"Aqu¨ª no compra ni Dios"
Los comercios de la zona se quejan de que la acampada de Sol ha bajado sus ventas
La toma de la Puerta del Sol por parte de los indignados ha alterado completamente la vida comercial de la zona, ha perturbado de lleno su dinamismo diario. El campamento ha creado una barrera f¨ªsica y psicol¨®gica. La f¨ªsica implica que la gente apenas cruza la plaza de norte a sur.
Las tiendas de la calle de Carretas est¨¢n vac¨ªas: "Llevamos varios d¨ªas as¨ª", asegura una guardia de seguridad de una tienda de ropa interior. "La gente que ven¨ªa de la calle de Preciados ya no viene". Y lo ratifica el dependiente de una zapater¨ªa muy popular, que ni siquiera est¨¢ en su tienda, sino en la pizzer¨ªa de al lado: "Aqu¨ª no compra ni Dios".
A ¨²ltima hora de la tarde las tiendas, tanto el peque?o comercio como las franquicias, est¨¢n pr¨¢cticamente vac¨ªas. El due?o de la pizzer¨ªa que hace esquina con la puerta del Sol dice, en cambio, que ellos s¨ª han hecho buen negocio. Los ¨²nicos comercialmente beneficiados parecen ser los locales de comida r¨¢pida porque, al otro lado de la plaza, en las calles de la Montera y Preciados, los bares, cafeter¨ªas y restaurantes lim¨ªtrofes han optado por quitar las terrazas o reducirlas a la en¨¦sima potencia, porque las constantes riadas humanas hacia el kil¨®metro cero hacen imposible el trabajo. "No se venden ni chapas", dice Manuel Fern¨¢ndez, camarero con 40 a?os de profesi¨®n y 15 en la Cafeter¨ªa Europa. Ellos, como otros locales de la zona, han tenido que controlar la entrada a los ba?os "solo para clientes". Los que no lo han hecho, como ha ocurrido con alguna cadena de comida r¨¢pida, se quejan: "Tenemos que limpiarlos cada poco porque est¨¢n guarr¨ªsimos", asegura una de las dependientas.
Por otra parte, hay otra barrera psicol¨®gica generada por el campamento del 15-M que ha afectado tambi¨¦n al habitual aspecto que caracteriza a esta zona de la capital. Se trata de un ¨¢rea que siempre ha tenido alargados horarios en sus comercios, pero ahora ya las tiendas no abren hasta tan tarde. Antes de las ocho de la tarde ya han bajado las persianas m¨¢s de la mitad: ¨®pticas, tiendas de ropa, zapater¨ªas... Probablemente para eludir la avalancha de gente que llega a esa hora para participar en la concentraci¨®n diaria.
Ayer la concentraci¨®n colaps¨® la plaza de la Puerta del Sol. Cruzar de un lado a otro supon¨ªa un m¨ªnimo de 35 minutos en un habilidoso zigzag por las calles adyacentes. Y, al tiempo que los comercios echaban el cierre o se recog¨ªan en el interior de sus locales, en las plazas de Callao, de Jacinto Benavente y del Carmen ya se celebraban asambleas paralelas a la concentraci¨®n. En resumen: Sol est¨¢ lleno de gente que no consume m¨¢s que lo estrictamente necesario y, si puede, no gasta. Y el resto de potenciales consumidores parece que ha optado por no acercarse al centro.
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