"El local es m¨ªo; quien quiere fuma"
Es uno de los 500 empresarios sancionados por incumplir la ley del tabaco en los tres primeros meses desde que entr¨® en vigor, pero ¨¦l lo tiene claro: "Por haber ido a cara descubierta, cada 10 d¨ªas me mandan a la inspecci¨®n", se lamenta Fernando Tejedor, due?o del bar Spirit de Castell¨®n, y una de las personas que m¨¢s beligerantes se han mostrado en la Comunidad Valenciana contra la nueva ley antitabaco. Tejedor tiene varios expedientes abiertos por dejar fumar en su local. ?No siente estar amparando un comportamiento ilegal? "Lo ¨²nico que hago es defender mi negocio", sostiene. "No soy nadie para prohibir a la gente fumar en mi local, para eso que venga un polic¨ªa y que se ponga en la puerta", comenta a trav¨¦s del tel¨¦fono.
Lo ¨²nico que no permite es la entrada de menores en el local: "Eso lo tengo muy claro". Pero respecto al tabaco, da libertad total a la clientela. "La gente est¨¢ encantada. Quien quiere fuma y quien no, no. Aunque el acceso sea p¨²blico, este es un local privado, es m¨ªo. Yo no tengo ninguna subvenci¨®n ni ayudas del Gobierno, todo lo debo a mi sudor y mi trabajo", indica para justificar su postura.
Tejedor fue de los primeros en tratar de movilizar a los hosteleros valencianos en contra de la norma antitabaco con una recogida de firmas. "El sector est¨¢ notando mucho la prohibici¨®n", dice.
Esta es precisamente la raz¨®n que esgrime Sergio Vega para explicar el cierre de su bar, La Mossadeta, en Mollerussa (Lleida). ?l y su esposa eran otros dos de los insumisos y llegaron a recoger m¨¢s de 1.000 firmas de apoyo a su causa. La Generalitat les mult¨® con 3.300 euros en febrero: 3.000 por dejar fumar dentro y 300 por no tener los carteles informativos. Vega pidi¨® el aplazamiento del pago de la multa y comenz¨® a prohibir que se fumara en el bar.
"Al principio tuvimos el apoyo de mucha gente, pero poco a poco fueron desapareciendo", se queja. Seg¨²n el hostelero, la prohibici¨®n redujo su clientela fija. Tras ocho meses de vida, el negocio revent¨® y este lunes los due?os decidieron bajar la persiana del local de 250 metros. "Me quedo en la calle. Abr¨ª el bar con el dinero que me dieron de la capitalizaci¨®n del paro", puntualiza el exhostelero. La pareja ahora trata de vender el mobiliario. Vega asegura que no est¨¢ en contra de una ley antitabaco, sino que le gustar¨ªa que no fuera tan severa con los bares para que su historia no se repita.
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