en una cocci¨®n con muy poca grasa. Una soluci¨®n que nos acerca al salteado, parecida al asado, pero donde se usa una superficie plana y caliente y una materia grasa. Para mostrar ambas t¨¦cnicas proponemos una receta con toques orientales donde adem¨¢s aplicamos una variante de la ebullici¨®n como precocci¨®n de las verduras: la denominada cocci¨®n a la inglesa, ideal para cocer alimentos sin que pierdan sus propiedades.
Cocci¨®n en agua
En ebullici¨®n
En ella las temperaturas no sobrepasan los 100? C. El alimento se encuentra envuelto y en contacto directo con el agua caliente, gran transmisora de calor. Adem¨¢s hay humedad, por lo que no se generan nuevos aromas. Podemos conseguir diferentes resultados jugando con la temperatura y el tiempo. En un caldo deseamos extraer todos los jugos de los alimentos para que queden en el l¨ªquido. Los a?adimos al agua fr¨ªa y los llevamos a ebullici¨®n: al pasar por diferentes temperaturas se facilita el intercambio de sustancias, que ser¨¢ total por la cocci¨®n prolongada. Si por el contrario ponemos estas verduras en agua hirviendo (100? C), mantendremos los nutrientes dentro de los trozos de verdura. A medio camino entre ellos est¨¢ el pochado: cocci¨®n en un l¨ªquido acuoso a baja temperatura (hasta 80? C) suficiente para coagular las prote¨ªnas de muchos alimentos y respetar su textura. En la receta que nos ocupa encontramos todas estas posibilidades.
Horneado y fritura
Crujidos de sabor
En un horno se produce una cocci¨®n por convecci¨®n de aire, lo que facilita reacciones de pardeamiento en la superficie (colores dorados, aromas y sabores apetecibles). Es menos eficaz que el agua, por lo que se usa para alimentos delicados que necesitan una cocci¨®n homog¨¦nea. Luego est¨¢ la cocci¨®n en ambiente fluido: la fritura en aceite (un l¨ªquido buen transmisor del calor). Puede sobrepasar los 100? C y as¨ª resecar y dorar la superficie de los alimentos. A la vez, mantiene la humedad interior y son los propios jugos del alimento los que lo cuecen por dentro. En algunos casos la cocci¨®n en grasa se realiza a muy baja temperatura en lo que llamamos confitado, que aporta una cocci¨®n homog¨¦nea. Como caso extremo, la fritura a temperatura alta dora el alimento hasta su centro mismo, consiguiendo una textura crujiente.
Vapor y papillote
A fuego lento
La cocci¨®n a la papillote no deja de ser una cocci¨®n al vapor, pero este, en vez de provenir de una fuente externa, lo provocan los propios alimentos. Esta t¨¦cnica, originaria de Francia, es como combinar el horno con la cocci¨®n en agua. Dicho de otro modo, cocer por convecci¨®n de vapor: ni l¨ªquido, ni aire seco. As¨ª, la cocci¨®n es mucho m¨¢s r¨¢pida que en un horno y no generamos reacciones de pardeamiento (oxidaci¨®n), pues el alimento siempre est¨¢ h¨²medo. Al producirse en un ambiente cerrado y herm¨¦tico, todos los aromas que se encuentran dentro permanecen. Al cocerse, el agua contenida en los alimentos llega a un punto que es expulsada al exterior, especialmente cuando el calor llega al centro del alimento. Como la papillote se basa en un envoltorio herm¨¦tico, sube la presi¨®n y este se hincha. Por tanto, sabemos que la pieza est¨¢ perfectamente cocida. Es una t¨¦cnica muy adecuada para carnes y pescados que requieren una cocci¨®n muy apurada ya que se resecan con facilidad, como la pechuga de pollo o el salm¨®n que nos ocupa. Lo ¨²nico que hay que tener en cuenta es elaborar bien el envoltorio y evitar escapes de aire. El objetivo es que los alimentos cocinados con este m¨¦todo conserven mejor el aroma, el sabor y los nutrientes.
?smosis. Intercambio de propiedades.
En el denominado fen¨®meno de ¨®smosis, dos o m¨¢s elementos que comparten un espacio llegan a un estado de equilibrio despu¨¦s de haber intercambiado propiedades (sabores, temperatura, nutrientes, l¨ªquidos...). As¨ª, un ingrediente tender¨¢ a expulsar sus jugos a determinadas temperaturas y en determinados ambientes, especialmente los h¨²medos. Conociendo este fen¨®meno podemos controlar el intercambio en funci¨®n de los resultados que queremos.
Maillard. Rica caramelizaci¨®n.
Las reacciones de pardeamiento -o de Maillard- se generan en numerosos procesos de cocinado por el calentamiento y posterior reacci¨®n de az¨²cares y prote¨ªnas a temperaturas m¨¢s o menos altas. Se trata de una especie de caramelizaci¨®n que modifica el color de los alimentos (de amarillo a marr¨®n oscuro) y genera nuevos sabores y aromas en condiciones secas y a ciertas temperaturas (a partir de 120? C). Las encontramos en la costra marr¨®n y muy arom¨¢tica de una carne asada, en el caramelo, el tostado de una corteza de pan o en el tostado del caf¨¦.
Las cocciones en un medio h¨²medo (ebullici¨®n, vapor...) no producen este resultado.
Term¨®metro. Utensilio ¨²til.
En la cocci¨®n, un factor central es la temperatura que alcanzan los productos. Es especialmente dif¨ªcil controlar la de un l¨ªquido o el aceite en el fuego, o a la que llega el interior de un pedazo de carne en el horno. Aunque el ojo y el tiento siempre se ejercitan y son buenos aliados, un term¨®metro para carnes, basado en una sonda en forma de aguja, nos mide la temperatura de una pieza de carne en su interior y nos permite saber cu¨¢ndo est¨¢ en el punto. O un term¨®metro de pistola, que funciona por infrarrojos, que nos permite medir la temperatura de cualquier superficie.
Recetas
Rosbif con patatas fritas y ¡®chips¡¯ de puerro
Ingredientes
- 1 kilo de lomo de buey en una sola pieza
- Sal
- Pimienta
- Hierbas arom¨¢ticas
- 150 ml de aceite de oliva virgen extra
- 500 g de patatas
- 1 puerro
- Aceite vegetal abundante
Para la salsa
- 1/2 litro de caldo de carne
- 4 chalotas
- 1 rama de apio
- 1 zanahoria
- 1 chorro de vino rancio o co?ac
- 100 g de mantequilla
Instrucciones
Precalentar el horno a 250º C. Salpimentar la pieza de carne previamente pulida. Poner una sartén a fuego fuerte con el aceite de oliva. Cuando empiece a humear sutilmente, poner la pieza de carne y dejar que se cocine hasta que tenga una buena costra dorada. Girarla por la otra cara y hacer lo mismo. Repetir la operación hasta tener toda su superficie bien dorada.
Poner la pieza de carne en un bandeja y hornear de 10 a 20 minutos, dependiendo del grosor y del punto de cocción deseado. En general, se toma con un punto crudo en el centro de la pieza, lo que significa llegar a los 65º C. Para mayor precisión, podemos adquirir un termómetro con punzón y clavárselo a la carne al introducirla en el horno para controlar la temperatura. Retirar del horno y dejar reposar al menos durante 20 minutos a temperatura ambiente. De este modo, los jugos internos se van a aposentar en la carne y evitaremos su pérdida en el momento de cortarla.
Cortar las verduras en daditos pequeños y dorarlos en la misma sartén y aceite donde hicimos lo propio con la carne. Añadir el vino rancio para desglasear los azúcares pegados de la carne y dejar evaporar el alcohol. Mojar con el caldo y dejar cocer a fuego suave unos 10 minutos. Colar, apretando las verduras para que suelten su jugo. Reservar la salsa.
Pelar las patatas y cortarlas en bastones de 5×5 mm de grosor. Enjuagarlas en agua y secarlas bien para evitar que se nos peguen y se doren demasiado. Ponerlas a freír a temperatura moderada en abundante aceite vegetal en una cazuela ancha, para que las patatas floten y tengan espacio. Deberán hacerse con un leve burbujeo, para que se cuezan por dentro, pero no tomen color. Retirarlas y reservar.
Cortar los puerros a lo largo en tiras muy finas y freírlas a temperatura suave en el mismo aceite, removiéndolas con la espumadera para que pierdan humedad mientras se doran. Retirarlas y ponerlas en papel absorbente.
En el momento de servir, poner a hervir la salsa, reduciendo hasta lograr una textura un poco espesa. Rectificar de sal y pimienta (podemos añadir una cucharadita de mostaza) y ya fuera del fuego añadir la mantequilla, removiendo constantemente para que se disuelva y se emulsione con la salsa.
Freír de nuevo las patatas en el aceite caliente a unos 170º C hasta que cojan color y estén crujientes. Escurrir bien y ponerlas en la base del plato o cuenco. Espolvorear con las chips de puerro. Poner por encima lonchas de rosbif cortadas muy finas (el calor de las patatas lo pondrán a punto). Para finalizar, salsear todo el conjunto.
¡®Foie-gras¡¯ escabechado con ensalada de patatas
Ingredientes
Para el 'foie' escabechado
- 1 foie-gras de 500 g
- 1 zanahoria
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla (o cebolleta)
- 1/2 litro de aceite de oliva
- 1 dl de vinagre de sidra
- 1 rama de tomillo
- 1 hoja de laurel
- Una cucharada de bolas de pimienta
- 1/2 litro de caldo (o de agua)
- 1 dl de vino blanco seco
Para la base
- 250 g de patatas
- Sal
- Pimienta
Instrucciones
Pelar y cortar a trozos las verduras. De la cebolleta y los puerros usar solo la parte blanca. Ponerlas en una cazuela junto al caldo, el aceite, la pimienta y el vino blanco. Cocer 15 minutos a fuego suave. Retirar del fuego, añadir las hierbas aromáticas y el foie previamente salpimentado a la cazuela. Mantenerlo cubierto en el caldo 15 minutos mientras se va enfriando, girándolo a la mitad. Añadir el vinagre y guardar dentro de la cazuela en la nevera unas 24 horas, lo cual facilitará el intercambio de jugos.
En una olla con agua hirviendo cocer las patatas enteras y sin pelar. Comprobar su punto de cocción pinchándolas. Retirarlas y dejar que se templen. Pelarlas y cortarlas en macedonia (cubitos de 5 mm de lado). Aliñarlas con el aceite y el caldo del escabeche y salpimentar.
Servir una base de la ensalada de patata en un plato. Cortar el foie y servir encima. Decorar con las verduras escabechadas. Aliñar con la salsa.
Rodaballo a la parrilla con verduras salteadas
Ingredientes
- 4 supremas de rodaballo de unos 150 g cada una
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva
- S¨¦samo
Para las verduras
- 400 g de verduras de temporada (jud¨ªas verdes, esp¨¢rragos, alcachofas, br¨®coli o zanahoria)
- 1 cucharada de jengibre fresco rallado o muy finamente picado
Para la salsa
- 3 cucharadas de vinagre de arroz
- 5 cucharadas de soja
- 5 cucharadas de agua
- 1 cucharada de az¨²car
- 2 cucharadas de zumo de lim¨®n (o lima)
Instrucciones
Pelar y cortar las verduras. Cocerlas a la inglesa (con una proporción de 25 g de sal por litro de agua), pero dejándolas cruditas. Refrescarlas en agua. Secarlas en papel absorbente y reservarlas.
Para la salsa, poner a calentar las cucharadas de agua con el azúcar hasta disolver. Retirar del fuego y añadir el resto de ingredientes. Mezclar y reservar.
Tostar las semillas de sésamo en un cazo o sartén hasta que desprenda aroma. Reservar.
Salpimentar el rodaballo y cubrirlo con aceite para evitar que se pegue. Ponerlo en la parrilla por la parte de la piel y en una zona caliente para generar una buena costra. Cuando haya cogido color, girarla por la parte de la carne. Acabar la cocción del pescado situando las piezas en una zona menos caliente de la parrilla. Se recomienda dejar el centro ligeramente rosado.
Echar todas las verduras en una sartén con un chorro de aceite. Saltear a fuego fuerte removiéndolas constantemente. Añadir el jengibre rallado, dar unas vueltas para despertar sus aromas y retirar.
Hacer en el plato una base de verduras y salsearlas. Decorar con las semillas de sésamo.
Salm¨®n a la papillote con cebollitas glaseadas
Ingredientes
- 4 supremas de salm¨®n de unos 150 g cada una
- 2 cebolletas (tambi¨¦n podemos utilizar puerro, cebolla, zanahoria...)
- 1 ramita de romero
- 20 cebollitas
- 3 cucharadas de az¨²car
- Agua
- Aceite de oliva
- Papel de aluminio
Instrucciones
Pelar las cebollitas y retirar las raíces conservando el pedúnculo para mantener juntas las capas. Saltearlas rápidamente en un cazo con un poco de aceite para que tomen color. Retirarlas. Añadir el azúcar en el cazo y caramelizarlo hasta el punto deseado. Añadir un chorro de agua y dejar hervir hasta que el caramelo se disuelva de nuevo. Añadir las cebollitas y dejarlas cocer hasta que estén blandas. Dejar reducir el jugo para que se forme de nuevo un caramelo que envuelva las cebollitas. Reservar.
Salpimentar el salmón. Poner en una bandeja para horno una lámina de papel de aluminio de unos 50 cm por cada ración. Debemos asegurarnos que no tiene agujeros y que no hay ningún elemento en la base que la pueda agujerear. Poner los ingredientes en un centro desplazado del papel (a unos 15-20 cm de uno de los bordes): un chorrito de aceite de oliva, la cebolleta en rodajas finas o en juliana y, encima, el salmón con la piel hacia abajo. Aromatizar con el romero.
Plegar el papel como si creáramos un sobre, volcando el extremo más lejano al salmón hacia el otro extremo. Hacer tres pliegues en cada uno de los tres bordes y doblar las tres puntas hacia dentro. Pretendemos crear un sobre herméticamente cerrado de tal forma que en el horno y con los vapores que generen los alimentos se hinche, señal de que el salmón estará en su punto.
Llevar rápidamente el sobre en la misma bandeja a la mesa, junto con las cebollitas en un cuenco caliente. Abrir allí mismo el sobre: los vapores van a salir y van a aromatizar la mesa. Servir en platos delante del comensal con unas cebollitas y una ramita de romero para decorar.
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