Agregador: ?amigo o enemigo?
Nuevos medios se enriquecen con el trabajo de los tradicionales, pero tambi¨¦n pueden darles valor y visibilidad - Las reglas de la informaci¨®n han cambiado
En febrero de 2009, la revista estadounidense Sports Illustrated desvel¨® que el jugador de b¨¦isbol Alex Rodr¨ªguez se hab¨ªa dopado con esteroides. La exclusiva, publicada ¨²nicamente en su edici¨®n digital, no fue el art¨ªculo m¨¢s le¨ªdo sobre esta noticia. The Huffington Post recogi¨® una nota de agencia que reflejaba el contenido de la exclusiva y en pocas horas hab¨ªa batido en n¨²mero de visitas a los autores del art¨ªculo original.
La an¨¦cdota es el ejemplo perfecto del impacto de los agregadores de noticias, p¨¢ginas y portales web dedicados a recomendar informaci¨®n, sobre los medios de comunicaci¨®n tradicionales. Sus detractores argumentan que roban las noticias y se benefician del trabajo creado por otras publicaciones. Sus defensores recuerdan que el tr¨¢fico que env¨ªan a los medios tiene un valor importante e imprescindible.
"En Somalia eso se llama pirater¨ªa", dijo el director de 'The New York Times'
Tras Google, 'The Huffington Post' se ha colocado en el centro de la pol¨¦mica
"Algunos obtienen contenido de forma ilegal y otros, de manera adecuada"
Las respuestas legales hasta ahora son denunciar o buscar acuerdo
John Strum, presidente de la Asociaci¨®n de la Prensa norteamericana, lamenta que "el modelo de negocio de muchos agregadores consista en levantar contenido de otros medios, a?adir una o dos frases, y reclamarlo como propio". Pero nadie ha hablado m¨¢s alto ni m¨¢s claro contra los agregadores que Bill Keller, director de The New York Times. "Agregar puede referirse a gente inteligente que comparte sus lecturas, conect¨¢ndose al generoso mundo de la informaci¨®n. Pero muchas veces consiste en coger palabras escritas por otros, publicarlas en tu propia p¨¢gina y acumular beneficios que de otra manera ir¨ªan destinados a los autores del material. En Somalia, esto se llama pirater¨ªa. En el mundo de los medios, es un modelo de negocio respetado", escribi¨® en The New York Times Magazine.
Las palabras de Keller, que reanimaron el debate sobre los agregadores, iban dirigidas espec¨ªficamente a Arianna Huffington, co-fundadora, directora y due?a de The Huffington Post. Este "peri¨®dico de Internet" combina agregaci¨®n de noticias, producci¨®n de contenido original y un s¨®lido entramado de blogs, columnas de opini¨®n y comentarios. El pasado febrero fue adquirido por AOL por 315 millones de d¨®lares (216 millones de euros). Prueba de su efectividad es que con apenas seis a?os de vida est¨¢ a punto de superar en n¨²mero de usuarios ¨²nicos al mes a la edici¨®n digital de The New York Times.
El valor de los agregadores
?Qu¨¦ aportan los agregadores? ?Perjudican a los medios? ?Puede un diario prescindir del p¨²blico que llega desde estas p¨¢ginas? La pol¨¦mica viene de lejos. Primero fue contra Google News, el sistema de noticias del buscador. Google respondi¨® que los medios tambi¨¦n pod¨ªan optar por no aparecer en su agregador. Opci¨®n que nadie eligi¨®. Ahora, el centro de la diana es The Huffington Post. Pero una mirada m¨¢s profunda a la industria de medios de EE UU demuestra que el debate esta lleno de matices y que medios tradicionales y agregadores en realidad se complementan.
Bill Grueskin, periodista y profesor de la Universidad de Columbia, insiste en que es necesario distinguir los tipos de agregadores antes de entrar en discusi¨®n. "Hay algunos que solo obtienen contenido de forma ilegal y otros lo hacen de una manera adecuada, distribuyen el tr¨¢fico hacia los creadores del contenido y adem¨¢s comparten los beneficios publicitarios", se?ala.
Google News y Yahoo! News son ejemplos de agregadores que seleccionan contenido de forma autom¨¢tica. Frente a ellos, otras publicaciones combinan noticias creadas por otros con reportajes propios y secciones en las que mezclan noticias para darles mayor contexto. Es el modelo de The Huffington Post, o TechCrunch, un blog consolidado a base de noticias sobre la industria tecnol¨®gica, producidas por otras publicaciones, con exclusivas propias.
Hace unos a?os consult¨¢bamos dos o tres medios de comunicaci¨®n al d¨ªa. Internet ha puesto delante de nosotros los titulares de publicaciones de todo el mundo. Pero un mayor acceso al contenido en Internet dificulta encontrar la informaci¨®n m¨¢s ¨²til. Los agregadores "tienen sentido cuando aportan contexto, ayudan al lector a entender las noticias y distinguir qu¨¦ informaci¨®n es importante", asegura Grueskin.
Chris Anderson, profesor y soci¨®logo de la Universidad de Nueva York, ofrece una perspectiva revolucionaria: eliminar la palabra "agregadores". Ha pasado el ¨²ltimo a?o analizando qu¨¦ publicaciones agregan y por qu¨¦, y d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre la agregaci¨®n y la producci¨®n de contenido original. "No hay una definici¨®n clara de lo que significa. Y cuando no hay forma de definir un t¨¦rmino, quiere decir que no funciona", dice Anderson. El soci¨®logo se pregunta si ¨¦l tambi¨¦n es agregador. "Hago trabajos de campo, leo investigaciones hechas por otros y saco mis conclusiones".
Debate sobre agregaci¨®n
Anderson no est¨¢ solo. En la ¨²ltima conferencia sobre el futuro de la industria organizada por la Asociaci¨®n Internacional de Editores de Prensa y Publicaciones, el profesor y periodista Robert Niles defendi¨® que un peri¨®dico, elaborado con noticias de agencias, de colaboradores, cartas al director y art¨ªculos de opini¨®n escritos por lectores, tambi¨¦n es agregaci¨®n. "Incluso el contenido supuestamente original es un trabajo de agregaci¨®n. Agregamos entrevistas a fuentes, documentos, nuestras propias observaciones de gente y lugares. (...) Si de verdad estuvi¨¦ramos creando contenido original, estar¨ªamos escribiendo ficci¨®n". Niles recomend¨® a los medios que olviden del debate entre agregaci¨®n y contenido original. Anderson sugiere lo mismo: "El problema no son los agregadores, es que el modelo de negocio ya no sirve".
La verdadera amenaza para los diarios es el elevado coste relativo que supone producir informaci¨®n original -sueldos de periodistas, cobertura de eventos especiales, costes de impresi¨®n y distribuci¨®n- mientras sigue bajando el nivel de circulaci¨®n, las audiencias migran a la Red y caen los beneficios publicitarios, todo ello en un contexto de crisis econ¨®mica. Y aunque aumenta la publicidad en sus ediciones digitales, no crecen lo suficiente como para igualar cifras anteriores. "La industria teme que est¨¢n invirtiendo una cantidad de tiempo y de recursos muy importantes en conseguir informaci¨®n mientras otros se benefician por ese trabajo, de forma gratuita y en muy poco tiempo", dice Grueskin.
La amplia circulaci¨®n de informaci¨®n en la Red tambi¨¦n elimina las diferencias entre el contenido de unas cabeceras y otras. Los agregadores aprovechan para seleccionar las noticias m¨¢s interesantes para el p¨²blico a un coste mucho m¨¢s reducido, lo que permite consolidar empleos y publicaciones enteras basados simplemente en gestionar la informaci¨®n que circula en internet.
Ken Doctor, autor de Newsonomics, un an¨¢lisis sobre modelos de negocio en la era digital, cree que el argumento econ¨®mico en la pelea entre medios y agregadores no deja ver la gran oportunidad que llega con el nuevo panorama de los medios: audiencia. Doctor define el nuevo ecosistema como un embudo. Un gran n¨²mero de fuentes de tr¨¢fico, ya sea por b¨²squedas en Google, redes sociales, recomendaciones por correo electr¨®nico, agregadores o visitas directas a la versi¨®n digital de un diario env¨ªan lectores hasta la informaci¨®n. "Hay que dejar de pensar si es bueno que lleguen desde una direcci¨®n u otra, y centrarnos en qu¨¦ hace cada clase de lector y c¨®mo asegurarnos que vuelven a consultar el medio", comenta. Para Grueskin, parte de la respuesta de los medios tradicionales deber¨ªa ser precisamente "convertirse en mejores agregadores, bas¨¢ndose siempre en reglas de uso justo".
Territorio sin ley
Pero la noci¨®n de justicia en este ¨¢mbito es escurridiza. Ni Europa ni EE UU cuentan con una ley espec¨ªfica que determine en qu¨¦ condiciones debe reproducirse el contenido de otros en Internet. Solo hay recomendaciones. El Digital Millenium Copyright Act estadounidense, firmado en 1998, ha quedado desfasado. Por otro lado, las reglas t¨¢citas de "uso justo" establecen que se puede agregar el titular de una noticia y una o dos frases incluso si se publican anuncios en esa p¨¢gina. "No siempre gusta a los medios, pero ocurre", dice Doctor.
A falta de una referencia legal para impedir la agregaci¨®n, solo quedan abiertas dos posibilidades que tambi¨¦n representan el diferente modo de actuar en Europa y EE UU. En Europa existe la tradici¨®n de establecer leyes que regulen la actividad de las publicaciones y ya hay un precedente de denuncia contra Google News. Un grupo de diarios locales de B¨¦lgica lograron que eliminara toda referencia a su contenido. Pero en EE UU, tanto la denuncia como una posible sentencia judicial son menos probables. Los expertos creen que pocos jueces se atrever¨ªan a dictar sentencia. El peso de la Primera Enmienda de la Constituci¨®n norteamericana, que garantiza la libertad de expresi¨®n, hace que la mayor¨ªa de jueces sean reacios a legislar en este ¨¢mbito. "Se arriesgar¨ªan a poner l¨ªmites a la libertad de expresi¨®n y de prensa", augura Anderson.
Algunos medios podr¨ªan haber encontrado la soluci¨®n sin llegar a juicio. Una treintena de compa?¨ªas de peri¨®dicos, con un total de 800 cabeceras, firmaron un acuerdo en 2006 con Yahoo!. El portal de Internet tambi¨¦n tiene un agregador de noticias y se comprometi¨® a trabajar en la difusi¨®n del material period¨ªstico, la distribuci¨®n de tr¨¢fico de lectores y negociar contratos publicitarios compartidos con los diarios.
La agencia de noticias Associated Press (AP) tambi¨¦n respondi¨® al reto con el lanzamiento de un "registro de noticias" en 2009. Siguen cada contenido para aprender c¨®mo se consume la informaci¨®n en la Red. A partir de esos datos, AP conf¨ªa en vender licencias para reproducir el contenido a trav¨¦s del reci¨¦n creado News Licensing Group. La decisi¨®n despert¨® mucha pol¨¦mica hace dos a?os: agregadores, blogs e internautas que quieran reproducir contenido deber¨¢n pagar una licencia por los derechos de copia del material.
"Nosotros partimos de la premisa de que los agregadores cumplen una funci¨®n muy importante y ¨²til en el contexto actual, pero exige modelos de negocio y m¨¦todos de distribuci¨®n de los que tambi¨¦n se puedan beneficiar los creadores del contenido", explica Kasi Srinandan, vicepresidente ejecutivo del News Licensing Group. El sistema de licencias podr¨ªa estar listo en el segundo semestre de este a?o y Srinandan conf¨ªa en que sea definitivo. "La tecnolog¨ªa avanza tanto que todos los d¨ªas nace alg¨²n tipo de informaci¨®n que no exist¨ªa antes. No podemos permitirnos que cada vez que alguien invente algo nuevo tengamos que replantearnos c¨®mo obtener beneficios".
F¨®rmulas mixtas
La otra soluci¨®n adoptada es una combinaci¨®n de agregaci¨®n y periodismo. The Miami Herald, The Charlotte Observer y The Seattle Times, todos diarios locales, agregan contenido creado por blogueros de estas ciudades para complementar los reportajes de sus reporteros.
"Se trata de un modelo de negocio muy claro. El medio ofrece una audiencia mucho m¨¢s grande que la que puede conseguir el bloguero por su cuenta. Este logra difusi¨®n y promoci¨®n. El peri¨®dico consigue contenido gratis", explica Doctor. Los autores de blogs deben atenerse adem¨¢s a est¨¢ndares period¨ªsticos muy similares a los de los reporteros del diario. Seg¨²n el autor de Newsonomics, es "un proceso que utiliza la tecnolog¨ªa actual y que puede servir para los medios de comunicaci¨®n en ¨¢reas muy distintas. The Huffington Post es el ¨²nico que ha conseguido hacer que funcione en el ¨¢mbito nacional".
La crisis econ¨®mica y de los medios ha hecho que muchos peri¨®dicos ya no puedan permitirse una plantilla de decenas de reporteros para cubrir la actualidad de una gran ciudad. Este sistema de agregaci¨®n de contenido local llega en el momento perfecto desde el punto de vista econ¨®mico, pero tambi¨¦n sirve para atraer a la audiencia, indispensable para mantener cualquier empresa de comunicaci¨®n.
El gur¨² Jeff Jarvis apod¨® al nuevo contexto como "la econom¨ªa del link". Un ecosistema nuevo, en constante evoluci¨®n y en el que conviven medios tradicionales con los reci¨¦n llegados. Un ecosistema que presenta tantos desaf¨ªos como oportunidades. Uno en el que la remuneraci¨®n econ¨®mica y directa por un art¨ªculo dejar¨¢ de ser la ¨²nica forma de recompensa y donde el poder de atracci¨®n de la marca y su reputaci¨®n, como explica Doctor, siguen siendo algo por lo que luchar.
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