Veintea?eros por la salud sexual
Los centros Qu¨¦rote M¨¢is, que cumplen cinco a?os, se dotar¨¢n de mediadores j¨®venes para asesorar a los usuarios sobre sexualidad, imagen y convivencia
"Sobre sexualidad todav¨ªa quedan muchos mitos. Espero que esta generaci¨®n los supere". Bel¨¦n Gonz¨¢lez no habla pensando en los j¨®venes que vienen, sino en los de su propia generaci¨®n. Esta alumna del ¨²ltimo curso de Psicolog¨ªa es uno de los 100 estudiantes que la Direcci¨®n Xeral de Xuventude convertir¨¢ en mediadores voluntarios de los centros Qu¨¦rote, la f¨®rmula inaugurada por el Gobierno bipartito en 2006 para asesorar a j¨®venes en materia de salud sexual. Hasta ahora, eran los t¨¦cnicos de los centros los que, de forma presencial, por Internet o a trav¨¦s de una llamada de tel¨¦fono, solventaban las dudas de los chavales, desde el uso de m¨¦todos anticonceptivos, a prevenci¨®n de enfermedades de transmisi¨®n sexual o temores ante la primera relaci¨®n. Pero en pocas semanas, la plantilla de Qu¨¦rote -implantada en 18 ciudades y villas gallegas- contar¨¢ con orientadores juveniles con una doble misi¨®n: ser gu¨ªas en los centros y observadores fuera. "Queremos que nos den informaci¨®n, que est¨¦n en la calle, que nos trasladen demandas y que a la vez sea difusores de nuestra oferta", explica Noa Tilve, una de las responsables de los cursos impartidos en abril a los chicos que se inician en la mediaci¨®n.
"Queremos que est¨¦n en la calle y que nos trasladen demandas"
"Piensan que si algo no va como lo ven en televisi¨®n ya no es normal"
"Lo mejor es que nos ven m¨¢s pr¨®ximos por la edad. Podemos ofrecerles otro tipo de confianza", sigue Bel¨¦n, que alaba los cursos que acaba de recibir "porque ofrecen puntos de vista diferentes". A trav¨¦s de charlas impartidas por los t¨¦cnicos de los centros, los chavales, casi todos estudiantes, han aprendido la "filosof¨ªa" del servicio. No solo sobre sexo asesoran los centros Qu¨¦rote, rebautizados a finales del a?o pasado como Qu¨¦rote M¨¢is para indicar una ampliaci¨®n del servicio hacia la imagen corporal, la convivencia, el consumo de drogas o el uso de Internet y redes sociales. Tambi¨¦n sobre estos aspectos versaron los cursos, desarrollados en las cuatro ciudades.
"En la facultad no tratamos estos temas o solo lo hacemos de pasada, as¨ª que es una oportunidad para completar su formaci¨®n", explica Bel¨¦n, interesada en el debate sobre la intimidaden las redes sociales, desde prolongaci¨®n de la vida privada hasta herramienta de movilizaci¨®n. "Algunos piensan que los menores no tienen la capacidad para protegerse, pero depende de la educaci¨®n que se les d¨¦ en casa", dice.
"La adolescencia es una etapa en la que no siempre te sientes bien contigo mismo, por eso es tan importante saber c¨®mo encarar ciertos problemas con esp¨ªritu cr¨ªtico", expone Noem¨ª, de 22 a?os, estudiante del primer curso de Trabajo Social y con formaci¨®n anterior en asesor¨ªa en imagen corporal. Estudia en Ourense, aunque es de Mos, y se interes¨® por la mediaci¨®n porque hace a?os tuvo "problemas de autoestima". La avalancha de informaci¨®n de la web es un criadero de t¨®picos y, por lo tanto, un peligro. Para Noem¨ª, la educaci¨®n sexual de los j¨®venes, m¨¢s all¨¢ de aspectos fisiol¨®gicos y preventivos -que son los que tratan en los centros de ense?anza- no ha avanzado tanto. "La gente se informa en sitios que no son de confianza, y estas cosas deben explicarse sin paternalismos".
Lo que perciben los j¨®venes lo corrobora Noa Tilve, que dirige el centro Qu¨¦rote M¨¢is de Santiago. Al barullo del exceso de informaci¨®n se suman las im¨¢genes estereotipadas, a veces id¨ªlicas, que el cine y la televisi¨®n ofrecen del sexo. "Piensan que si algo no va como lo ven en televisi¨®n, ya no es normal", lamenta. En realidad, contin¨²a Tilve, los conflictos aparecen porque a la informaci¨®n sobre sexualidad se llega tarde y mal y casi siempre se limita al momento del coito. "Tenemos que trabajar en el cambio conceptual. El sexo est¨¢ presente desde el nacimiento y hay que acompa?ar al ni?o desde el principio en este proceso", defiende. Gracias a sus conversaciones con padres de adolescentes y profesores, Tilve sabe que ni en el hogar ni en la escuela los chavales tienen garantizada una informaci¨®n sin prejuicios. Los talleres sobre salud sexual dependen casi siempre de la buena voluntad de las Anpas y del inter¨¦s del docente por ir m¨¢s all¨¢ del libro de texto de Biolog¨ªa. Otros colectivos, sigue Tilve, como el de los discapacitados, lo tienen a¨²n m¨¢s dif¨ªcil, porque el sexo para ellos sigue siendo tab¨². "Pensamos que no tienen deseo o simplemente no queremos que lo tengan".
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