"Deseo conocer al donante, pero la ley no me deja"
El hombre que recibi¨® el ri?¨®n del buen samaritano y su pareja planean ya una vida sin m¨¢quina de di¨¢lisis
Josep Antoni S¨¢nchez, de 62 a?os, de Barcelona, es el segundo eslab¨®n de la cadena de trasplantes que inici¨® el pasado 6 de abril un buen samaritano. Y no tiene suficientes palabras de agradecimiento: "Para m¨ª ya forma parte de la familia, es mi hermano. Me ha devuelto la vida. Me gustar¨ªa conocerle, pero la ley no lo permite, ya me lo han dicho los m¨¦dicos". Josep Antoni explica que en Estados Unidos, donde el trasplante en cadena est¨¢ m¨¢s extendido, todos los implicados se acaban conociendo en un encuentro. "No es solo que me haya salvado la vida, te hace replantear muchos valores", a?ade.
El otro eslab¨®n de la cadena es su esposa, Magdalena Trull¨¢s, de 57 a?os. Ella se hab¨ªa ofrecido como donante, hace cinco a?os, cuando su marido entr¨® en di¨¢lisis. Pero no eran compatibles. "Cuando me lo dijeron fue el mayor sentimiento de frustraci¨®n de mi vida", explica. Tienen cuatro hijos, pero Josep Antoni no quiso aceptar su donaci¨®n porque en su familia hay m¨¢s casos de fallo renal y teme que alg¨²n d¨ªa se necesiten entre ellos. "Yo lo ten¨ªa muy claro, despu¨¦s de 37 a?os de casados y cinco de novios, no ten¨ªa dudas", dice Magdalena, quien ha donado un ri?¨®n a un hombre de Granada. "Pero aqu¨ª quien tiene m¨¦rito es el donante altruista, lo m¨ªo es ego¨ªsmo porque quiero a mi marido a mi lado durante muchos a?os", a?ade. "Debo decir que mi mujer me ha advertido de que si me despendolo me cobrar¨¢ un alquiler", bromea Josep Antoni.
"En un brazo ya no pod¨ªa pincharme, en el otro se me trombos¨® la vena"
Magdalena: "Lo m¨ªo es ego¨ªsmo; quiero a mi marido a mi lado muchos a?os"
?l llevaba ya cinco a?os y tres meses en di¨¢lisis. Tres sesiones, cuatro horas a la semana. "Mi vida y la de mi familia giraba en torno a esa m¨¢quina", explica. Sus venas estaban tan resentidas que era imposible encontrar donde ponerle la aguja. "En el brazo izquierdo ya no me pod¨ªan pinchar, en el derecho se me hab¨ªa trombosado la vena". "Ahora tengo s¨ªndrome de Estocolmo, necesito ver a las enfermeras", dice.
El 6 de abril fue ajetreado para ellos. A las nueve de la ma?ana, Magdalena entr¨® en el quir¨®fano. A las 11, Josep Antoni. En la sala de espera, sus cuatro hijos, todos varones entre los 20 y los 35 a?os. Al salir, su vida era otra. Cuando Josep Antoni se despert¨® en la UVI y los vio, lo primero que hizo fue preguntar por su mujer. Todo hab¨ªa ido bien. Respir¨® tranquilo y pidi¨® que le pusieran la radio para escuchar el Bar?a-Madrid. Al reencontrarse con su mujer, las palabras sobraban. "Compart¨ªamos habitaci¨®n. Cuando lleg¨® de la UVI y entr¨® nos pusimos a llorar, solo con los ojos nos lo dec¨ªamos todo", afirma Magdalena. Ahora, los dos est¨¢n casi recuperados. Tienen muchos planes. "En verano queremos coger el tren Transcant¨¢brico, llevamos a?os sin vacaciones", afirma Magdalena. El pr¨®ximo 3 de mayo Josep Antoni cumple 63 a?os y lo celebrar¨¢n por todo lo alto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.