Del suelo a las estrellas
Abajo la grandilocuencia! ?Alto a los montajes formales y aparatosos! Bienvenidas las buenas historias que se acercan al p¨²blico y le conmueven. Actores que m¨¢s que jugar a interpretar una obra, se suben al escenario a vivir y sentir. Directores que saben esconder su talento y se ponen al servicio de un texto y unos int¨¦rpretes. Un nuevo movimiento se ha instalado, todos esperan que para quedarse de manera definitiva, en los teatros. Una corriente impulsada por voces muy diferentes de la dramaturgia provoca colas en las salas teatrales. Definitivamente hay voluntad de hablar con voz propia. El teatro se oxigena. Refugiados en peque?as salas de ensayo o en casas propias, al final de largos pasillos, sin m¨¢s objetivo que sacar adelante un montaje, con perspectiva econ¨®mica cero y a la espera de que caiga del cielo alg¨²n programador interesado. As¨ª es como han nacido muchos de los equipos y grupos que jalonan hoy y con gran ¨¦xito el panorama teatral en Espa?a, y que han conseguido el asalto a los grandes centros nacionales. Con historias potentes, brillantes, con otro ritmo, otra energ¨ªa, esas que consiguen que el p¨²blico salga a la calle extasiado, apasionado, y que olvide las dificultades que ha tenido para hacerse con unas entradas.
Claudio Tolcachir: "El teatro es un di¨¢logo. La contestaci¨®n viene de las personas que se ven reflejadas. Siempre lo m¨¢s lindo est¨¢ por venir"
Miguel del Arco: "Se ha abierto la posibilidad de hacer propuestas que atrapen al p¨²blico, que es soberano"
Alfredo Sanzol: "El problema es saber si lo que cuentas es lo que quieres contar, porque hay mucho ruido de modas"
Carlos Hip¨®lito: "Se ponen al servicio del texto y abandonan el ego al que est¨¢bamos tan acostumbrados"
La funci¨®n por hacer, ese espect¨¢culo humilde y profundo que arras¨® el mes pasado en la gala de los ¨²ltimos premios Max, con siete estatuillas -mejor direcci¨®n, espect¨¢culo, adaptaci¨®n, actor y actriz de reparto, dise?o de luz y mejor empresario- es el ejemplo perfecto de este teatro sobrado de talento y con muy pocos medios. Producido por Kamikaze Producciones, el montaje empez¨® por amor a un texto, el de Seis personajes en busca de autor de Pirandello y la versi¨®n de Miguel del Arco, el director de la compa?¨ªa. "No hemos sido los primeros en hacer este tipo de propuesta, sin apoyos, ni padrinos. Con La funci¨®n por hacer partimos de cero en una sala de ensayos en Madrid, esperando la llamada de alg¨²n programador, de alguien que nos propusiera algo", recuerda ahora Miguel del Arco (Madrid, 1965), quiz¨¢s el hombre de moda del momento en la escena teatral. Esa llamada lleg¨® y la obra se col¨® los fines de semana, en sesiones de medianoche, en el m¨¢s puro off, en el vest¨ªbulo del teatro Lara. Fue la explosi¨®n. El vigor, la intensidad y la verdad de la funci¨®n, hecha con cuatro duros, se propagaron por todo Madrid y las entradas se agotaron. El salto posterior fue de ¨®rdago. A Miguel del Arco se le abrieron unas puertas que parec¨ªan infranqueables. La gran dama del teatro en Espa?a, Nuria Espert, le se?al¨® con la varita m¨¢gica para que la dirigiera en La violaci¨®n de Lucrecia. No fue la ¨²nica. Jos¨¦ Luis G¨®mez, del teatro de La Abad¨ªa, la misma noche, una noche de una gran nevada en Madrid, en la que se acerc¨® a ver la obra en el Lara, ofreci¨® al director acoger en su escenario el siguiente proyecto de Del Arco.
Otro ¨¦xito. Esta vez ya en el prestigioso escenario de La Abad¨ªa. Veraneantes, la libre adaptaci¨®n del drama de Gorki, ha dado otro espaldarazo a esta manera de acercarse al teatro. Una escenograf¨ªa sencilla, despojada de todo, casi transparente, pero con un texto y una interpretaci¨®n tan contundentes, con unos personajes tan cercanos, que antes de que se acabaran las funciones previstas (del 13 de abril al 29 de mayo) se anunci¨® la vuelta para el 21 de septiembre pr¨®ximo.
Un trabajador de La Abad¨ªa est¨¢ arreglando el suelo de madera en el que los once actores de Veraneantes, entre ellos los seis que protagonizaron La funci¨®n por hacer, enloquecen, bailan y se dejan la piel durante dos horas y media. Del Arco, sentado en la primera fila del cuadrado en el que se desarrolla la acci¨®n -"me gusta tener al p¨²blico siempre cerca, rodeando a los actores"-, defiende la eclosi¨®n que vive el teatro. "Se ha abierto la posibilidad de que con buenos actores y un buen texto podemos tirar para adelante, de hacer propuestas que atrapen al p¨²blico, que es soberano", dice Del Arco, que resalta la grandeza de ese espect¨¢culo ¨²nico y directo que se hace m¨¢s grande todav¨ªa en la ¨¦poca de Internet y la pirater¨ªa, junto con la aparici¨®n de una generaci¨®n de actores y directores con una formaci¨®n exacta y concreta sobre el texto y la palabra.
?Est¨¢ la crisis detr¨¢s de este teatro m¨¢s peque?o? ?Qu¨¦ papel juega la necesidad econ¨®mica? Expertos hablan de la argentinizaci¨®n de nuestra escena, ensalzan la sencillez de sus propuestas, alej¨¢ndose de la superficialidad. Van directos al teatro m¨¢s desnudo: un buen pu?ado de actores y un buen texto. El argentino Claudio Tolcachir (Buenos Aires, 1975) pide un cigarro, aunque asegura que no fuma. El d¨ªa anterior estren¨® la tercera pieza de su trilog¨ªa, El viento en el viol¨ªn, y est¨¢ a punto de comenzar la representaci¨®n. Dice que no est¨¢ nervioso, pero antes de empezar a hablar busca un cigarro en el bar del Matadero de Madrid. ?l s¨ª puede presumir del ¨¦xito de un salto al cielo sin red. En la dura crisis argentina del corralito, all¨¢ por 2001, Tolcachir alquil¨® una antigua f¨¢brica de zapatos, al sur de Buenos Aires, en un barrio en el que se escucha con asiduidad el tango pero sin ninguna tradici¨®n teatral. All¨ª, con su grupo teatral, en una sala al final de un pasillo comienza a ensayar su primera obra como autor, La omisi¨®n de la familia Coleman. "El origen de esta pieza nace de la desesperaci¨®n, porque te mor¨ªs si no haces teatro", explica ahora Tolcachir, un hombre alto de pelo anaranjado. La voz se corri¨®. En aquella casa, se dec¨ªa, alejada del centro de la ciudad, tocando el timbre n¨²mero cuatro, se estaba representando teatro puro, al desnudo, sin artificios. "El teatro surge cuando hay necesidad de decir algo. Es tu voz. Yo me pregunto: ?de qu¨¦ quiero hablar? ?Qu¨¦ es lo que me conmueve? Y ah¨ª voy. El teatro es un di¨¢logo. La contestaci¨®n viene de las personas que se ven reflejadas", contin¨²a el dramaturgo, que confiesa, no obstante, que el ideal del teatro no es la crisis.
La omisi¨®n de la familia Coleman se represent¨® en Madrid, en la Sala Pradillo, en 2008 durante cuatro d¨ªas. Hasta all¨ª fue a ver la obra el director del Espa?ol, Mario Gas, y, nada m¨¢s salir, Tolcachir ya ten¨ªa a su disposici¨®n la sala peque?a del Teatro Espa?ol para volver con la pieza esa misma temporada. Y volvi¨® y, al a?o siguiente, trajo la segunda parte, Tercer cuerpo. Todos se rend¨ªan ante Tolcachir y esos actores que sub¨ªan al escenario para hablar al espectador de la vida misma, de esa mezcla asombrosa de tragedia y comedia. Esta primavera, con las salas a reventar, la compa?¨ªa, de nombre Timbre 4, ha representado en el Matadero de Madrid las tres piezas de la trilog¨ªa. "Siempre lo m¨¢s lindo est¨¢ por venir". Esa frase es la que alimenta d¨ªa tras d¨ªa la b¨²squeda de Tolcachir.
Toc... toc... toc
... La madrile?a plaza de la Paja ha sido el lugar elegido por el fot¨®grafo para reunir a los tres dramaturgos. Miguel del Arco, Alfredo Sanzol y Claudio Tolcachir se saludan cari?osos y se felicitan por sus respectivos montajes, mientras una tropa de ni?os juega, durante el recreo de la escuela y bajo la mirada de un profesor, al b¨¢dminton. La sesi¨®n de fotos transcurre entre los continuos golpecitos de toc... toc
... toc... Lo primero que aclara Alfredo Sanzol (Madrid, 1972), director de D¨ªas estupendos o la ¨²ltima Delicadas (representada en la sala grande del Espa?ol esta temporada), es que ellos no han inventado nada, que vienen de una tradici¨®n dramat¨²rgica y que ¨¦l no hace ascos a nada. "Lo que tengo claro es que tengo que contar lo que realmente me interesa y ah¨ª incluyo todo, cl¨¢sicos y no cl¨¢sicos. El problema es saber si exactamente lo que cuentas es lo que quieres contar porque hay mucho ruido de modas", dice Sanzol, quiz¨¢s el autor que m¨¢s se acerca con sus textos, a base de historias cortas, a sus vivencias y sentimientos personales y reales. Este dramaturgo, criado en Pamplona, dice que la conexi¨®n con el p¨²blico hoy es fruto de lo que se ha hecho durante los a?os setenta y ochenta en Espa?a. "Es muy importante el esfuerzo del teatro p¨²blico, de las escuelas de teatro. Se ha ido creando afici¨®n. Cuanta m¨¢s gente vaya al teatro m¨¢s posibilidades se nos abren a todos", a?ade Sanzol, defensor de la libertad en la forma y de la coherencia en los relatos. Sanzol prepara en estos momentos el salto al teatro de La Abad¨ªa, donde en noviembre estrenar¨¢ La luna, un trabajo basado en los primer¨ªsimos recuerdos de la infancia.
Estas nuevas sensaciones se extienden por las grandes ciudades. Hay muchos ejemplos y diferentes maneras de abordarlo. No hay que perder de vista el Microteatro por Dinero, una experiencia ¨²nica en el mismo centro de Madrid, donde cada noche hay espect¨¢culo, con funciones de teatro ef¨ªmero en cinco habitaciones distintas para un aforo de unas 15 personas y que duran una media de 15 minutos. Pero tambi¨¦n desde la arena que cubre el suelo de la Biblioteca de Catalunya, una nave abovedada en Barcelona que albergaba hace a?os un antiguo hospital, nacen m¨¢gicas propuestas. Ah¨ª con unas cuantas mesas de madera y unos sillones desvencijados, Oriol Broggi (Barcelona, 1971) ensaya, muy pegado a los actores, el ¨²ltimo montaje de la compa?¨ªa que dirige, La Perla 29, Luces de Bohemia, de Valle-Incl¨¢n. Broggi compagina la direcci¨®n de piezas cl¨¢sicas con otras contempor¨¢neas y siempre con un claro objetivo: el texto, el actor y el espectador. "Ese es el tr¨ªo verdaderamente importante", dice. El espacio que desde 2006 alberga los montajes de Oriol Broggi es realmente especial. Ya al entrar uno se da cuenta de que ah¨ª va a ocurrir algo diferente. Y tanto. "Somos como una peque?a rep¨²blica independiente de cultura", asegura este dramaturgo que ha llevado a este espacio multitud de montajes con gran ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico.
En el otro extremo de la ciudad catalana se alza mastod¨®ntico el edificio del TNC (Teatre Nacional de Catalunya). Dentro, en la Sala Tallers, ensaya el que est¨¢ considerado una de las revelaciones de la escena en Barcelona, Jordi Casanovas (Vilafranca del Pened¨¨s, 1978). Una hist¨°ria catalana, estrenada el pasado mi¨¦rcoles, es la obra n¨²mero 30 escrita por Casanovas, y forma parte de la quinta edici¨®n del Proyecto T6, una iniciativa en la que, con nueve actores, distintos dramaturgos representan sus montajes. Tras su paso por salas min¨²sculas con su compa?¨ªa Flyhard, es la primera vez que Casanovas pisa el TNC y a ¨¦l ha trasladado su particular modo de trabajar: "Escribo texto a medida que ensayo. Es verdad que ofrece m¨¢s riesgos, pero es la manera de encontrar la frescura que busco. Esto nos ofrece la posibilidad de la participaci¨®n real de los actores y as¨ª somos muchas cabezas pensando a la vez". Es el aut¨¦ntico trabajo colectivo. Casanovas tiene paciencia y va despacio. Poco a poco ha ido buscando a ese p¨²blico alejado del teatro. Es a ese al que busca. Con historias entretenidas, que no quiere decir tontas, en las que no falte el humor ni la tristeza. "?l p¨²blico tiene que vivir la experiencia teatral. Si los directores empiezan a apostar por buenos textos y los dramaturgos se bajan del pedestal vamos a vivir una ¨¦poca dorada".
Pero no nos dejemos deslumbrar. Si alguien sabe de teatro independiente y de sus dificultades es Andr¨¦s Lima y su grupo Animalario, nacido hace m¨¢s de diez a?os. "Lo interesante es la variedad de la oferta, la voluntad de una voz propia, de esa corriente que ha impulsado de nuevo los escenarios y que hab¨ªa desaparecido en la d¨¦cada de los ochenta, pero nos enfrentamos a muchos problemas. La falta de apoyo institucional y el ahogo que sufren las compa?¨ªas independientes por la falta de pagos de los Ayuntamientos, son solo algunas de las quejas. Ya lo denunci¨® en p¨²blico Miguel del Arco durante la gala de los Max. "La situaci¨®n es catastr¨®fica por culpa de los Ayuntamientos que no pagan. Somos mileuristas a pesar del ¨¦xito, no hay una compa?¨ªa ni un solo productor al que no se le deba dinero", dijo el director, aclamado por sus compa?eros. Tambi¨¦n Sanzol advierte de que las compa?¨ªas peque?as solo se pueden mantener a base de las giras por los distintos pueblos y ciudades. "Sobrevivimos mal. Tenemos muy dif¨ªcil hacer un teatro independiente", a?ade Lima, que teme el acecho de la privatizaci¨®n del teatro p¨²blico. "Los ejemplos del Centro Dram¨¢tico Nacional, con Gerardo Vera al frente, o el Teatro Espa?ol, con Mario Gas, que han abierto sus puertas al teatro m¨¢s independiente no son la t¨®nica general", a?ade el director de montajes de Animalario.
?Y qu¨¦ dicen los actores? Pues, por ejemplo, Carlos Hip¨®lito, el s¨®lido y veterano int¨¦rprete que gan¨® el Max al mejor actor protagonista por Glengarry Glen Ross, considera que una de las cosas m¨¢s elogiosas de estos nuevos directores es que no trabajan desde el conflicto, crean equipo y consiguen de los actores una moral muy alta. "Tienen el talento necesario para saber desaparecer, se ponen al servicio del texto y abandonan el ego al que est¨¢bamos tan acostumbrados", dice Hip¨®lito.
Ra¨²l Prieto, Max al mejor actor de reparto por La funci¨®n por hacer y tambi¨¦n uno de los int¨¦rpretes de Veraneantes, cree que el espectador se siente involucrado en lo que le est¨¢n contando, se reconoce en los textos y en la manera de presentarlos. "Importa mucho lo que se cuenta, pero tambi¨¦n c¨®mo se cuenta. Hay un gran respeto por estar cerca de la realidad, pero sin confundirlo con la realidad. Podr¨ªamos decir que este teatro parece m¨¢s pobre porque es menos grandilocuente, pero, por el contrario, es m¨¢s rico y profundo".
Su compa?era en los dos montajes de Miguel del Arco y tambi¨¦n Max a la mejor actriz de reparto por La funci¨®n por hacer, Manuela Paso, no oculta su pasi¨®n y felicidad. "Como actriz y espectadora he tenido la sensaci¨®n de haber vivido una ¨¦poca en la que primaba la forma y el dise?o, mientras que la historia y el ser humano estaban en segundo plano. Ahora vivimos una ¨¦poca en la que las emociones est¨¢n por encima de todo ello y es ah¨ª donde se identifica el espectador. Antes se jugaba a interpretar una obra y ahora vamos a vivirla y sentirla en el escenario. Eso es el teatro".
Fin de la funci¨®n. Una hist¨°ria catalana, escrita y dirigida por Jordi Casanovas. Teatre Nacional de Catalunya. Barcelona.
La funci¨®n por hacer, Veraneantes y La violaci¨®n de Lucrecia, dirigidas por Miguel del Arco, y D¨ªas estupendos y Delicadas, de Alfredo Sanzol, est¨¢n de gira por distintas ciudades. Veraneantes vuelve al teatro de La Abad¨ªa, de Madrid, a partir del 21 de septiembre. La luna, de Alfredo Sanzol, se estrenar¨¢ en ese mismo escenario el 23 de noviembre. Luces de bohemia, de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n, dirigida por Oriol Broggi. Biblioteca de Catalunya. Barcelona. Del 22 de junio al 24 de julio. Del 8 al 26 de junio.
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