Sondeos de futuro
El 22-M ser¨¢ una cita a ciegas con las urnas. En la presente campa?a electoral no nadamos en la abundancia demosc¨®pica, la rudeza de la crisis se hizo sentir en los medios de comunicaci¨®n que ofrecieron contadas encuestas. Todas destacan que nada est¨¢ decidido y ofrecen previsiones borrosas sobre la composici¨®n pol¨ªtica de los ayuntamientos gallegos. Podemos concluir que para destacar semejante evidencia no se precisan sesudas encuestas; no obstante, no le falta raz¨®n a Pedro Magalh?es, analista del Instituto de las Ciencias Sociales de Lisboa, cuando dice que vivimos mucho mejor con los sondeos que sin ellos.
Tradicionalmente, en todas nuestras campa?as electorales era posible diferenciar dos fases; la publicaci¨®n de los ¨²ltimos sondeos se?alaba el ecuador de la campa?a, el fin de la fase de tanteo y el inicio de su recta final. En la primera semana, los partidos reclaman el favor de los ciudadanos ofreciendo un balance de realizaciones (cuando est¨¢n en el gobierno), un cat¨¢logo de males (si se acantonan en la oposici¨®n) y, siempre, un brillante paquete de proyectos estrella para ilustrar felices futuros. En la fase terminal de la competencia electoral, iluminada por las encuestas de opini¨®n, lo realmente importante es refutar o confirmar las previsiones de los sondeos.
Feij¨®o garantiza otra glaciaci¨®n conservadora. Los abstencionistas tambi¨¦n pasar¨¢n fr¨ªo
La guerra se libra en todos los ayuntamientos, no hay plaza pol¨ªtica por peque?a que sea que no cuente en el balance final, pero los sondeos apuntan que la batalla decisiva se resolver¨¢ en las urnas de la AP-9. En Galicia borrosa, un brillante ensayo sobre nuestros problemas en el inicio del siglo XXI, el psiquiatra Santiago Lamas reconoc¨ªa la existencia de una Galifornia que, a la sombra de la Autopista del Atl¨¢ntico, concentra los principales n¨²cleos de poblaci¨®n y traza un din¨¢mico eje de desarrollo sobre el que descansa la econom¨ªa gallega, y una Garizona cartografiada regresivamente como un desierto demogr¨¢fico e industrial, dram¨¢ticamente amenazada con convertirse en un No Lugar. Ser¨¢ en Galifornia donde, el 22-M, se verifique la fortaleza del Partido Popular de Galicia como Gobierno y fuerza social hegem¨®nica.
En la war room de Alfonso Rueda y N¨²?ez Feij¨®o conf¨ªan ¨ªntimamente en que un tsunami electoral de signo conservador acabe con la hegemon¨ªa urbana del BNG y del Partido Socialista en la AP-9 como efecto colateral de un severo voto de castigo al Ejecutivo de Rodr¨ªguez Zapatero; no obstante, los sondeos revelan una situaci¨®n de equilibrio de fuerzas que sit¨²a al Partido Popular tanto a las puertas de un triunfo hist¨®rico como al borde de una frustraci¨®n pol¨ªtica memorable. Recurriendo a una ret¨®rica catastrofista, los estrategas conservadores aspiran a ara?ar los votos decisivos para quebrar la resistencia de los Gobiernos de coalici¨®n progresistas. Parad¨®jicamente, las fuerzas hist¨®ricas del cambio pol¨ªtico en Galicia, BNG y PSOE, conf¨ªan en que el triunfo de las inercias les renueve las alcald¨ªas.
La campa?a sucia se intensificar¨¢ siguiendo las pautas del libro de estilo de Intereconom¨ªa o Libertad Digital. Como en ocasiones anteriores, la inteligencia ciudadana saldr¨¢ malparada a causa de tanto exceso antagonista, pero no hay otra directriz en el PP que la cantada por Fausto: "A guerra ¨¦ a guerra / No c¨¦u e na terra / Nos dentes a faca / Avan?o avan?o". En Compostela, Nuevas Generaciones le hace campa?a a Conde Roa a golpe de infamias y abundantes recursos econ¨®micos; el candidato socialista S¨¢nchez Bugallo y Zapatero son responsables directos de cinco millones de desempleados y, si la cruzada ultraconservadora no lo impide, del fin del mundo. El Tea Party se les subi¨® a la cabeza.
Los sondeos persuadieron a los dirigentes populares sobre la esterilidad de toda estrategia de convencimiento. El ¨¦xito del 22-M se decidir¨¢ gracias a la afirmaci¨®n pasional de los electores conservadores y no como consecuencia de la transferencia de lealtad de los votantes del PSdeG hacia el PP. Como temen los estados mayores de socialistas y nacionalistas, lo m¨¢s probable es que sea el Partido de los Abstencionistas quien determine, con sus incomparecencias, las mayor¨ªas de gobierno en Galifornia y algo m¨¢s. El 22-M el Partido Popular tiene convocado un plebiscito para ratificar la institucionalizaci¨®n de un r¨¦gimen de partido ultradominante, santificado por la ocupaci¨®n de la inmensa mayor¨ªa de los centros de poder y bendecido por una aplastante ventaja electoral sobre el PSdeG y el BNG. Mariano Rajoy recorre Espa?a anunciando una nueva era y, como complemento a 15 a?os de fraguismo, N¨²?ez Feij¨®o garantiza en Galicia una nueva glaciaci¨®n conservadora. Los abstencionistas tambi¨¦n pasar¨¢n fr¨ªo.
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