El periodista que miraba al rev¨¦s
Gay Talese lamenta en Barcelona la falta de orgullo de los reporteros
Lenta ca¨ªda de p¨¢rpados, ligero retrepar en la silla y breve carraspeo antes de responder a la pregunta-queja de la estudiante de la imposibilidad de hacer hoy un periodismo como el de Honrar¨¢s a tu padre y Retratos y encuentros (ambos reci¨¦n publicados en Alfaguara) o La mujer de tu pr¨®jimo (Debate). Fue el ¨²nico momento ayer en Barcelona en el que el pionero del Nuevo Periodismo, Gay Talese, perdi¨® su compostura de gentleman que refuerza su siempre impecable traje con chaleco, sombrero y zapatos italianos.
Ante casi un centenar de alumnos de la Facultad de Comunicaci¨®n Blanquerna fue m¨¢s moderado en la respuesta que al mismo tema hab¨ªa dado horas antes ante un nutrido grupo de veteranos de la Asociaci¨®n de Periodistas Culturales. "Falta orgullo hoy en el periodismo. 'No hay tiempo, no hay espacio', dicen los redactores jefe; no aceptemos esa respuesta; ya me la daban con 24 a?os: hay que ser tozudo e insistente para poder hacer un periodismo distinto", solt¨®.
Talese lleg¨® a defender: "No somos empleados de f¨¢brica, somos profesionales que tratan de decir la verdad: en ning¨²n otro oficio (pol¨ªtico, militar, econ¨®mico) hay menos mentirosos que en el nuestro; sin nosotros el mundo estar¨ªa sujeto a la mentira". Esa alta labor "es como un ceremonial, el de la verdad, y por ello debemos vestir como demanda". Por eso recomend¨® "quemar los tejanos" y prohibi¨® googlear: "en mi periodismo he de estar all¨ª, ver la atm¨®sfera; los periodistas hoy no exploran el mundo, lo miran por la ventana de un PC; si alg¨²n valor tienen mis historias es que est¨¢n realzadas por detalles que no sab¨ªa que ver¨ªa".
Admiti¨®, claro, que la tragedia actual para este periodismo es que "las revistas est¨¢n demasiado centradas en el star system, por lo que no hay espacio para hablar de personas comunes en circunstancias extraordinarias", que aun as¨ª es lo que recomend¨® a los estudiantes. "Historias buenas las hay en todas partes; la cuesti¨®n es c¨®mo las hagan". Y dio otro ejemplo de mirar al rev¨¦s, su gran virtud: "No podr¨¢n entrevistar a la camarera de Strauss-Kahn, pero s¨ª pueden hacer una gran historia sobre las camareras de hotel... S¨ª, el buen reporterismo exige tiempo, pero ignoren las adversidades porque ese periodismo es m¨¢s necesario que nunca hoy que las tecnolog¨ªas pueden escampar todo tipo de rumor... Cualquiera aqu¨ª puede hacer lo que yo he hecho. No soy un mago". El joven auditorio le crey¨® en todo, menos en eso.
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