El extra?o Ayrton Senna
Un documental sobre la vida del m¨ªtico campe¨®n del mundo muestra al piloto rebelde y apasionado convertido en h¨¦roe
Dice el cineasta brit¨¢nico Asif Kapadia que en Ayrton Senna hay algo gris. Se rindi¨® a los encantos del personaje y descubri¨® a la persona. Y as¨ª naci¨® Senna, un documental sobre la vida del piloto de f¨®rmula 1, no sobre su muerte -aunque este sea el desenlace de una historia ya conocida-, que se present¨® el mi¨¦rcoles pasado en la Mostra de Val¨¨ncia. Kapadia se confiesa un admirador del western y de los chicos malos. "Cuando era peque?o no me gustaba John Wayne, me gustaban los indios. Senna era uno de esos tipos. No era el chico bueno. Hab¨ªa algo oscuro en ¨¦l, era un tipo gris, ten¨ªa esa fama", explica el director.
Su cine siempre se centr¨® en personajes as¨ª. "Senna representa la figura del h¨¦roe cl¨¢sico. Es el extra?o que llega a Europa desde Brasil para terminar convirti¨¦ndose en el mejor piloto. Tiene que tratar con el politiqueo y la corrupci¨®n. Se mantiene leal a s¨ª mismo. Y finalmente, aunque con un desenlace tr¨¢gico, logra cambiar algo este deporte, que avanza en materia de seguridad".
"No era el chico bueno. Ten¨ªa algo oscuro, era un tipo gris", dice el director
Muy religioso, reflexionaba a menudo sobre la muerte
Senna narra la fatalidad de un genio. Y aunque Kapadia se esfuerce en vender su lado oscuro, dibuja un ser humano fascinante y apasionado, preocupado no solo por la victoria, sino por la integridad de los pilotos y por el sentido de justicia, ya sea en las carreras o en un Brasil que le adora. "Era un piloto muy duro; en la pista no hab¨ªa quien le hiciera sombra y los otros pilotos sab¨ªan que si no se apartaban de su camino tendr¨ªan un accidente. De ah¨ª su reputaci¨®n. Pero la fama que ten¨ªa como piloto no se correspond¨ªa con su forma de ser cuando se bajaba del coche. Cre¨® un personaje para el piloto con el objetivo de intimidar a sus rivales, pero con su familia o para los brasile?os ¨¦l era mucho m¨¢s".
Sus haza?as en la pista muestran el ascenso del deportista: desde aquel primer podio en Montecarlo, bajo la lluvia, que muestra el triunfo de un joven inexperto, enjuto y muy talentoso; o la victoria en el Gran Premio de Brasil, que venci¨® de forma heroica y que acab¨® tan exhausto que ni siquiera pod¨ªa brindar el trofeo a su p¨²blico; a las carreras del Gran Premio de Jap¨®n en las que se va tejiendo la m¨ªtica rivalidad con Alain Prost; y sin olvidar sus discusiones con Jean-Marie Balastre, entonces presidente de la FIA, a cuenta de supuestas injusticias o de la inseguridad en las pistas.
Las palabras Prost, cuya figura ya no se entiende sin la de Senna, de Ron Dennis, presidente de McLaren, o Frank Williams, patr¨®n de la escuder¨ªa que lleva su nombre; y los recuerdos de Neyde y Viviane Senna, madre y hermana del piloto, construyen el relato. Un documental enriquecido con cantidad de im¨¢genes in¨¦ditas, puesto que Kapadia y su productor, James Gay-Rees, revisaron horas y horas de filmaci¨®n de los archivos de la FIA durante dos semanas, una incursi¨®n, sin duda, extraordinaria.
Ayrton Senna, que explicaba su fe religiosa sin reparos y a quien Prost calific¨® de suicida e irresponsable por sus maniobras subido a un monoplaza, reflexionaba a menudo sobre la muerte: "El hecho de que crea en Dios no me hace inmortal", dijo en una ocasi¨®n. El tremendo accidente de Martin Donelly en Jerez en 1990 cambi¨® a aquel chico que declar¨® que corriendo en Montecarlo perdi¨® la conciencia real de lo que hac¨ªa y lleg¨® a ponerse en contacto con Dios.
El tr¨¢gico accidente que termin¨® con su vida en el Gran Premio de San Marino de 1994 se envuelve de una atm¨®sfera extra?a, casi m¨ªstica. "Nunca hab¨ªa visto a Senna tan tenso como aquel fin de semana", apunta Reginaldo Leme, periodista brasile?o y una de las voces del filme. "El coche es a¨²n peor", dice un Senna preocupado a sus mec¨¢nicos de la escuder¨ªa Williams. Estaba inc¨®modo con el monoplaza y en su nuevo equipo, descontento con los cambios en el reglamento, que hac¨ªan m¨¢s peligrosa la conducci¨®n en aras del espect¨¢culo.
"Cuando vi las im¨¢genes de los archivos de la FIA de aquel fin de semana no me pod¨ªa creer lo triste que estaba, algo le preocupaba, no quer¨ªa correr", explica Asif Kapadia. El impresionante accidente de un jovenc¨ªsimo Rubens Barrichello y el choque mortal de Ronald Ratzenberger despu¨¦s terminaron por entristecerle a¨²n m¨¢s. Se dej¨® la vida en aquel muro, en una curva que le quitaba el sue?o, a casi 300 kil¨®metros por hora. Pura mala fortuna. No ten¨ªa ni un morat¨®n, ni un solo hueso roto. Una parte de la suspensi¨®n del coche le perfor¨® el casco y le caus¨® heridas letales en la cabeza.
Senna y su amigo Gerard Berger, que hab¨ªa tenido un accidente terrible en la misma curva en 1989, hab¨ªan vuelto a Tamburello apenas unos d¨ªas antes. "Si no cambiamos esta curva, alguien va a morir aqu¨ª", le dijo Senna. Es una de las escenas que el equipo de Kapadia no incluy¨®. "Ahora es f¨¢cil echar la vista atr¨¢s y buscar se?ales", se?ala el director. Nadie sab¨ªa que iba a morir. ?Cu¨¢ndo ha disfrutado m¨¢s su profesi¨®n?, le preguntan al Senna ya tricampe¨®n en una entrevista: "Cuando m¨¢s disfrut¨¦ fue cuando empec¨¦ a competir en karts; aquello eran carreras de verdad: no hab¨ªa pol¨ªtica, ni dinero involucrado". Ese era Senna, un extra?o en el circo de la f¨®rmula 1.
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