Los llenapistas de King Records
A primera vista, poco se diferenciaba la compa?¨ªa de Syd Nathan de otras discogr¨¢ficas independientes fundadas en Estados Unidos durante los a?os cuarenta, como Chess, Modern o Aladdin: propietarios jud¨ªos, dedicaci¨®n a mercados minoritarios (Nathan trabaj¨® el hillbilly antes de afianzarse en el rhythm and blues), la b¨²squeda de cierta excelencia. Cierto que Nathan era m¨¢s ambicioso que sus compa?eros en ese negocio. King Records, con su subsidiaria Federal, estaba concebida como una empresa vertical: pose¨ªa estudio de grabaci¨®n, f¨¢brica, imprenta, distribuidora y hasta lleg¨® a vender sus propios tocadiscos. Tan sofisticada estructura ten¨ªa su base en una ciudad comparativamente peque?a: Cincinnati (Ohio); la ausencia de cantera oblig¨® a Nathan a ofrecer contratos a todo artista que se pon¨ªa a tiro. Fue una carrera contra el tiempo: tan monumental montaje requer¨ªa un volumen de ventas que pocos meses se alcanzaba. Rara vez King logr¨® saltar del mercado especializado al gran p¨²blico: su m¨¢xima estrella fue James Brown, que resultaba incontrolable, tanto en creatividad como en marketing. Nathan falleci¨® en 1968, justo cuando su compa?¨ªa estaba al borde de cumplir un cuarto de siglo.
El sello madrile?o VampiSoul ha conseguido entrar en su fonoteca -ahora, en Nashville- y rescatar piezas olvidadas. Como primeros resultados, dos recopilaciones de temas bailables, R & B hipshakers, disponibles en CD o en cajas de singles de vinilo. Vienen firmadas por Mr. Fine Wine, locutor y dj neoyorquino con debilidad por las rarezas que funcionan en las pistas actuales. Conviene avisar que estas antolog¨ªas carecen de la documentaci¨®n a la que nos acostumbraron sellos como Ace, aunque s¨ª est¨¢n ricamente ilustradas. Seg¨²n el compilador, todo est¨¢ extra¨ªdo de las cintas originales, con la excepci¨®n -y el o¨ªdo lo nota- del trepidante Shout babalama, tema temprano de Otis Redding. Aparecen en R & B hipshakers nombres ilustres tipo Hank Ballard, Roy Milton, Amos Milburn, Charles Brown, Mickey Baker o los 5 Royales. Consecuencia: King-Federal era m¨¢s de seguir tendencias que de innovar.
Nathan ten¨ªa debilidad ante los instrumentistas, aunque sus soluciones para comercializarlos resultaran pedestres: uno se puede encontrar aqu¨ª con el formidable bluesman tejano Freddie King tocando en 1963 un tema llamado, atenci¨®n, The bossa nova watusi twist (que resulta bastante m¨¢s tolerable de lo que cabr¨ªa suponer). Al lado est¨¢n pavos reales como Johnny Guitar Watson, sin problemas para cantar y automitificarse. R & B hipshakers ofrece as¨ª embriagadoras catas en la m¨²sica negra urbana de los cincuenta y sesenta. Lastima que nos quedemos sin conocer la intrahistoria: ?qu¨¦ demonios hac¨ªa en Federal un puntal del Chicago blues como Willie Dixon?
R & B hipshakers. Vol¨²menes 1 y 2. VampiSoul.
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