Psicodrama en Cannes: "Entiendo a Hitler"
El certamen exige a Von Trier una disculpa por sus palabras durante la presentaci¨®n de 'Melancholia'
La gran tortilla del festival de cine m¨¢s colosal del planeta dio la vuelta y acab¨® como las malas tortillas, requemada y dejando detr¨¢s un temible olor a chamusquina. A chamusquina huelen casi todas las comparecencias p¨²blicas de Lars von Trier (Copenhague, 1956), alguien de -por lo menos- tanta diarrea lenguaraz como estatura art¨ªstica. Es decir que, adem¨¢s de un cineasta repleto de talento y due?o de un universo est¨¦tico personal e intransferible (no hay m¨¢s que contemplar su ¨²ltima maravilla, Melancholia), es un mimo, un buf¨®n, vamos a atrevernos a decir que un payaso. Cannes lo sabe bien y siempre se ha re¨ªdo mucho con las ocurrencias del personaje. Hasta ayer. Porque ayer, en Cannes, Lars von Trier solt¨® la gracia suprema: "La verdad es que entiendo a Hitler".
Transcurr¨ªa la rueda de prensa -ante cerca de 300 periodistas y las c¨¢maras de televisi¨®n de todo el mundo- entre ese estudiado aroma a esperpento que el director de Bailar en la oscuridad (Palma de Oro en Cannes en 2000) y uno de los ni?os mimados de Cannes suele imprimir a sus performances. Como cuando, hace dos a?os y al defender su pel¨ªcula Anticristo, que hab¨ªa puesto patas arriba Cannes por sus escenas de extrema dureza sexual y f¨ªsica, se autodeclar¨® "el mejor director del mundo".
Pero ayer, de pronto, los periodistas, el moderador de la mesa y sobre todo la actriz Kirsten Dunst, una de las dos protagonistas de Melancholia junto a Charlotte Gainsbourg, se quedaron petrificados. Una periodista acababa de preguntar al director por sus or¨ªgenes alemanes y por sus recientes declaraciones a una revista danesa en las que admit¨ªa que le gustaba la est¨¦tica nazi. Hasta ah¨ª, ning¨²n problema: los abrigos y las botas de los chacales nazis eran, para qu¨¦ negarlo, arrebatadoramente bonitos. Pero de repente, poniendo su eterna cara de tipo incrustado en otra dimensi¨®n, la solt¨®. La frase del d¨ªa. "Entiendo a Hitler". Y se anim¨®. Solt¨® otra perla: "No puede decirse que fuera un tipo estupendo... pero me cae simp¨¢tico". Y, embalado, otra: "Bueno, no estoy a favor de la II Guerra Mundial y estoy a favor de los jud¨ªos... aunque no demasiado, porque Israel nos suele joder bastante". Los periodistas tomaban notas y grababan, Kirsten Dunst miraba -por detr¨¢s de Von Trier- a su compa?era de reparto Charlotte Gainsbourg y en sus labios pod¨ªa leerse como un mantra: "Oh, my God, oh my God" ("oh, Dios m¨ªo, oh Dios m¨ªo"). Tambi¨¦n hubo en la sala risas forzadas y alg¨²n grito de recriminaci¨®n.
El salfum¨¢n vomitado por el inventor del movimiento experimental Dogma recorri¨® no solo las terrazas y restaurantes de La Croisette y los pasillos y salones del Palacio de Festivales, sino los teletipos y las webs de todo el mundo. Las televisiones francesas se pasaron toda la tarde repitiendo las palabras de Von Trier y haciendo todo tipo de valoraciones.
De repente, era como si de verdad se hubiera producido ese anunciado choque de planetas que sirve de tel¨®n de fondo a la pel¨ªcula Melancholia.
Ya por la tarde se supo que los responsables del Festival de Cannes, con su delegado general Thierry Fr¨¦maux a la cabeza, hab¨ªan mostrado su rechazo a las palabras de Lars von Trier y le hab¨ªan pedido que se disculpara. Cosa que hizo en forma de un comunicado remitido a la agencia de noticias France Presse, en estos t¨¦rminos: "Si he podido herir a alguien con las palabras que he pronunciado esta ma?ana, pido sinceramente disculpas por ello; no soy ni antisemita, ni racista, ni nazi".
En el comunicado, los responsables del festival tomaban acta de las excusas del director dan¨¦s y repet¨ªan que "de ninguna forma el Festival de Cannes puede ser el escenario de semejantes declaraciones".
Hay que recordar que, en Francia, existe desde 1882 (y modificado por las leyes de 2000 y 2004) un delito tipificado como "incitaci¨®n al odio racial", y que puede resultar castigado con 45.000 euros de multa y hasta cinco a?os de c¨¢rcel. Uno de los p¨¢rrafos de ese texto legal se refiere a quien, en un lugar p¨²blico, "haga apolog¨ªa de cr¨ªmenes de guerra o de cr¨ªmenes contra la humanidad". Otro p¨¢rrafo alude a "quienes provoquen la discriminaci¨®n, el odio o la violencia en relaci¨®n a una persona o grupo de personas en raz¨®n de su origen o su pertenencia o no pertenencia a una etnia, una naci¨®n, una raza o una religi¨®n determinada". Tambi¨¦n hay que recordar que fue en virtud de esa misma figura legal que el exdise?ador estrella de la casa Christian Dior, John Galliano, tiene por delante un juicio por declaraciones racistas, proferidas en un bar de Par¨ªs el pasado mes de febrero. Si ayer a un juez de guardia de Cannes le hubiera dado por actuar con la misma firmeza, Lars von Trier podr¨ªa haber dormido esta pasada noche entre rejas. Quiz¨¢ por eso -al margen de otras consideraciones- el delegado general del festival se apresur¨® a arrancar del director el correspondiente mea culpa y parar as¨ª el espinoso affaire que muy bien podr¨ªa titularse ?Heil, Trier!
Babelia
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