Fez: trascendencia y revoluci¨®n
La primavera ¨¢rabe se cuela en la gran cita africana con la m¨²sica sacra - Youssou N'Dour ofrece un emocionante espect¨¢culo en el cierre del festival
Los tambores sabar de Senegal, el canto dhrupad de los versos v¨¦dicos, las danzas suf¨ªes o javanesas, los motetes barrocos de Vivaldi o la complicada mezcla de hip-hop, chanson e islam redentor del rapero congole?o afincado en Francia Abd al Malik se han mezclado este a?o en la ciudad imperial de Fez, en el coraz¨®n de su irresistible medina, con el excitante debate pol¨ªtico de la primavera democr¨¢tica ¨¢rabe. El Festival de M¨²sicas Sacras de Fez, que cumple su 17? edici¨®n, ha contado este a?o, con la presencia de intelectuales de la talla de Edgar Morin o del cineasta Constantin Costa-Gavras, junto a pensadores y polit¨®logos de todo el norte de ?frica. En Fez, la m¨²sica funciona como herramienta hacia lo trascendente, lo que provoca las fusiones m¨¢s inesperadas sin que nunca se pierda la coherencia.
Se oyeron fusiones inesperadas sin que nunca se perdiese la coherencia
El esplendor del cartel no escond¨ªa el efecto del atentado de Marraquech
El festival abri¨® con el impresionante oratorio encargado al compositor Armand Amar sobre la historia universal de Leyla y Manjun; un recorrido por la tradici¨®n musical y po¨¦tica que va del Magreb hasta el Extremo Oriente. El momento m¨¢gico de esta edici¨®n, sin embargo, correspondi¨® al senegal¨¦s Youssou N'Dour y las Super ?toile de Dakar. La gran figura de ?frica rindi¨® homenaje a la ciudad de Fez, donde se encuentran sus ra¨ªces espirituales: el gran maestro suf¨ª Ahmed al Tijani, fundador de la cofrad¨ªa Tijaniyya a principios del siglo XIX que tuvo un gran impacto en Senegal y que est¨¢ enterrado en la ciudad. N'Dour y su potent¨ªsima banda se hicieron acompa?ar, primero, por el cantante marroqu¨ª Mar-wan Haji y el grupo vocal de Mohamed Bennis. Una combinaci¨®n sublime de voces y percusi¨®n que alcanza, entre las altas murallas del recinto de Bab al Makina, alturas m¨ªsticas raramente vistas. Para rematar una actuaci¨®n realmente ins¨®lita, N'Dour puso sobre el escenario en la segunda parte a su maestro senegal¨¦s, un marab¨² cuyos cantos en lengua bolof provocaron un ¨¦xtasis colectivo.
Entre los debates de cada ma?ana en el bell¨ªsimo patio Museo Batha, bajo el roble milenario y las noches suf¨ªes de Dar Tazi, en la Medina, el festival ha ofrecido este a?o piezas tan especiales como la proyecci¨®n del cl¨¢sico del cine mudo La luz de Asia, realizado por Franz Osten en 1925 sobre los primeros a?os de la vida de Siddharta, el futuro Buda, con la banda sonora en directo de los m¨²sicos langas del Rajast¨¢n; o recitales tan potentes como el de Maria Bethania, el de la cantante libanesa Julia Boutros o el recital de saetas de Jes¨²s Corbacho.
Entre los sorprendentes descubrimientos de esta edici¨®n del festival figuran el conjunto Paraguay Barroco de Asunci¨®n, una formaci¨®n de j¨®venes m¨²sicos que rescatan las partituras de las iglesias de los jesuitas en Am¨¦rica Latina en los siglos XVII y XVIII y el afgano Homayoun Saki, cuya factura cl¨¢sica dentro de la m¨²sica del subcontinente, no cerraba el paso a una visi¨®n rural, casi pastoral de la existencia.
Todo el esplendor art¨ªstico de una programaci¨®n impecable no imped¨ªa al visitante quedarse con una cierta dosis de melancol¨ªa. Eran evidentes los devastadores efectos del reciente atentado de Marraquech, no tan solo por las obvias medidas de seguridad, sino por el claro descenso en la cifra de visitantes y en los asientos vac¨ªos que pod¨ªan verse en Bab al Makina.
Obst¨¢culos que la primavera ¨¢rabe no necesita para poder desarrollar un potencial que, por lo visto en Fez, se extiende no solo hacia Oriente, sino tambi¨¦n hacia el sur.
Babelia
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