Crisis de burocracia

La intoxicaci¨®n desarrollada en Alemania ha puesto de manifiesto la especial sensibilidad de la sociedad por la calidad de los productos alimentarios, su impacto negativo para los productores y la necesidad de actuar con la mayor prudencia a la hora de hacer este tipo de denuncias. Tambi¨¦n quedan en evidencia los escasos mecanismos en manos de la Comisi¨®n Europea para responder con agilidad a crisis como esta.

Con la actual Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n existen mecanismos como la retirada del producto a precios casi simb¨®licos en casos de problemas puntuales. Bruselas ha planteado articular para el futuro un sistema de intervenci¨®n r¨¢pida mediante un fondo para actuar ante problemas excepcionales en los mercados. Lo sucedido en Alemania, desde hace ya dos semanas, reafirma la necesidad de disponer de este tipo de intervenci¨®n r¨¢pida en los mercados por parte de las autoridades comunitarias, sin esperar a los consejos especiales de los ministros de Agricultura. Hoy est¨¢ por ver la asignaci¨®n de un autor al agente de la intoxicaci¨®n; est¨¢n por ver los efectos de las campa?as de promoci¨®n para recuperar los mercados. Pero son visibles los problemas en el campo, para los que han faltado respuestas r¨¢pidas.

Hay pa¨ªses que, ante un problema en el sector agrario de esta envergadura, toman de forma inmediata sus decisiones sin contar con Bruselas. Espa?a nunca, tampoco ahora, ha adoptado medidas por libre para dar luego explicaciones a la Comisi¨®n.

En medios de la Administraci¨®n hay dos posiciones diferentes. Quienes apuestas por el enfrentamiento con Berl¨ªn y quienes buscan las responsabilidades y compensaciones morales y econ¨®micas en un clima de entendimiento. Alemania es el primer importador de frutas y hortalizas espa?olas y nunca antes hab¨ªa actuado con irresponsabilidad cuando tuvo dudas sobre posibles partidas defectuosas, que siempre puede haber en m¨¢s de dos millones de toneladas. Su actitud en esta crisis pudo ser producto de una situaci¨®n de nerviosismo al ver varios muertos en su territorio. No respondi¨®, como han dejado entrever algunos pol¨ªticos, con una guerra comercial, de la que s¨ª se han tratado de aprovechar los franceses para colocar sus hortalizas y frutas de verano. Es preferible un clima de colaboraci¨®n en el futuro.