Educaci¨®n y familias presionan para no cronificar el conflicto de los comedores
El Gobierno critica a los sindicatos por tener a los ni?os como "rehenes"
Son ya tres a?os de huelgas, protestas y reuniones poco fruct¨ªferas entre la patronal y los sindicatos. La huelga de los comedores escolares p¨²blicos, que atienden a 90.000 ni?os, inici¨® ayer su tercera semana consecutiva de paros, que en esta ¨²ltima oleada est¨¢n afectando sobre todo a los centros p¨²blicos de Vizcaya y Guip¨²zcoa.
A pesar de que las protestas est¨¢n contando con menos apoyo que en las convocatorias del a?o pasado, las asociaciones de padres de la escuela p¨²blica y el Departamento de Educaci¨®n han incrementado en la ¨²ltima semana la presi¨®n sobre los sindicatos y la patronal. Todo porque el curso entra en su recta final y se repite un escenario muy similar al del anterior: las huelgas se intensifican en los meses previos al final de curso, el verano paraliza las negociaciones y congela la virulencia de las protestas sindicales, que solo retoman las huelgas una vez que el curso siguiente ha avanzado considerablemente.
Crean interrogantes sobre la mejora de las condiciones de principio de curso
La diferencia de este final de curso con el anterior -adem¨¢s de la divisi¨®n de los sindicatos, ya que la huelga est¨¢ impulsada por LAB, ELA y UGT- es el esfuerzo econ¨®mico de las familias y el Departamento de Educaci¨®n, as¨ª como su hartazgo con respecto a la situaci¨®n. "Las familias no pueden m¨¢s", sintetiza Lurdes Imaz, de la asociaci¨®n de padres y madres de la escuela p¨²blica, mientras que la viceconsejera de Administraci¨®n y Servicios Marisol Esteban, critica a los sindicatos por tratar como "rehenes" a los ni?os. A pesar de que la semana pasada Educaci¨®n apretaba las tuercas tanto a las empresas como a los sindicatos, ayer la viceconsejera compareci¨® ante los medios con un discurso claramente cr¨ªtico con los sindicatos. "Somos huelguistas, no delincuentes", contestaron estos.
En septiembre, las familias empezaron a pagar m¨¢s para sufragar el incremento de 18 horas anuales de jornada que ped¨ªan las monitoras para coordinarse y dar mayor calidad al servicio. De este modo, el sistema de comedores escolares p¨²blicos en Euskadi ha alcanzado cifras dignas de mencionar: 90 millones de euros del departamento, m¨¢s 30 millones pagados por las familias -el 45% de los ni?os acuden gratis por ser becarios-, con 2,5 millones a?adidos por las 18 horas.
El resultado es visible: m¨¢s huelgas en un servicio que se ha convertido en un imprescindible para posibilitar la conciliaci¨®n entre el trabajo y la familia, una realidad que se demuestra con los 9.000 ni?os m¨¢s que ha sumado el servicio en dos a?os.
Ahora, tanto Educaci¨®n como las familias se plantean echar atr¨¢s la mejora iniciada en septiembre. Y es que este ha supuesto mejoras insuficientes para los trabajadores, cuyo principal escollo para alcanzar un acuerdo pasa por la misma cuesti¨®n salarial de siempre: equipararse al sueldo de los trabajadores contratados por el departamento, lo que supondr¨ªa un incremento del 5%. Esto est¨¢ en manos de las empresas encargadas de ofrecer el servicio de comedor, que aseguran no poder hacer m¨¢s concesiones.
Su ¨²ltima propuesta, planteada el martes pasado despu¨¦s de reunirse las partes por separado con el departamento, no supone cambios salariales, e incluye una variable basada en el absentismo "casi imposible de cumplir". Desde entonces, los sindicatos han presentado su posici¨®n, que no ha sido contestada por la patronal. Ayer, LAB criticaba que las empresas "no tienen ninguna prisa" por solucionar el conflicto.
Junto al incremento de la tensi¨®n entra en juego un factor a?adido que condiciona la negociaci¨®n: las empresas est¨¢n en pleno concurso p¨²blico para gestionar los comedores. La crisis acrecienta los intentos de presentar la oferta m¨¢s econ¨®mica para Educaci¨®n, algo que pone freno a posibles nuevas propuestas salariales.
Hartazgo de fin de curso
Grupos de familias que se organizan para cuidar de varios ni?os y darles de comer, colegios que cambian la jornada escolar, padres que, resignados, cogen d¨ªas libres para no dejar a sus hijos solos, extraescolares que pasan, de momento, a mejor vida... La dictadura del tupper y el bocadillo impuesta por los sindicatos ha generado un hartazgo a las puertas del final de curso que moviliz¨® por primera vez ayer a los padres en los colegios de Guip¨²zcoa -hoy lo har¨¢ en Vizcaya-. Los datos de Educaci¨®n reducen al 25% el seguimiento en Vizcaya y Guip¨²zcoa, aunque los sindicatos lo elevan al 80%. Sea la cifra que sea, son huelguistas suficientes y han ido creciendo acorde pasaban los d¨ªas tanto como para sembrar cierto caos en los colegios ante la imprevisibilidad de la huelga con la que se encontraron tras las vacaciones.
La asociaci¨®n de madres y padres de la escuela p¨²blica se reuni¨® ayer con los sindicatos, obteniendo el des¨¢nimo y el miedo a un conflicto que se prolongue. Ehige se plantea ahora la posibilidad de pedir una mediaci¨®n, vistos los escasos frutos de las negociaciones entre patronal y sindicatos.
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