T¨², t¨², t¨²
Me fui a Barcelona el martes pasado en una especie de campa?a electoral personal, a vender, a venderme un poco, quiero decir, yo tambi¨¦n soy venal, dentro de lo que cabe, y vi por la carretera la propaganda de los partidos, juntos siempre el PSOE y el PP en una especie de d¨ªptico, de valla-d¨ªptico, dos vallas juntas, hermanadas, una roja y otra azul, como dos p¨¢ginas de un mismo libro. Parecen dise?adas por la misma agencia publicitaria. Hay una diferencia m¨ªnima: el PP pide el voto ("Vota PP") en un rinc¨®n, y el PSOE sustituye el imperativo por su monograma de la mano y la flor. Los colores de las vallas tambi¨¦n var¨ªan: del rojo retocado del PSOE al azul¨®n del PP, un celeste similar a lo que algunos angloamericanos llaman color huevo de petirrojo.
Coinciden los dos partidos, juntos y antag¨®nicos, en el uso del adjetivo o el pronombre de segunda persona. Los socialistas hablan de lo importante que es "tu ciudad". Los populares dicen que est¨¢n "centrados en ti", precisamente en ti. Esta intimidad electoral es casi general: nunca ha habido tanto abuso del t¨². Llegu¨¦ a Barcelona y me encontr¨¦ que "T¨² & Tr¨ªas" es el eslogan del candidato favorito all¨ª, de Convergencia y Uni¨®n. Ciudadanos se presentan como "Ciudadanos como t¨²". Iniciativa por Catalu?a te llama a que defiendas "tus ideas". El alcalde y candidato socialista dice en un cartel que le gusta "esta ciudad", y en otro pregunta si te gusta "a ti". Todos los partidos me tutean.
En el avi¨®n tambi¨¦n me tuteaban, nos tuteaban, mientras explicaban c¨®mo huir en caso de amerizaje o aterrizaje forzoso. Los aviones son lugares de cierto desasosiego en determinados momentos y quiz¨¢ las compa?¨ªas a¨¦reas hayan decidido practicar un tuteo cl¨ªnico: ese paternalismo que se puso de moda hace unos a?os en los hospitales, donde son tratadas como ni?os las personas mayores, siempre que sean de nivel social medio, medio bajo y bajo. Con los niveles altos no caben familiaridades ni en momentos de desasosiego. El t¨² rutinario que usaba la tripulaci¨®n por los altavoces del avi¨®n no creo que tuviera ninguna resonancia sentimental: debe de ser una orden de la jefatura de relaciones p¨²blicas de la compa?¨ªa a¨¦rea.
As¨ª es el tuteo de la campa?a electoral. Estamos en una situaci¨®n de malestar, de emergencia, nos quieren apaciguar en el momento desastroso, y de paso se suman a la lenta desaparici¨®n del usted en la vida diaria. El usted va desapareciendo en el momento exacto en que las diferencias sociales crecen brutalmente. A las personas a las que es obligado hablarles de usted las vemos poco o no las vemos. A todos los dem¨¢s, a todos los que siguen accesibles, se les habla de t¨². Es verdad que la propaganda electoral siempre ha dicho "vota", no "vote usted". Es un tuteo reglamentario que nadie se toma en serio. Pero nunca hab¨ªa habido tanto tuteo propagand¨ªstico como ahora, y ese acercamiento ling¨¹¨ªstico coincide con el alejamiento de los partidos, de los representantes pol¨ªticos, por llamarlos as¨ª, respecto a los posibles votantes en general.
El ¨¦nfasis publicitario es un indicio de la brecha entre la propaganda y la realidad. T¨², t¨², t¨², repiten, con ese repiqueteo dental, martillo y berbiqu¨ª, t¨², t¨², a ver si nos hacen un agujero en la cabeza y se nos meten dentro. Qu¨¦ pr¨®ximos son estos d¨ªas el PSOE y el PP, juntos en las vallas de carretera, como unidos por el mismo aparato de propaganda, rojos y celestes, dos colores, pasiones futbol¨ªsticas m¨¢s que pol¨ªticas, en esa ilusi¨®n o maldici¨®n de binarismo o bipolaridad, de buenos y malos, o de malos y buenos, como en una pel¨ªcula de Hollywood o como en la realidad de la pol¨ªtica espa?ola. Te hablan a ti, su ¨ªntimo, su votante ¨ªntimo. Te tutean en el momento de mayor distancia, impotencia, incapacidad tuya para influir en la realidad, resignaci¨®n o fatalidad, conformismo, que siempre tiene algo de triste.
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