Amigotes del espacio exterior
Los tozudos Grinderman y un estratosf¨¦rico Sufjan Stevens destacan en un arranque del Primavera Sound marcado por los problemas organizativos
Los miembros de Grinderman, que anoche actuaron ante unas 15.000 personas en un arranque del San Miguel Primavera Sound marcado por los problemas organizativos, se comportan como un grupo de amigotes cuando nadie les ve. Rompen cosas, sueltan burradas sobre t¨ªas y a¨²llan si les viene en gana. Lo que diferencia a Grinderman de la cl¨¢sica crisis de la mediana edad es el salvaje e incombustible magnetismo de Nick Cave, su l¨ªder, leyenda australiana del rock oscuro.
El descarnado y poderoso repaso a sus dos ¨¢lbumes que ofrecieron al filo de la medianoche aguant¨® inesperadamente bien la comparaci¨®n con Sufjan Stevens, el otro gran concierto de la noche. En las ant¨ªpodas de Cave y como un ¨¢ngel ciego de fluorescente ca¨ªdo en una fantas¨ªa pretecnol¨®gica, el cantante estadounidense hab¨ªa demostrado ante la reducida audiencia del Auditori por qu¨¦ es uno de los mejores m¨²sicos del momento. Es dif¨ªcil imaginar un espect¨¢culo de pop m¨¢s excesivo, complejo y fascinante que el suyo. "Estamos en mi nave, yo soy el capit¨¢n y esto es una traves¨ªa de pop c¨®smico", explic¨® en espa?ol al inicio de un recital con una banda que inclu¨ªa dos bater¨ªas, cacharros electr¨®nicos, un organista, secci¨®n r¨ªtmica y de vientos y dos coristas.
La actuaci¨®n ser¨¢ dif¨ªcil de superar y estuvo a la altura de la expectaci¨®n creada
Pulp act¨²a hoy en primicia mundial tras una d¨¦cada de letargo
El resultado estuvo a la altura de la expectaci¨®n creada, cercana al delirio. El aforo de dos mil personas del Auditori se reparti¨® entre los cuarenta mil asistentes previstos por la organizaci¨®n para la jornada inaugural mediante un sorteo en Internet que, ay, no dej¨® contento a casi nadie. Tampoco satisficieron, por decirlo de un modo suave, las innovaciones en la venta de bebidas. Mientras las masas trataban de adivinar el sentido de programar a Stevens, uno de los m¨¢s esperados del festival, en dos sesiones (hoy es la segunda) en la intimidad de un teatro, la indignaci¨®n corr¨ªa en vista de que las tarjetas ideadas para erradicar el uso de moneda en el recinto chocaron con el mismo estr¨¦pito tecnol¨®gico que durante aquella c¨¦lebre presentaci¨®n de Windows de Bill Gates. La salvedad fue que aqu¨ª fallaron los iPad.
M¨¢s o menos cuando las barras empezaron a aceptar dinero para evitar que la cosa fuera a mayores toc¨® el turno del exotismo rap de Big Boi, mitad del d¨²o OutKast. La audiencia pudo comprobar entonces que en esto del hip-hop casi siempre suena mejor la teor¨ªa (una buena cr¨ªtica en una revista de rock) que la pr¨¢ctica de un concierto crudo y un tanto lamentable.
Antes hab¨ªa dado tiempo a descifrar cierta tendencia esbozada por algunas de las bandas del cartel (Emeralds, Ducktail Oneohtrix Point Never). Si por ellas fuera, la banda sonora de este 2011 ser¨ªa una parad¨®jica suma de monoton¨ªa, psicodelia, complejidad e infantilismo.
A un poco de todo eso sonaron Moon Duo, uno de esos grupos que gustan demasiado a demasiada poca gente. Se dejaron mecer por sus ritmos obsesivos ante un p¨²blico tempranero que inclu¨ªa a Jarvis Cocker, el hombre m¨¢s buscado del festival, que resucitar¨¢ Pulp esta noche tras una d¨¦cada de letargo en el primer concierto mundial de la gira de reuni¨®n de la banda.
-Se?or Cocker, ?qui¨¦n ganar¨¢ la final de la Champions entre el Barcelona y el Manchester y que cambiar¨¢ ma?ana el curso del festival?
-Te podr¨ªa decir con qui¨¦n voy. Y te podr¨ªa decir por qui¨¦n he apostado mi dinero. Pero no ser¨ªan el mismo equipo.
Cocker no fue m¨¢s concreto al ofrecer una gu¨ªa est¨¦tica en la jungla primaveral. "?Puede su diario imprimir el nombre de cincuenta bandas?". La indecisi¨®n de la estrella de pop brit¨¢nica es com¨²n en esta gran celebraci¨®n del estr¨¦s musical, extra?a patolog¨ªa que embarga a los asistentes del Primavera y que se manifiesta en un caminar a paso r¨¢pido de un lado a otro de un recinto que ha crecido para dejar atr¨¢s la escala humana. Escrutan el programa e intercambian pareceres para descifrar tanta banda ignota, tanto ¨²ltimo grito. Como esos estudiantes que se reparten el temario inabarcable para sumar fuerzas en el examen final.
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