Rechistar
El reportaje sali¨® en este diario el pasado 14 de mayo, y desde entonces hasta la fecha en que escribo no he visto un solo editorial o columna al respecto, lo cual resulta extra?o teniendo en cuenta la magnitud del esc¨¢ndalo. Hablaba dicho reportaje de la enorme cantidad de proyectos absurdos y costos¨ªsimos encargados por las Comunidades Aut¨®nomas o los ayuntamientos de Espa?a y que, a d¨ªa de hoy, no sirven para nada, est¨¢n infrautilizados o directamente abandonados a medio hacer, como tantas urbanizaciones. Se pon¨ªan unos cuantos ejemplos, una breve muestra, ya que al parecer hay muchos m¨¢s. L'?gora, en Valencia, el edificio que cierra la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, dise?ado por el car¨ªsimo arquitecto Calatrava y al que s¨®lo le faltan unos remates para su conclusi¨®n, se ha llevado ya 90 millones de euros, y hasta ahora "ha servido para albergar el Open de tenis, espect¨¢culos infantiles, un mercado de Navidad y competiciones acrob¨¢ticas". La verdad es que se ignora qu¨¦ uso puede tener ni para qu¨¦ se acometi¨® el proyecto, aparte de para que se d¨¦ lustre el se?or Camps (lustre turbio, por no variar) y para despilfarrar, como si sobrase el dinero en ning¨²n sitio. O quiz¨¢ no haya apenas actividades en L'?gora a fin de que los valencianos puedan pasearse por all¨ª sin obst¨¢culos, como se ha construido el aeropuerto de Castell¨®n sin aviones, seg¨²n el d¨²o demente formado por el propio Camps y su colega Fabra, para eso, para que la gente recorra pistas e instalaciones sin que la molesten los vuelos, ya glos¨¦ aqu¨ª su lun¨¢tica y c¨®mica inauguraci¨®n.
"Las c¨²pulas de PP, PSOE, IU, PNV y CiU han cre¨ªdo que pod¨ªan gobernar con total impunidad"
No es este el ¨²nico aeropuerto in¨²til, por incre¨ªble que parezca. Un par de compa?¨ªas de bajo coste fueron las ¨²nicas en utilizar -a cambio de subvenciones- el de Alguaire, en L¨¦rida, que cost¨® 95 millones y fue promovido por el tripartito catal¨¢n. Tras fletar alg¨²n vuelo con s¨®lo tres pasajeros, las dos compa?¨ªas se marcharon. Ahora queda Air Nostrum, que "opera viernes y domingo un vuelo a Mallorca y con aeronaves peque?as, que tambi¨¦n funcionan a golpe de subvenci¨®n". Mientras tanto, en Madrid, cerca de Barajas, se yergue un solo y vanguardista edificio de los diez proyectados, encargados todos ellos "a los mejores arquitectos del mundo". Se iban a concentrar en el fastuoso complejo la mayor¨ªa de juzgados dispersos por la ciudad, para formar un megal¨®mano Campus de la Justicia, con un presupuesto de 1.000 millones de euros. Se han gastado ya 100 en ese ¨²nico y aparatoso inmueble construido, que desde hace un a?o largo permanece aislado y cerrado, con vigilancia durante las veinticuatro horas del d¨ªa. El Ejecutivo de Esperanza Aguirre tiene "aparcada" sine die esta operaci¨®n urban¨ªstica, y no ha dicho una sola palabra al respecto en su programa para la legislatura que acaba de comenzar. En 1999 Fraga decidi¨® levantar en un monte, a las afueras de Santiago, la Cidade da Cultura, que ya se ha tragado 400 millones sin que, doce a?os despu¨¦s de su concepci¨®n irresponsable, se hayan definido los contenidos que albergar¨¢, aunque haya 148.000 metros cuadrados a disposici¨®n. Y, como todav¨ªa no ha habido escarmiento, en Vitoria el alcalde est¨¢ (o estaba, no s¨¦ si lo han reelegido) empe?ado en sacar adelante otro sue?o grandioso de dudosa utilidad: el Business and Arts International Center, que ocupar¨¢ 67.000 metros cuadrados y costar¨¢ (en principio) 175 millones. Son los ejemplos del reportaje en cuesti¨®n, muy pocos para lo que hay.
Y uno se pregunta: ?c¨®mo es posible que ninguno de estos desaguisados haya tra¨ªdo consecuencias para sus responsables? ?C¨®mo es que a nadie se le piden cuentas de estos derroches monstruosos e in¨²tiles, meros adornos de los respectivos Presidentes auton¨®micos o alcaldes? Todos los involucrados deber¨ªan haber dimitido, pero, como eso es mucho pedir en Espa?a, al menos deber¨ªan haber buscado a algunos chivos expiatorios -consejeros, concejales- para defenestrarlos con gran resonancia y no menor cinismo. Nada de esto sucede nunca, y es una de las razones por las que los pol¨ªticos son percibidos por la poblaci¨®n como el tercer mayor problema del pa¨ªs, y por las que los concentrados en las principales plazas de Espa?a no quieren saber de ellos, aunque no sepan muy bien c¨®mo se los puede sustituir. La verdad es que ninguno lo sabemos con claridad. Por fortuna, la mayor¨ªa no cuestionamos la democracia ni la existencia de los partidos, del todo necesarios y siempre menos malos que las formaciones de advenedizos "no profesionales" e indefectiblemente populistas o cuasi fascistas, que dan lugar a caciques de derechas o de izquierdas, a Berlusconis y a Hugos Ch¨¢vez, tan parecidos entre s¨ª y los dos a Jes¨²s Gil. Pero tal vez, como primer paso, las actuales c¨²pulas de PP, PSOE, IU, PNV, CiU y dem¨¢s deber¨ªan hacerse a un lado y dejar su lugar a gente nueva no contaminada. Estas c¨²pulas se han sentido muy seguras durante a?os, han cre¨ªdo que pod¨ªan gobernar arbitrariamente y con total impunidad, que las reglas del juego estaban cerradas en su beneficio, y que nada ni nadie las mover¨ªa de sus respectivas parcelas de poder. Han juzgado que no ten¨ªan que rendir cuentas, ni de sus decisiones y corrupciones ni de su malgasto de los dineros p¨²blicos. ?Un aeropuerto o un hospital de cart¨®n piedra? ?Un Campus de la Justicia arrumbado? ?Una Cidade da Cultura o un ?gora que no se sabe para qu¨¦ sirven? Adelante, que nos vamos a hacer fotos en ellos y nadie va a rechistar. Parec¨ªa que iba a ser as¨ª por los siglos de los siglos. Pero ya no somos cuatro columnistas a los que no se oye: son millares de voces las que han empezado a rechistar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.