El juego como ¨²nica y gran defensa
Excelso en la victoria, el Bar?a ha sabido ser muy elegante en la derrota, virtud que le diferencia del Madrid, triunfador y tambi¨¦n m¨¢s grosero, como qued¨® reflejado en dos im¨¢genes antag¨®nicas: Piqu¨¦, diana del madridismo, felicit¨® uno por uno a los jugadores blancos, mientras Pepe celebraba con un corte de mangas el gol de Ronaldo. Mourinho jam¨¢s acept¨® perder y por tanto siempre necesit¨® una excusa cuando el marcador no le dio la raz¨®n: a veces fue el calendario, otras el arbitraje y cuando no la tirria.
Adem¨¢s de su capacidad para defenderse y ganar en el cuerpo a cuerpo, el m¨¦rito del t¨¦cnico portugu¨¦s ha sido saber visualizar sus enfrentamientos con el Bar?a como una serie en que los cuatro partidos forman parte de una misma trama que va in crescendo y exige de su atenci¨®n e intervenci¨®n para la victoria y tambi¨¦n como un motivo ¨²nico para que el club despliegue todos sus medios a fin de invertir la jerarqu¨ªa futbol¨ªstica, dominada por el Bar?a. El Madrid utiliza su poder ante un descolocado Barcelona.
Al Bar?a le falta gol, puede que banquillo y un plan B para mantener su jerarqu¨ªa
El madridismo se rearm¨® en la Liga para ganar la Copa despu¨¦s de que el partido de Mestalla se disputara en los t¨¦rminos que m¨¢s favorecen al club blanco: una escenificaci¨®n agresiva y un ¨¢rbitro comprensivo con la intimidaci¨®n como ¨²nica alternativa a la capacidad de evangelizaci¨®n del seductor f¨²tbol azulgrana. Los barcelonistas solo se defienden para bien y para mal con su juego. No tiene truco el Barcelona.
Tensado por Mou, el club de Florentino ha aprendido a manejarse en el entorno y cuantos elementos inciden en el juego mientras que la entidad de Rosell se ha convertido en espectadora y v¨ªctima. Al Bar?a le toca reorganizarse con vistas a la Champions y de cara al pr¨®ximo curso, despu¨¦s de un a?o delicado por la disputa del Mundial, cuyas secuelas han sido devastadoras en el Camp Nou si se recuerda que a Cruyff y Rijkaard se les acab¨® la cuerda tras EE UU 1994 y Alemania 2006.
La trayectoria en la Liga y su clasificaci¨®n tanto para la final de la Copa del Rey como las semifinales de la Copa de Europa avalan el plan de Guardiola. No se discute ni el estilo ni el modelo sino que seguramente se impone revisar los medios para optimizar los resultados m¨¢s all¨¢ de la estrategia del Madrid, ahora mismo dominador psicol¨®gico del duelo, dispuesto a confundir a su rival. Al Bar?a se le presenta siempre la misma inc¨®gnita: su relaci¨®n con el gol y la profundidad de su plantilla.
El Barcelona cuenta con un muy buen equipo y, en cambio, su plantel compite en inferioridad de condiciones respecto a la de clubes con una mayor inversi¨®n o de equipos manejados por t¨¦cnicos que estimulan la competencia y el ego¨ªsmo como es el caso de Mourinho. No es f¨¢cil dar con el delantero centro que debe acompa?ar a Messi ni tampoco encontrar a jugadores que no rompan el ecosistema del vestuario, ni su solidaridad, y tengan capacidad para revertir el signo del partido cuando es contrario.
Pedro y Villa llevan 11 jornadas sin marcar, desde el 26 de febrero, cuando ambos batieron al Mallorca en compa?¨ªa de Messi. A excepci¨®n del partido contra el Almer¨ªa y de las eliminatorias europeas, las victorias han sido por la m¨ªnima, el equipo concedi¨® dos empates a uno y ha perdido por la m¨ªnima la final de Copa. Funcionaron las alineaciones y por el contrario los cambios fueron previsibles, hasta cierto punto aplicados por inercia, prueba de la falta de recursos y revulsivos.
Hac¨ªa 25 partidos, desde la visita copera del Athletic, que el Bar?a no se quedaba a cero. De un promedio goleador de 2,63 tantos por partido se ha pasado al de 1,9. Ocurre que los azulgrana necesitan alcanzar la porter¨ªa a trav¨¦s del juego mientras que el Madrid es m¨¢s directo, no precisa intermediarios en la divisoria, sino que, m¨¢s f¨ªsico y fuerte psicol¨®gicamente, gana los partidos a partir de una buena defensa, siempre a gusto en la confusi¨®n, la crispaci¨®n y la tensi¨®n, el terreno que reh¨²ye el sensible Bar?a.
Al Bar?a le falta gol, puede que banquillo y un plan B para mantener su jerarqu¨ªa y competir en igualdad con el Madrid. El equipo blanco mejora con el paso del tiempo mientras que el azulgrana ya alcanz¨® su obra cumbre con el 5-0 y, desde entonces, en lugar de sumar victorias resta cuando pierde un t¨ªtulo y cualquier lesi¨®n -Adriano es baja ahora para cuatro semanas- supone un serio problema. A los azulgrana les conviene recapacitar para asegurar la Liga y enfrentar al Madrid en Europa.
No se replantea la manera de entender el juego, identificada como est¨¢ la afici¨®n con un equipo muy cul¨¦ y ganador (13 t¨ªtulos contra cuatro en los ¨²ltimos siete a?os), sino la forma de mejorar el rendimiento ante rivales que se manejan en cuantas cosas le causan precisamente aversi¨®n. El proyecto madridista va en la l¨ªnea opuesta al barcelonista, ambos son igualmente v¨¢lidos por separado y juntos mezclan estupendamente en la selecci¨®n. A la que se cruzan, por contra, dejan graves secuelas. El triunfo solo se alcanza si antes se digiere la derrota.
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