Madrile?os aut¨¦nticos
Si, como en Finlandia, existiera entre nosotros un partido de los aut¨¦nticos espa?oles, sus votos ir¨ªan a engrosar los caladeros del PP. En Espa?a ning¨²n partido significativo reivindica su encuadramiento en la extrema derecha, una tendencia hasta hoy, toquen madera, tan desprestigiada que ni los m¨¢s ultramontanos asumen tal condici¨®n aunque los medios de comunicaci¨®n insistan en record¨¢rsela cada vez que sacan sus banderas y sus consignas a la calle en v¨ªsperas de elecciones.
En Espa?a los grup¨²sculos de la derecha impura y dura forman seudosindicatos como Manos Limpias y seudopartidos aunque no crean en ellos porque lo suyo son el partido ¨²nico, a ser posible con carism¨¢tico l¨ªder, y el sindicato vertical como en los viejos tiempos de la democracia org¨¢nica, retru¨¦cano recurrente de la ret¨®rica franquista y florido eufemismo cuya hojarasca serv¨ªa malamente para envolver una dictadura en fase de adaptaci¨®n al mercado libre democr¨¢tico.
Ruiz-Gallard¨®n se est¨¢ escorando a la derecha de la derecha donde cuenta con Ana Botella
El seudopartido de los madrile?os aut¨¦nticos no se f¨ªa del alcalde Gallard¨®n al que le achaca supuestas veleidades izquierdistas sobre todo en el campo de la cultura y sus arenas movedizas, terreno en el que ellos nunca se movieron a sus anchas a causa de su estrechez de miras y de su ancestral miedo a la libertad. Los madrile?os aut¨¦nticos y aut¨¦nticos espa?oles prefieren el aguerrido desparpajo de la presidenta de la Comunidad, sin reparar en que el seudoideario de la lideresa y su discurso se encuadran decididamente en el liberalismo, uno de los demonios tradicionales de la derecha extrema, aut¨¢rquica y estatalista.
La extrema derecha siempre fue proclive a las nacionalizaciones y abomin¨® de las privatizaciones, pero sus seudoide¨®lo-gos de hoy andan m¨¢s despistados que un gato en una f¨¢brica de sifones sibilantes y nunca fueron demasiado sutiles a la hora de los matices, lo suyo son los pronunciamientos y los axiomas maximalistas, los exabruptos y los gestos.
Al discreto encanto del alcalde burgu¨¦s no le cuadran los descoyuntamientos verbales y los excesos gestuales, la soberbia la lleva por dentro y el apasionamiento lo debe reservar para la intimidad, parcela bien guardada a salvo, casi siempre, de depredadores medi¨¢ticos y rivales pol¨ªticos. Para ganarse a los aut¨¦nticos madrile?os, Gallard¨®n, dicen los que le conocen o dicen conocerle, se est¨¢ escorando a la derecha de la derecha, su postura sobre la fallida manifestaci¨®n atea o su anunciada campa?a de limpieza de mendigos callejeros as¨ª lo certificar¨ªan. Gallard¨®n gui?a con el ojo derecho titulaban V¨ªctor L¨®pez y Elena G. Sevillano su cr¨®nica electoral el pasado viernes en estas p¨¢ginas.
Para moverse mejor en tan procelosas aguas, el alcalde cuenta con Ana Botella; su esposo y concejal consorte Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar es todo un referente de la derecha m¨¢s extrema, un l¨ªder de la demagogia global que aviva los rescoldos de la hoguera de sus vanidades en los foros internacionales como alienado analista de un mundo en el que algunos de sus extravagantes amigos como Gadafi se derrumban en sus mausoleos. Tambi¨¦n cuenta, sobre todo ¨²ltimamente con un inesperado Manuel Cobo, el espiado y expiado vicealcalde, que est¨¢ sacando a relucir una vena castiza y retrechera con un sentido del humor que sin duda despertar¨¢ ecos solidarios entre los cavern¨ªcolas aut¨¦nticos. Primero ironiz¨® sobre los monumentos a las v¨ªctimas del 11-M supuestamente compar¨¢ndolos con los que podr¨ªan hacerse a las putas de la calle de la Montera para desbarrar m¨¢s tarde sobre la procesi¨®n atea al preguntarse qu¨¦ pasar¨ªa si se organizara una manifestaci¨®n a la puerta de la mezquita haciendo chorizos asados. T¨² dales ideas, Manolo.
El alcalde "est¨¢ donde tiene que estar, en la moderaci¨®n", subraya el vice, para desmelenarse ya est¨¢ ¨¦l con sus mon¨®logos y sus seudochistes. Para completar el equipo, el dream team de nuestras pesadillas, tal vez deber¨ªa el moderado edil fichar a Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, alias MAR, el portavoz m¨¢s bocazas que vieron los tiempos reconvertido hoy en buf¨®n de tertulias y provocador de tempestades en vasos de agua, intempestivo y montaraz, provocador agreste y desbocado al que los tribunales acaban de condenar por llamar nazi al doctor Luis Montes, falsamente acusado de sedaciones irregulares en el hospital de Legan¨¦s. Eso se llama ver la seudopaja en el ojo ajeno sin sacarse la viga del propio. En su defensa pudo alegar el MAR que no es insulto llamar nazi a alguien, cuando la calificaci¨®n se hace desde la extrema derecha es como llamarle colega.
En la batalla electoral de Madrid, Manuel Cobo, director de la campa?a de Gallard¨®n no ha dudado en recurrir a los fantasmas del pasado, al ectoplasma de un Frente Popular, de un bipartito formado por el PSOE e Izquierda Unida. Como recuerda Lissavetzky: "Entre 1991 y 1995 el PSOE e IU hicieron un pacto de legislatura en la Comunidad y no pas¨® absolutamente nada". Nada de nada, ni siquiera lo que ten¨ªa que haber pasado o lo que sus electores pensaban que tendr¨ªa que haber pasado.
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