Estrella Morente Morentiana
Morente en concierto es el t¨ªtulo que ahora se da a las actuaciones de Estrella Morente, queriendo perpetuar -sin duda- la dinast¨ªa. Yo creo que esto era un hecho ya, pues sabemos que el cante de Estrella, desde que naci¨®, segu¨ªa la huella del padre. Aunque no solo eso, pues la hija ha cantado desde el principio m¨¢s cosas, quiz¨¢ m¨¢s diversas cosas que el padre.
Esta noche inaugural de la Suma Flamenca, se atuvo sin embargo bastante estrictamente al recuerdo del cante paterno, que hizo en ocasiones de manera esplendorosa. El fandango Decadencia, por ejemplo, o la canci¨®n La estrella, que tanto cantara Enrique en tiempos. En estos t¨ªtulos la cantaora vibr¨® de forma admirable, volc¨¢ndose, rompi¨¦ndose, dejando constancia de su genialidad, que no es fortuita ni mucho menos, sino una manera de comportarse realmente digna de atenci¨®n.
Morente en concierto
Cante: Estrella Morente. Guitarras: Jos¨¦ Carbonell, Montoyita y Jos¨¦ Carbonell, Monty. Percusiones: Pedro Gabarre, Popo. Teatros del Canal. 9 de junio.
Pero Estrella cant¨® otras muchas cosas. Abri¨® con los fandangos de Granada, que hizo sinti¨¦ndose y doli¨¦ndose. Despu¨¦s, entre otros temas, nos brind¨® una brillante versi¨®n de la sole¨¢ petenera, que tan poco se canta habitualmente. De igual modo brillante, y adem¨¢s con mucha gracia, fue su versi¨®n de La colombiana, a la que precedi¨® La ca?a en una simbiosis que yo no hab¨ªa o¨ªdo nunca. De propina nos regal¨®, a palo seco, una sobresaliente versi¨®n del preg¨®n El uvero, que en tiempos recientes hemos escuchado ya alguna vez.
El conjunto acompa?ante muy bien, con un solo de guitarra extraordinario de Montoyita. Al final el p¨²blico ovacion¨® de pie, con unanimidad, lo cual estaba justificado, porque fue una gran noche de arte flamenco, de las que ya no es frecuente que hablemos en los tiempos actuales. Una noche en la que Estrella Morente brill¨® casi en todo momento, con personalidad y, sobre todo, con una voz limpia y poderosa que domin¨® en todo momento.
Se encuentra la cantaora quiz¨¢ en su mejor momento, y adem¨¢s vemos que retorna -no s¨¦ si ocasionalmente o de manera ya permanente- al flamenco de calidad del que a veces se hab¨ªa alejado por el prurito de canta otros g¨¦neros m¨¢s o menos distantes.
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