Erhard Loretan, alpinista, el espr¨ªnter del Himalaya

Superada la cota de los 8.000 metros de altura, la resistencia humana topa con un l¨ªmite al que los alpinistas denominan zona de la muerte: debido al descenso de la presi¨®n atmosf¨¦rica -un tercio de la existente al nivel del mar- el ox¨ªgeno es tan escaso que los pulmones nunca parecen llenarse, el deterioro del organismo es imparable y cada paso que se da es lent¨ªsimo y cuesta un esfuerzo indecible.

En ese entorno, Erhard Loretan (Bulle, Suiza, 1959), ebanista de formaci¨®n, tercero en completar la ascensi¨®n de las 14 monta?as m¨¢s altas del planeta y segundo en hacerlo sin emplear ox¨ªgeno embotellado -el tirol¨¦s Reinhold Messner fue el primero en lograr ambas gestas, que solo han repetido 21 y 10 personas, respectivamente- era capaz de aplicar una t¨¦cnica que solo est¨¢ al alcance de quienes poseen una capacidad f¨ªsica sobrehumana y un valor inaudito. Con un equipo m¨ªnimo, en el que a veces el elemento m¨¢s importante era la pala con la que cavaba un agujero en la pendiente helada para guarecerse de vientos y temperaturas extremas, coronaba y descend¨ªa en horas monta?as colosales que la inmensa mayor¨ªa de las expediciones tarda semanas en subir, si es que las suben. El propio Messner afirm¨® que el ascenso de Loretan en 1986 a la cara norte del Everest en 31 horas (?y descenso en 3,30!) val¨ªa por una colecci¨®n de ochomiles.

Erhard Loretan estaba marcado por la tragedia: en 2001 capt¨® los titulares no por sus haza?as deportivas, sino porque mat¨® inintencionadamente a su hijo de siete meses al zarandearle para que dejara de llorar. Por este hecho fue condenado a varios meses de c¨¢rcel.

Este jueves, d¨ªa en el que cumpl¨ªa 52 a?os, se precipitaba al vac¨ªo la cordada que formaban ¨¦l y una cliente para ascender, por una ruta relativamente sencilla, al Gr¨¹nhorn (4.043 metros), en los Alpes Berneses (Suiza). La ca¨ªda de 200 metros mat¨® en el acto al excepcional alpinista suizo. Su acompa?ante qued¨® herida de gravedad.