"Escribir es una forma digna de no tocar el viol¨ªn"
Cuando Isabel Mellado dice "me gusta el contrapunto", despu¨¦s de estar un rato con ella, uno no sabe bien ya si se refiere al plato de esp¨¢rragos con salm¨®n y salsa holandesa casera que tiene enfrente, o a su primer libro de cuentos, en el que se suceden im¨¢genes muchas veces de ins¨®litos contrastes, o a su m¨²sica y su instrumento, el viol¨ªn, o tambi¨¦n, m¨¢s en general, a su vida, que actualmente se reparte entre Granada y Berl¨ªn, entre la racionalidad alemana y la pasi¨®n andaluza, entre el fr¨ªo y el calor. O quiz¨¢s a todas esas cosas a la vez.
Mellado, 43 a?os, es una violinista chileno-espa?ola, que lleg¨® a Berl¨ªn en 1990 con la beca Karajan: deb¨ªa quedarse dos a?os, pero se qued¨® 20. Cuenta que Berl¨ªn "carameliz¨®" su formaci¨®n musical, gracias a dos a?os con el concertino de la Orquesta Filarm¨®nica y que, sin embargo, "Espa?a fue el fog¨®n de mi desarrollo literario". En Granada, de hecho, adem¨¢s de tocar ahora en la orquesta de la ciudad, termin¨® de escribir y public¨® con ¨¦xito para la editorial P¨¢ginas de Espuma su primer libro, El perro que com¨ªa silencio. Se trata de una recopilaci¨®n de cuentos y aforismos que "se ha convertido en un peque?o fen¨®meno gracias al boca a boca, Internet y a los libreros entusiastas que lo recomiendan".
La concertista ha trufado de met¨¢foras musicales su libro de cuentos
Para la entrevista elige el elegante Caf¨¦ de la Literaturhaus, en Berl¨ªn oeste, famoso por su jard¨ªn de flores y porque es frecuentado por el ambiente literario de la capital, con clientes fijos como Hertha M¨¹ller. Pide, para empezar, una sopa de esp¨¢rragos: se trata pues del producto por excelencia del Brandemburgo, que crece en esta temporada y del que los berlineses est¨¢n muy orgullosos. Le gusta a Mellado, tanto en el libro como en la conversaci¨®n, recurrir a met¨¢foras musicales para hablar de literatura o de comida: "Una sopa es un adagio comestible", es uno de los aforismos que se le escapa mientras prueba la sopa.
Mellado, que deja escaso acceso a su esfera privada, dice que la literatura siempre estuvo presente en su vida, desde la casa en Santiago cuando era peque?a. Su padre, poeta, regalaba galletas a los hijos a cambio de peque?os poemas o relatos. En un momento, sin embargo, sinti¨® la "necesidad imperiosa" de escribir. Este momento fue en Espa?a, donde se volvi¨® a reencontrar con su idioma, despu¨¦s de la larga temporada alemana: "Fue una catarsis, una celebraci¨®n del lenguaje". Su literatura, "parte de una sensibilidad musical donde es muy importante la melod¨ªa, el ritmo, la polifon¨ªa, el silencio", asegura. Escribir, para ella, es "una forma digna de no tocar el viol¨ªn".
El libro est¨¢ compuesto en tres partes, como un concierto, y se cierra con una serie de aforismos, algunos acompa?ados por dibujitos que ella realiz¨® en su iPhone durante las pausas de los ensayos. Sus cuentos son ricos en im¨¢genes y met¨¢foras, sacadas, seg¨²n dice, de su mundo interior y de los sue?os. Esta ma?ana se despert¨® pensando en el postre, y se le ocurri¨® un aforismo: "Dios est¨¢ en el postre". Toma la carta y pide un apfelstrudel con crema de vainilla.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.