Busby, la semilla del Manchester
El m¨ªtico t¨¦cnico revolucion¨® el f¨²tbol con un juego ofensivo, alegre y repleto de j¨®venes
Obtuvo un permiso de la academia militar Sandhurst para salir del cuartel y resolver su futuro, para entrenar a un equipo de f¨²tbol. Lo intent¨® en el Liverpool, donde le negaron sus condiciones, irreverentes para la ¨¦poca, cuando los clubes estaban sometidos a los caprichos de los dirigentes. Luego, se reuni¨® con el Manchester United. "Quiero elegir el cuerpo t¨¦cnico, libertad para fichar y vender, escoger la t¨¢ctica y dirigir los entrenamientos", exigi¨® Matt Busby (Orbiston, Escocia; 1909-1994). Trato hecho. Todo el poder para Busby, la semilla del Manchester, que para muchos cre¨®, desde 1945 hasta 1969, los dos mejores equipos de Old Trafford. Antes y despu¨¦s del desastre a¨¦reo de M¨²nich (1958).
Reconstruy¨® el equipo tras la tragedia de M¨²nich y gan¨® la Copa de Europa en 1968
Como todos los grandes t¨¦cnicos, los visionarios, los que dejan su huella m¨¢s all¨¢ de los resultados, Busby defendi¨® una idea, un modelo. "No fue f¨¢cil", reconoci¨® a?os m¨¢s tarde, cuando acept¨® el cargo de presidente y dej¨® el de director deportivo del Mufc; "porque el campo estaba bombardeado [por los aviones alemanes en la Segunda Guerra Mundial], no hab¨ªa dinero y no ten¨ªa experiencia. Solo ten¨ªa fe en mis ideas". Al tiempo, fue quien logr¨® el aperturismo ingl¨¦s (1957) a Europa.
Hijo de un minero asesinado en la Primera Guerra Mundial, a punto estuvo su madre, empe?ada en que Am¨¦rica era la tierra de las oportunidades, de alejarse del f¨²tbol. Pero en ese instante lleg¨® una oferta del Manchester City. Una Copa inglesa (1934), una internacionalidad con Escocia y traspaso de ese medio de buen pie al Liverpool. Pero lo suyo era estar en el ¨¢rea t¨¦cnica. El sitio que se cobr¨® cuando amanec¨ªan los a?os 50, cuando despertaba con fiereza el ahora mejor club brit¨¢nico -suma 19 t¨ªtulos de Liga, por los 18 del Liverpool-.
Inflexible en la toma de sus decisiones, jam¨¢s pretendi¨® imponer su voluntad sobre los jugadores; entend¨ªa que eran los protagonistas. Por eso, ya al final de su historia, dej¨® una frase que resum¨ªa su filosof¨ªa. "No se le toca ni se le cambia. Que se desarrolle y el resto vendr¨¢ solo", espet¨® a los mandamases del club, cuando un guaperas y desvergonzado chico de Belfast lleg¨® al club. Se llamaba George Best. Le gustaba el descaro. "Matt comprendi¨® que el f¨²tbol era un juego divertido, no una guerra. Por eso dot¨® al equipo de habilidad, arrogancia y estilo", convino otro de sus disc¨ªpulos, un tal Bobby Charlton. "El jugador del Manchester", antepuso Busby en unas de sus charlas, "debe tener habilidad, f¨ªsico y sobre todo car¨¢cter". A ¨¦l le sobraba.
No tard¨® en demostrarlo. Con un campo repleto de cr¨¢teres y ¨¢rboles, exigi¨® el doloroso traslado a Maine Road, estadio del enemigo Manchester City. "Quiero que mi equipo juegue al f¨²tbol", solt¨®. Y jug¨® de lo lindo. No gan¨® de inmediato, segundo en los dos primeros cursos, tras el Liverpool y el Arsenal. Pero 70.000 incondicionales acud¨ªan al campo, admirados por el nuevo f¨²tbol. El premio lleg¨® al tercer a?o, en 1948, 37 a?os despu¨¦s del ¨²ltimo laurel, cuando se hicieron con la Copa ante el Blackpool. "La mejor final de Wembley", titul¨® el News of the World. Tras el triunfo, se regres¨® a Old Trafford y el t¨¦cnico sembr¨® la semilla del Mufc: la apuesta por la cantera. Con Duncan Edwards -fichado a los 15 a?os-, un medio-delantero que debut¨® con 16 a?os y 185 d¨ªas, como l¨ªder de la revoluci¨®n. "La primera vez que entr¨¦ en el vestuario, pens¨¦ que me hab¨ªa equivocado; parec¨ªa que hab¨ªa vuelto al colegio", expuso Edwards d¨ªas m¨¢s tarde. All¨ª coincidi¨® con el central Foulkes, el extremo Berry, el medio Blanchflower y el punta Viollet, todos con menos de 20 a?os. "Los Busby Babes", les bautiz¨® Tom Jackson, del Manchester Evening News, en 1952, cuando se hicieron con la Liga.
Para Busby, sin embargo, era m¨¢s importante definir el futuro. Obligaba, sin contar con el rival, a jugar al ataque. Y fichaba a ni?os para curtirlos. "La Liga de 1956 fue una de sus mayores alegr¨ªas", desvel¨® James Murphy, su escudero; "el equipo ten¨ªa una media de edad de 22 a?os". Pero luego sucedi¨® la mayor de las desgracias.
El curso de 1957 fue redondo: campe¨®n de la Liga, finalista de la Copa y semifinalista europeo ante el Madrid. Pero el 6 de febrero de 1958 se firm¨® la p¨¢gina m¨¢s negra del club. El avi¨®n Elizabethan de la BEA hizo escala en el aeropuerto de M¨²nich (Rheim), cuando el equipo regresaba de superar los cuartos de final ante el Estrella Roja. No volvi¨® a alzarse. Tras tres intentos, se desliz¨® por la pista helada y se estrell¨® con una casa. Murieron 22 personas, ocho de ellas futbolistas. "Estaba perdido, derrotado", asegur¨® despu¨¦s Busby, que recibi¨® dos extremaunciones en el hospital.
Escondido en los horrores de M¨²nich, Busby se fij¨® el objetivo de volver a la ¨¦lite. Reconstruy¨® el equipo, de nuevo con la cantera de protagonista, salpicada con los mayores talentos de Reino Unido. En 1962 lleg¨® Denis Law, al siguiente aterriz¨® Best y eclosion¨® Charlton, tres balones de oro. La Liga se gan¨® en 1965; se fermentaba el ¨¦xito de 1968. F¨²tbol alegre, constantes intercambios de posiciones y llegadas desde la segunda l¨ªnea. "Nos dec¨ªa que nos fij¨¢ramos en el Madrid de Puskas y Di St¨¦fano", recuerda Nobby Stilles. Y lo hicieron. En 1968, derrotaron al Madrid en la semifinal europea y, el 29 de mayo, al todopoderoso Benfica de Eusebio (4-1) en la pr¨®rroga. "As¨ª se alivia el dolor del cuerpo", solloz¨® el t¨¦cnico cuando toc¨® la Copa de Europa. Era el primer ¨¦xito europeo en la mayor competici¨®n de un equipo ingl¨¦s. Busby pas¨® a ser Sir Matt.
Pero el equipo se perdi¨®. Unos lo ata?en al alcohol, otros a las pocas ganas y unos terceros al exceso de soberbia. Pero esa es otra historia. La de Busby acab¨® en 1994 por culpa de un c¨¢ncer. Aunque nadie le olvida en Old Trafford, donde tiene una estatua. Ni en los mantos verdes de Carrington, donde acaba la calle Sir Matt Busby y empieza la ciudad deportiva del Manchester United.
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