Qu¨¦ quebranto de vida
IV?N THAYS, conocido en Espa?a desde 2008 cuando su novela Un lugar llamado Oreja de Perro fue finalista del Premio Herralde, expone en Un sue?o fugaz, en un hermoso tono intimista y sin ninguna afectaci¨®n, c¨®mo la ilusi¨®n literaria y la atracci¨®n er¨®tica que tanto subyugan a su protagonista cuando joven se diluyen en la nada. Hay ah¨ª en el escepticismo que gobierna todo el texto un gusto por la filosof¨ªa estoica. El pr¨®logo, un primer cap¨ªtulo singular, articulado mediante p¨¢rrafos cortos, simples exclamaciones y frases truncadas retrata la ¨¦poca exultante de la juventud en la que el sosiego y la reflexi¨®n brillan por su ausencia. El narrador asiste a un taller literario donde se escenifica la camarader¨ªa y la promiscuidad sexual. Ah¨ª se anudan todas sus amistades y el fulgor de ese momento, aunque cada vez m¨¢s d¨¦bil como en las leyes f¨ªsicas de la termodin¨¢mica, se propaga por los siguientes cap¨ªtulos, fragmentos escogidos de una vida gris. El protagonista huyendo del pa¨ªs natal efect¨²a un largo periplo, a?os y m¨¢s a?os indecisos, por ciudades italianas, Venecia (retratada con una pericia pocas veces vista, con el asombro del turista y la ¨ªntima emoci¨®n del conocedor), Trieste, Roma... hasta el hecho de un regreso al Per¨², ni ilusionado, ni decepcionado. En lenguaje ahora anal¨ªtico, elegante y evocador, acompa?ado del gesto distanciado del esc¨¦ptico y las justificaciones y excusas del ser sentimental, asistimos a la especificaci¨®n del deterioro f¨ªsico, la propagaci¨®n de deficiencias psicol¨®gicas, la anulaci¨®n del impulso sexual y los fracasos art¨ªsticos y econ¨®micos. Se hace presente la habilidad del autor para capturar la humanidad de los personajes en frases precisas que se hacen cargo de una frase, una mirada o un gesto que lo justifican y lo engrandecen. Destacan la figura de Tom¨¢s, ese escritor triunfador a costa, se insin¨²a, de vender su integridad, el motivo recurrente de un mito sexual juvenil, la "falsa flaca" (pechos grandes y caderas amplias en un cuerpo delgado), y la entrevista en un despacho grosero con el ir¨®nico y elusivo Jaime, el escritor que, ese s¨ª, al contrario de Tom¨¢s, parece insobornable, ejemplo de escritor verdadero. Al fin, tras el camino invariable y sin retorno llega la hora de las despedidas. Quedan pocas elecciones y escasos placeres. As¨ª lo certifica el narrador en palabras en que apreciamos bien la calidad de la prosa del autor: "Salir a caminar bajo la luna, con mi cargamento de melancol¨ªas, nostalgias, emociones, supersticiones".
Un sue?o fugaz
Iv¨¢n Thays
Anagrama. Barcelona, 2011
180 p¨¢ginas. 15 euros
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