Lima, espejo del cambio
Lima rebosa esplendor. A¨²n hay mucha pobreza, no faltan edificios cochambrosos y calles bombardeadas, y no es de las ciudades m¨¢s seguras. Pero la capital peruana est¨¢ viva y transmite unas ganas b¨¢rbaras de ir hacia delante. La urbe refleja como pocas otras el crecimiento econ¨®mico del 7% anual de media que el pa¨ªs ha registrado en los ¨²ltimos cinco a?os gracias, sobre todo, a las exportaciones de minerales y la inversi¨®n privada.
Se construyen casas todo el tiempo y los coches y todoterrenos ¨²ltimo modelo atestan la siempre complicada circulaci¨®n en la ciudad. Al margen de que para el conductor lime?o el sem¨¢foro es decorativo y las se?ales de tr¨¢fico meras sugerencias, el aumento del parque automovil¨ªstico convierte a Lima en una ratonera cada tarde. Pero en medio de este caos ha florecido un servicio de troleb¨²s y el presidente Alan Garc¨ªa quiere dejar el mandato con el primer metro lime?o en marcha.
Las tiendas y restaurantes florecen como hongos. La cocina es uno de los mayores atractivos: se organizan aut¨¦nticas excursiones de turistas europeos para comer en sitios chic de fusi¨®n peruano-japonesa o en locales donde sirven la tradicional dieta del pa¨ªs con aire m¨¢s moderno. Ahora ya no hay solo aj¨ª de gallina, tambi¨¦n de langostinos. Las mil y una variedades de patatas peruanas siguen siendo la base de muchos platos, pero se presentan con la delicadeza de la cocina m¨¢s refinada.
En el a?o del centenario del descubrimiento de Machu Picchu, el turismo rebasa los hoteles de lujo de decenas de pisos que se alinean en la avenida Costanera que cada ma?ana se cubre con la bruma del Pac¨ªfico. Detr¨¢s se multiplican los albergues con encanto y las agencias de viajes que no dan abasto a la hora de vender paquetes para Cuzco. Solo durante 2010, el turismo creci¨® en Per¨² en torno al 11%, casi cinco puntos por encima de la media mundial, y se prev¨¦ que con obras como la carretera transoce¨¢nica que une Lima con S?o Paulo, que se abri¨® a finales de 2010, aumente la afluencia de visitantes de los pa¨ªses lim¨ªtrofes, sobre todo desde Brasil.
Miraflores, San Isidro y una parte de Barranco siguen siendo los barrios ricos de toda la vida, pero Los Olivos, Surco y otras zonas de la capital comienzan a competir para atraer a la clase media que ha emergido al calor de la expansi¨®n econ¨®mica. En esta clase, la lime?a, la de Arequipa, Ica y otras partes del pa¨ªs, est¨¢ la llave que necesitan tanto el candidato nacionalista Ollanta Humala como la populista Keiko Fujimori para lograr la presidencia en las elecciones del 5 de junio.
El apoyo de este 35% de la poblaci¨®n dar¨¢ el vuelco en las urnas y por ello Humala no se cansa de repetir que mantendr¨¢ el actual modelo econ¨®mico aunque le d¨¦ un giro m¨¢s social al gasto p¨²blico, y que respetar¨¢ tanto la propiedad privada como las libertades civiles. La clave de su ¨¦xito en la primera vuelta han sido la moderaci¨®n del discurso radical que abander¨® en 2006 y que buena parte de los peruanos parece confiar en que el ex militar golpista ha cambiado al ritmo que ha transformado la propia Lima.
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