Del futurismo a la retroalimentaci¨®n
Hubo un tiempo, a principios de los a?os ochenta, en que el electropop marcial y avanzado de The Human League era sin¨®nimo de futurismo. En la actualidad, por esas pautas inexorables con las que se rige el calendario, constituye un ejercicio retro de primer orden. Retro porque apela tiempos pret¨¦ritos y porque se retroalimenta a s¨ª mismo. Se vio claro anoche, en el teatro Circo Price, cuando hacia la mitad del espect¨¢culo son¨® Egomaniac, una de las mejores piezas incluidas en al ¨¢lbum de regreso de los de Sheffield, Credo. El tema est¨¢ fechado en 2011, pero podr¨ªa haberse deslizado en cualquiera de los discos cl¨¢sicos del tr¨ªo sin modificar una sola nota. Aunque bastante mejor afinada que ayer sobre las tablas, puestos a pedir.
La banda de Philip Oakey opta por una puesta en escena cibern¨¦tica, con todos los decorados en blanco nuclear y los tres ¨²nicos instrumentistas (dos teclistas multitarea y un bater¨ªa electr¨®nico) alineados sobre la tarima con cierto hieratismo. Las dos voces femeninas, Susan Ann Sulley y Joanne Catherall, mecen brazos y caderas sin apenas despegar los pies del suelo, mientras Oakey se achicharra bajo una gabardina negra, sombrero y gafas oscuras. S¨ª, Neil Tennant, el hombre fuerte de Pet Shop Boys, le conceder¨ªa un aprobado alto en estilismo.
Arrancan con una de sus nuevas composiciones, Never let me go, aburrida pese a su v¨ªdeo caleidosc¨®pico, y los primeros brazos en el foso no se despegar¨¢n, t¨ªmidamente, hasta Tell me when o Sound of the crowd, En realidad, The Human League no andan sobrados de temas inexpugnables: permanecieron 20 a?os en letargo y solo el ¨¦xito de cachorros como Cut Copy les ha animado a retomar el camino.
Oakey pose¨ªa una voz c¨¢lida y poderosa, pero ahora nos hace sufrir cada vez que merodea por la parte alta de la tesitura. Los temores solo se disipan con la munici¨®n pesada del tramo final: Fascination, Mirror man y, claro, la irrefutable Don't you want me, que nos suena a¨²n m¨¢s grande desde la versi¨®n guasona de Neil Hannon (The Divine Comedy). Mientras coreaban ese estribillo m¨ªtico, modernos y nost¨¢lgicos, maduritos e infantes, futuristas y retros fueron todos uno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.