Convergencia forzosa
Al inicio de 2011, las econom¨ªas desarrolladas cerraron lo que podr¨ªamos denominar fase I de la crisis, en la que no solo han conseguido evitar mayores ca¨ªdas del PIB (el m¨ªnimo se registr¨® en el primer trimestre de 2009), sino que lo han situado en m¨¢ximos hist¨®ricos o muy cerca. EE UU y Alemania son los ejemplos m¨¢s notables, mientras que Reino Unido es el pa¨ªs m¨¢s rezagado, y Jap¨®n deber¨¢ posponer la culminaci¨®n de esa fase debido al terremoto del 11 de marzo y sus consecuencias. En general, pues, podemos defender que los pa¨ªses desarrollados han comenzado ya la fase II, que se caracteriza por las necesidades de desapalancamiento de casi todos los agentes, especialmente los Gobiernos, las familias y el sistema financiero (que, a partir de ahora, debe adem¨¢s satisfacer unas ratios de solvencia m¨¢s exigentes).
Los j¨®venes de los pa¨ªses desarrollados sufren la resaca de una 'fiesta' a la que no asistieron
Las previsiones de crecimiento del PIB para esta nueva etapa, que podr¨ªa durar hasta un lustro, son modestas, ante la ausencia de un soporte como el de anta?o del consumo privado y el gasto p¨²blico. Gran parte de la responsabilidad del crecimiento recaer¨¢, por tanto, en la inversi¨®n empresarial y, sobre todo, en la demanda externa, y para ello ser¨¢ clave que se consiga aplicar con ¨¦xito esta fase II, en la que ya han entrado las econom¨ªas emergentes. Durante la crisis en los pa¨ªses desarrollados, estas econom¨ªas fueron capaces de cumplir el decoupling (seguir creciendo de manera m¨¢s o menos robusta), en la que ser¨ªa su fase I.
Porque los BRIC y los N-11 son conscientes de que su motor del crecimiento en el futuro ya no va a residir ni en las exportaciones ni en la inversi¨®n empresarial, sino en el gasto de sus hogares. Tras varios a?os de elevada generaci¨®n de empleo y aumento de la renta disponible, el menor crecimiento relativo del consumo ha permitido una fuerte acumulaci¨®n de ahorro, que ahora puede verse materializado en mayores decisiones de consumo. El Plan Quinquenal chino 2011-2016 (que se denomina "pro cosumo") es todo un ejemplo de las intenciones de las autoridades de aquel pa¨ªs en esta direcci¨®n.
As¨ª, entramos en una nueva etapa en la econom¨ªa mundial donde la palabra clave puede ser convergencia. Las econom¨ªas desarrolladas deber¨¢n adaptar algunas de sus variables econ¨®micas a los par¨¢metros de las emergentes, mientras que estos pa¨ªses tender¨¢n a parecerse m¨¢s a los desarrollados. Este proceso, como es obvio, implica importantes retos. Para las emergentes, c¨®mo compatibilizar un mayor consumo privado con la estabilidad macroecon¨®mica y la ausencia de desequilibrios (entre ellos, burbujas de valoraci¨®n). En las desarrolladas, c¨®mo conseguir que la sociedad acepte el cambio, sobre todo cuando los que m¨¢s van a tener que abrocharse el cintur¨®n pertenecen a una generaci¨®n que se incorpora ahora al mercado laboral. En una suerte de solidaridad intergeneracional forzada, los j¨®venes de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados parecen condenados a sufrir la resaca de una fiesta a la que no asistieron, mientras que en los emergentes son los j¨®venes los que podr¨ªan iniciar su particular celebraci¨®n.
David Cano y Sara Bali?a son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi).
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