"Somos naturaleza. Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la cat¨¢strofe"
No nos oye llegar. Est¨¢ de espaldas frente al ventanal. Es mediod¨ªa, la luz entra a chorro y su figura se recorta contra el azul intenso del mar al otro lado del cristal. Un claroscuro perfecto: los pelos de punta, las orejas despegadas, la espalda recta, la diestra ara?ando un folio con un bol¨ªgrafo. La viva imagen de la introspecci¨®n. Jos¨¦ Luis Sampedro no es un hombre de acci¨®n. Al menos en sentido estricto. El pensamiento, la reflexi¨®n y la contemplaci¨®n han sido a la vez su alimento y su legado. A sus 94 a?os, sordo y aquejado, que no quejoso, de diversos males de su edad, escribe todos los d¨ªas. As¨ª, a mano, con el papel apoyado sobre una tabla, compuso el pr¨®logo del c¨¦lebre Indignaos -de St¨¦phane Hessel y un cap¨ªtulo de Reacciona, los ensayos que han espoleado el Movimiento 15-M.
"Mi ¨²nica ambici¨®n ahora es morir como un r¨ªo en el mar. Ya noto la sal"
"Esto acaba por degradaci¨®n moral. Hemos olvidado justicia y dignidad"
"Me pueden apartar y jubilar. Pero no me pueden jubilar de m¨ª mismo"
Nos encontramos en su apartamento alquilado en la misma arena de la playa de Mijas (M¨¢laga) d¨ªas antes de que los indignados tomaran la Puerta del Sol. Se le ve¨ªa fr¨¢gil. Un gigante de metro noventa todo piel y huesos y ojos transparentes clav¨¢ndose en los del pr¨®jimo. Un m¨ªstico. Pero un m¨ªstico l¨²cido. Y enamorado. Su esposa, la escritora Olga Lucas, 30 a?os menor, le sostiene en todos los sentidos. Ella es sus o¨ªdos, sus ojos y sus antenas. Pero el que piensa -y el que act¨²a pensando- es ¨¦l. Juntos firman Cuarteto para un solista (Plaza y Jan¨¦s), la "novela de ideas o ensayo novelado" que publica ahora y que constituye su testamento intelectual. Quisimos verle de nuevo para saber c¨®mo saludaba, por fin, la reacci¨®n de los j¨®venes. No fue posible. El celo de Olga le protege del mundo. Quiz¨¢ de m¨¢s. Pero gracias a ella est¨¢ vivo, o eso dice ¨¦l.
?C¨®mo ve el mundo desde aqu¨ª? Nuestro tiempo es para m¨ª, esencialmente, un tiempo de barbarie. Y no me refiero solo a violencia, sino a una civilizaci¨®n que ha degradado los valores que integraban su naturaleza. Un valor era la justicia. D¨ªgame si Guant¨¢namo o lo que pasa en China es justicia. Se juzga a la gente en virtud de la presunci¨®n de culpabilidad. Todo eso del ataque preventivo, un nombre euf¨®nico para hablar de la ley de la selva. En 2000 a?os, la humanidad ha progresado t¨¦cnicamente de forma fabulosa, pero nos seguimos matando con una codicia y una falta de solidaridad escandalosas. No hemos aprendido a vivir juntos y en paz.
En su libro, los cuatro elementos: tierra, fuego, agua y aire, se re¨²nen para lograr la supervivencia de los humanos. S¨ª, porque el hombre los est¨¢ olvidando. Los cuatro se preocupan porque, al alejarse de ellos, se aleja de su naturaleza. Se ha cre¨ªdo m¨¢s de lo que es, se piensa por encima del cosmos. Los cuatro dicen: mientras crean en nosotros, ser¨¢n humanos. Si no, peligran.
Dice que el hombre es al universo lo que la neurona al hombre: una c¨¦lula pensante, pero una m¨¢s. Dentro de m¨ª hay millones de c¨¦lulas como dentro del cosmos hay millones de seres. El hombre tiene dos peculiaridades: la palabra, y con ella el pensamiento, las ideolog¨ªas y las creencias. Y la sensaci¨®n de superioridad, pensar que es inmortal. Eso es lo que los cuatro no reconocen. Una cosa es la vida espiritual, incluso el sentimiento de que hay m¨¢s all¨¢, y otra las religiones con funcionarios que las explotan. Cuando el hombre se cree por encima de la naturaleza, piensa que puede transformarla, iluso.
?Qu¨¦ le sugiere que en el siglo XXI se declare santo a Juan Pablo II, fallecido hace cinco a?os? Hay una gran diferencia entre verdad y creencia. La verdad es la que podemos comprobar, y las creencias pertenecen a la zona imaginaria.
Pero esa creencia articula la vida de millones de personas. Y conduce a la idea de que hace falta una administraci¨®n para entretener las almas, repararlas si se deforman, asegurarles si hacen todo bien un asiento en el para¨ªso. Para determinar nuestra conducta, las creencias son m¨¢s importantes que la verdad. Y los que creen en esa inmortalidad hacen bien en comportarse seg¨²n ella. Lo que hacen mal es exigir que los dem¨¢s lo hagan.
Obviamente, no es creyente. Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad de que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la raz¨®n y no con la fe. Cuando creemos lo que no vemos, acabamos por no ver lo que tenemos delante.
En su vida habr¨¢ habido gozo y sufrimiento. ?No envidia la paz de los creyentes? Esa es una de las razones por las que existen religiones, hay quien se cree a los dioses porque se ve inseguro ante el mundo. Adem¨¢s, todos tenemos necesidad de afecto, y pensar que hay alguien que nos protege es consolador. Pero mi actitud de no usar ese consuelo tambi¨¦n. Mire, yo estoy a punto de morirme y estoy tan tranquilo. Gracias a ella [mira a su esposa], que me da una enorme tranquilidad y a la que le debo la vida. Si no fuera por ella, yo estaba muerto hace tiempo.
?El amor es el consuelo del agn¨®stico? La gente suele identificar el amor con el hecho de hacer el amor, y piensa que a mi edad no tiene sentido. Claro que lo tiene. La compenetraci¨®n, el afecto, el saberse sin hablar. Para m¨ª, eso es m¨¢s que siete Nobel. El goce de la vida no es cuesti¨®n de cantidad, sino de sensibilidad, intensidad, compenetraci¨®n. La ternura da una intensidad profund¨ªsima. Y para eso no necesito el alma, tengo la mente. El cerebro, a base de combinar ideas como hace, peor, un ordenador, construye un mundo mental que da las sensaciones que se atribuyen al alma. Yo tengo memoria, alg¨²n entendimiento y voluntad. El mundo es energ¨ªa. Todos tenemos una chispa. A lo que llaman alma, yo lo llamo mente.
?Y frente al miedo a la muerte? Frente al exterior que no podemos conocer del todo hay una actitud de inquietud e indefensi¨®n. Eso nos lleva a decir: voy a transformar el mundo, como dicen ahora. Yo no pretendo cambiarlo, sino estar en armon¨ªa con ¨¦l, y eso supone una vida que cursa como un r¨ªo. El r¨ªo trisca monta?a abajo, luego se remansa, y llega un punto, como estoy yo, en que acaba. Mi ambici¨®n es morir como un r¨ªo, ya noto la sal. Piense en lo bonito de esa muerte. El r¨ªo es agua dulce y ve que cambia. Pero lo acepta y muere feliz porque cuando se da cuenta ya es mar. Ese es un consuelo. No necesito la esperanza de un personaje que me acoja. Admito que haya m¨¢s all¨¢, pero no un se?or pendiente de Jos¨¦ Luis.
Y que lo mande al cielo o al infierno. O que diga, a este lo pongo en coma y lo tengo as¨ª seis meses. Eso no es vida humana, eso es ser una coliflor. Pero hay quien dice: Dios es el due?o de la vida, y hay que agradecerle y dedicarle mi sufrimiento. Pero, bueno, ?qu¨¦ creencia tiene quien piensa que Dios se regocija con el sufrimiento? Esas ideas me parecen monstruosas. Estar contra la eutanasia, con garant¨ªas, me parece de una irracionalidad propia de una mentalidad primitiva.
?Ha hecho testamento vital? No, pero ella [su esposa] sabe que, llegado el momento, quiero que me d¨¦ el potingue. [Interviene ella: "S¨ª, pero tienes que hacerlo, no quiero ir a la c¨¢rcel"]. Lo haremos. Hay que aceptar que acabamos. A m¨ª me han dado la vida, quien fuera, y he procurado hacer lo que debemos hacer todos, vivir. Pero vivir siendo quienes somos, solo as¨ª alcanzaremos el m¨¢ximo nivel. Para m¨ª, el desarrollo de un pa¨ªs no es que se ponga a la altura de Estados Unidos. Es que desarrolle sus posibilidades al m¨¢ximo. Yo fui una semilla, y he tratado de ser yo al m¨¢ximo. No s¨¦ si mi obra es buena o mala, lo que digo es que la hice lo mejor que pude. Como neurona, he tratado de incorporar la m¨ªa a los dem¨¢s, porque somos todos juntos y un hombre solo no es nada.
Dicen que China est¨¢ a punto de superar a Estados Unidos en desarrollo. El desarrollo est¨¢ pensando en la rentabilidad. Lo importante no son esas tres palabras que ahora todo lo mandan: productividad, competitividad e innovaci¨®n. En vez de productividad, propongo vitalidad; en vez de competitividad, cooperaci¨®n, y frente a esa innovaci¨®n que consiste en inventar cosas para venderlas, creaci¨®n. Esa es otra. El arte es mercanc¨ªa. Esos artistas como Hirst, que cogen una cabeza de vaca, le ponen un diamante y se forran. Perdonen, pero eso no me parece desarrollo. El desarrollo humano ser¨ªa el que condujera a que cesaran las luchas y supi¨¦ramos tolerarnos. Y ser libres, pero todos, porque la libertad es de todos o no es.
Dec¨ªa usted: "?Libertad? Vaya a un supermercado sin dinero y ver¨¢ lo libre que es". El mercado no da la libertad. La libertad es como una cometa. Vuela porque est¨¢ atada a la responsabilidad del que maneja. Lo sab¨ªan los revolucionarios franceses: libertad, igualdad, fraternidad. Hay que tener el pensamiento libre y cr¨ªtico. Para ser yo, la poca cosa, la neurona que sea, necesito pensar con libertad. Con la libertad de la cometa. Mire las elecciones. Hay unas campa?as fabulosas para inculcar a la gente lo que tiene que votar. Y como el poder tiene unos medios extraordinarios de difusi¨®n, que son de persuasi¨®n, logra que se vote a quien se vota y pase lo que pasa.
?Y qu¨¦ pasa?: ganan unas veces unos y otras otros. Pues mire, usted perdone que me extra?e de que la gente vote a un se?or como Berlusconi.
?Eso es porque la gente no piensa? Porque la gente no hace cr¨ªtica, porque acepta la creencia que le proponen a base de bombardearle con los medios. Los titulares de los peri¨®dicos son ef¨ªmeros, tienen muy poca importancia frente a cosas como Guant¨¢namo, un insulto a la justicia y a la inteligencia. ?Y de Jap¨®n? ?Y de Hait¨ª? Del sida en ?frica, o de la falta de educaci¨®n, no habla nadie porque no interesa al poder, que es el que dispone de los medios, que dicen lo que al poder le interesa. Contra eso hay que indignarse, reaccionar y decir no.
?Me est¨¢ diciendo que los periodistas trabajamos a las ¨®rdenes del poder y el mercado? No todos. Los hay que se resisten y reaccionan. Pero incluso los que siguen la corriente lo hacen inconscientemente: eso que llaman la informaci¨®n es una parte de lo que pasa, ocultando todo lo dem¨¢s. Como cuando en una biblioteca hay libros delante y no dejan ver lo de atr¨¢s. Lo hacen inconscientemente porque saben que eso es lo que vende.
Ahora se sabe la audiencia exacta de cada noticia y existe la tentaci¨®n de ofrecer lo que se pide. Claro, a m¨ª me hacen muchas veces el elogio del ordenador. Estoy de acuerdo, pero si usted se acostumbra a consultar el ordenador en vez de pensar, acabar¨¢ pensando lo que le diga el ordenador. Esto es parecido. El periodista sabe que o hace lo que conviene o se arriesga, y se lo piensa.
Su protagonista es un viejo profesor internado en un sanatorio. Su psiquiatra dice que antes sus pacientes eran los deprimidos, y ahora, los ansiosos. ?Eso tiene que ver con el progreso que nos arrolla? Eso me lo dijo mi amigo el doctor Valent¨ªn Fuster. Algo de eso hay. F¨ªjese en que cada vez dependemos m¨¢s de las creaciones mec¨¢nicas y cient¨ªficas. Piense cu¨¢nto tiempo dedicamos a usar m¨¢quinas. Yo no s¨¦ ni hablar por el m¨®vil, no me interesa. Gracias a mi mujer, que se entera de lo que hay y me lo cuenta.
Pero el mundo es el que es. ?La alternativa es volver al pasado? Otra cosa que dec¨ªa Fuster: vamos a parar y hablar del asunto. Pero no son capaces. Los que tienen poder quieren m¨¢s poder; los que tienen dinero, m¨¢s dinero; los banqueros que est¨¢n forrados quieren sueldos m¨¢s altos, y a la vez le dicen al obrero que hay que trabajar m¨¢s y cobrar menos, ?pero bueno! ?Por qu¨¦ no se para un rato la rueda y se reflexiona? Porque a los que mandan no les conviene, por eso no favorecen el pensamiento cr¨ªtico, sino el transmitido por sus medios y por la educaci¨®n, porque eso empieza en la ni?ez. Ahora lo de Bolonia es entregar la Universidad a los financieros e industriales. Y se estudiar¨¢ lo que convenga para producir m¨¢s.
Algunos piensan que hay que estudiar lo que se precisa. Que de la pasi¨®n no se vive. Yo aconsejo que el chico haga lo que le guste, porque rendir¨¢ m¨¢s y vivir¨¢ m¨¢s feliz, aunque gane menos. Una raz¨®n por la que hay tanto paro es que nuestro boom estaba montado en esto [se?ala las torres de la playa]. Era especulaci¨®n. Adem¨¢s se atrajo a una mano de obra que no est¨¢ capacitada para nada m¨¢s. Ahora c¨®mo la trasladas. F¨ªjese que la productividad se consigue con m¨¢quinas, todo elimina mano de obra. El m¨²sculo no encuentra trabajo. Yo mismo ahora no ser¨ªa capaz de dar clases porque no manejo el ordenador. Si hubiera sensatez, si nos educaran para ello, reaccionar¨ªamos y dir¨ªamos: alto, paremos a pensar. Racionalicemos el crecimiento demogr¨¢fico.
En Espa?a somos los menos prol¨ªficos del mundo. La reflexi¨®n la ha de hacer el mundo entero. Vamos a redistribuir la producci¨®n. El poder no quiere reflexionar porque no le interesa cambiar. Mientras, se corrompe todo, el sistema se hunde, entramos en esta barbarie. Como pas¨® al final de Roma. Ahora viene otra sociedad. El sistema capitalista se ha terminado: ya no funciona.
?Cu¨¢nto de vida le da? ?Llegar¨¢ a verlo? No se lo puedo decir, pero estoy seguro de que en este siglo se empezar¨¢ a notar la imposibilidad de mantener el desarrollo y las pol¨ªticas autoritarias de esta manera, que encuentran cada vez m¨¢s resistencia, y habr¨¢ cambios profundos. Quiz¨¢ la primera reacci¨®n del poder sea el autoritarismo y entraremos en un despotismo cient¨ªfico. En el siglo XVIII hubo un despotismo ilustrado, ahora habr¨¢ una situaci¨®n en la que unos ricos selectos dispongan de todo el progreso mientras en ?frica y Asia hay lo que hay.
?La brecha cient¨ªfica separar¨¢ a ricos y pobres? La ciencia est¨¢ en manos del dinero. Pero las creaciones cient¨ªficas se hacen con un prop¨®sito y luego tienen otras consecuencias. Internet ha permitido lo que llaman globalizaci¨®n: pasar el poder de los pol¨ªticos a los financieros. Pero la globalizaci¨®n, al tiempo que ha permitido a los ricos dominar m¨¢s el mercado, ha creado los foros sociales que pueden minarles.
En el sistema est¨¢ el germen de la disidencia. Claro, crea armas para otros, son consecuencias no deseadas de la t¨¦cnica creada a demanda del poder. Ocurrir¨¢n cosas que no puedo prever, pero que conducir¨¢n a una situaci¨®n distinta.
En su libro parece que ten¨ªa previsto el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear de Jap¨®n. Hombre, es que tiene que pasar. Lo que me sorprende del tsunami es que una t¨¦cnica como la nuclear, avanzad¨ªsima y todo lo que quiera, sabe poner en marcha una central, pero no sabe pararla. Y pasa no solo en la t¨¦cnica. El Gobierno americano es capaz de montar Guant¨¢namo, y resulta que no es capaz de desmantelarlo. Que no se les suban tanto las campanillas a los l¨ªderes cient¨ªficos y pol¨ªticos. Tienen puntos d¨¦biles.
?Qu¨¦ le pareci¨® la reacci¨®n del pueblo japon¨¦s ante la cat¨¢strofe, o los islandeses que han emplumado a los financieros? En Islandia ha ocurrido esto porque es un pa¨ªs peque?o donde hay la posibilidad de unirse, aqu¨ª no. Estamos divididos deliberadamente para que seamos menos eficaces. La civilizaci¨®n moderna trata de individualizarnos y decirnos: usted es un individuo, usted es el rey de la creaci¨®n, usted elija, usted tiene derecho, usted tiene libertad. Si aqu¨ª se reunieran todos los j¨®venes, pero todos, podr¨ªan hacerse grandes cambios. Pero no se har¨¢n, porque los del PP har¨¢n lo que les dicen, y los del PSOE har¨¢n lo mismo.
?No hay tambi¨¦n apat¨ªa y conformismo de la mayor¨ªa? S¨ª, porque al mismo tiempo que nos dividen y nos mantienen en la ignorancia, nos ofrecen otros alicientes: el espect¨¢culo, los festivales, el f¨²tbol, y se desahogan por ese lado. Est¨¢ todo montado tambi¨¦n para ocultar lo que pasa detr¨¢s de la cortina. En cambio, nadie parece darse cuenta de que el se?or Rajoy es el primer aliado de los que nos causan los problemas de cr¨¦dito, porque dice en todos los foros que Espa?a est¨¢ muy mal. La gente no reflexiona sobre eso, porque esa es una raz¨®n para no votar a esas personas que denigran a su pa¨ªs solo porque no son ellos los que gobiernan.
Llevamos ocho a?os de Gobierno socialista. ?No han estado a la altura? No, por una raz¨®n muy sencilla: no son socialistas. Es un Gobierno capitalista que pasa por socialdem¨®crata. El socialismo no habr¨ªa privatizado Telef¨®nica. Ahora anuncia que va a despedir a 8.000 obreros; si fuera del Estado, no lo har¨ªa. Y dir¨¢n: la empresa p¨²blica es menos rentable. Pero ?para qui¨¦n? Las empresas privadas dan m¨¢s dinero para el director, no para los obreros. Y si viene otro Gobierno, ser¨¢ m¨¢s capitalista a¨²n. Los Gobiernos no evitaron la crisis financiera y los pueblos siguen votando a quien ha hecho las cosas mal. ?Qui¨¦nes provocaron la crisis?: los banqueros. ?Qui¨¦nes salieron antes?: los banqueros. ?Qui¨¦nes siguen ganando mientras el resto est¨¢ parado?: los banqueros. ?Qui¨¦nes les manda?: el capital.
Hablando de los trabajadores que 'sobran', la gente tendr¨¢ que trabajar para sobrevivir. Claro, pero si trabajan todos, tendr¨ªa que ser en producciones de m¨¢s baja rentabilidad. Y al poder, eso le tiene sin cuidado. Mientras mande el capital, esto no tiene arreglo, pero entretanto se est¨¢ erosionando el sistema por dentro. Habr¨¢ una gran reacci¨®n si sigue la cosa as¨ª, esto no puede continuar.
?Esto va a explotar? S¨ª, esto se acaba. No le puedo decir c¨®mo, pero lo estoy viendo, y adem¨¢s por degradaci¨®n ¨¦tica y moral, porque se han olvidado de la solidaridad, de la justicia, de la dignidad. La corrupci¨®n es que los hombres que han de gobernar se ofrecen en venta. El capitalismo lo convierte todo en mercanc¨ªa. Somos naturaleza, y poner al dinero como bien supremo nos conduce a la cat¨¢strofe.
?Este libro es una especie de testamento intelectual? Bueno, a¨²n estoy aqu¨ª y escribo cada d¨ªa. Ahora estoy tomando notas pensando en hacer una cosa breve, porque no puedo hacer planes para una novela. Quisiera hacer un librito sobre mi visi¨®n del mundo originado en el vac¨ªo, y en el vac¨ªo surge la energ¨ªa.
Siempre tiene las mismas obsesiones. S¨ª, sobre todo desde que empec¨¦ a despejar cosas que me hab¨ªan ense?ado y a ver al hombre como especie biol¨®gica, como un ser privilegiado, pero natural.
?C¨®mo ve su vida desde sus 94 a?os? Yo me considero un inmigrante en esta Espa?a. La manera de ser se construye en la adolescencia. Yo me constru¨ª en la Espa?a de los a?os treinta. En el 36 ten¨ªa 19 a?os, empezaba a vivir. Y entonces vino la cat¨¢strofe. Soy un inmigrante que no puede volver a su pa¨ªs porque ha desaparecido. En la Guerra Civil estuve en los dos campos, pero la dictadura fue una monstruosidad, a¨²n hay quien dice que se viv¨ªa con placidez, ser¨ªan ellos. La Universidad fue decisiva, dar clase es para m¨ª tan importante como la literatura y la econom¨ªa. Luego vino la etapa de padre de familia. Tuve la desgracia de perder a mi mujer, y no pensaba casarme, pero qui¨¦n se resiste [mira a su esposa]. Nos encontramos en el balneario de Alhama. Yo iba cada a?o porque ten¨ªa lumbago. Ella se fue a su sitio, yo al m¨ªo, nos escribimos y hasta hoy.
?Uno se enamora de forma distinta a los 80 a?os que a los 30? En el fondo se enamora uno igual, los dioses cambian de ropa, pero as¨ª son los dioses. Y las diosas. Tuve esa suerte, y aqu¨ª estoy, feliz.
?Cu¨¢les han sido los placeres de su vida? Placeres sencillos: la lectura ha sido extraordinario. Con la m¨²sica he disfrutado much¨ªsimo, he tocado un poco el piano y el viol¨ªn, pero sobre todo he escuchado, y ahora la sordera me priva de esto. La contemplaci¨®n ha sido importante. Hablo much¨ªsimo conmigo, me trato mucho.
?Y discuten? A veces. La felicidad en gran parte es llevarse bien con uno, y luego con los que est¨¢n cerca.
Dice que esta casa frente al mar es su sanatorio de reposo mental. ?Qu¨¦ encuentra aqu¨ª? He comprado todo lo que se ve desde la terraza, s¨ª, es m¨ªo. Usted se r¨ªe, pero imagine que soy archimillonario y he adquirido ese trozo de mar, ?qu¨¦ har¨ªa con ¨¦l? Pues lo mismo que ahora, porque no tengo la obsesi¨®n de ser propietario, que es lo que hace que los ricos compren la vaca de Hirst. Lo contemplar¨ªa, pasear¨ªa y dejar¨ªa que la gente se moje, porque no me perjudica. Pero la gente quiere ser propietaria, porque quiere mandar, y quien posee una cosa quiere otra. Hace falta menos para vivir bien.
?Qu¨¦ es lo imprescindible? El afecto. Y quien no lo tenga, afecto hacia s¨ª mismo, hacia la naturaleza, hacia un perro. Fuster, a los estresados les dec¨ªa: c¨®mprese un animal de compa?¨ªa, aunque sea un loro, y hable con ¨¦l. No se precisa mucho m¨¢s.
En este siglo de tantos inventos, ?de cu¨¢l disfruta m¨¢s? De los libros y la m¨²sica.
Me refer¨ªa a algo de la modernidad. El ascensor es un gran invento.
Si no tiene propiedades, ?cu¨¢l es su patrimonio? Mis ideas, mi memoria, lo que tengo en la cabeza, lo que soy. Aprendiz de m¨ª mismo, eso he sido toda mi vida.
En el libro dice: "Me pueden apartar, me pueden jubilar, pero no me pueden jubilar de m¨ª mismo". Mientras me rija la cabeza y pueda ir al ba?o solo, estoy aqu¨ª tan campante. Ya lo he dicho: mi ¨²nica ambici¨®n es morirme sin molestar.
Pero no le veo triste. Por qu¨¦ voy a estarlo, no puedo estar mejor para mi edad.
Me refiero a ese Apocalipsis del que habla. Hasta hace poco pensaba que esta barbarie era una tragedia. Ahora creo que es una crisis de evoluci¨®n de un sistema a otro. El cosmos no para de cambiar. Y lo mismo que ha inventado la vida y la cultura humana, inventar¨¢ lo nuevo, el sistema que sustituir¨¢ al capitalismo. Yo tengo mi consuelo en mi manera de pensar, y acepto lo que se me viene encima. Por qu¨¦ voy a estar triste, si estamos rodeados de milagros. Piense en un huevo. Un gran invento sin t¨¦cnicos, sin cient¨ªficos, sin nada. El huevo es una maravilla.
Eterno aprendiz de s¨ª mismo
Jos¨¦ Luis Sampedro (Barcelona, 1917) siempre aspir¨® a ser ¨¦l mismo "al m¨¢ximo". Hijo de un m¨¦dico militar, creci¨® en T¨¢nger (arriba, con cuatro a?os) y otras plazas a las que su padre fue destinado. La Guerra Civil le sorprendi¨® en Santander con 19 a?os, cuando acababa de aprobar una oposici¨®n a funcionario de aduanas. "Hombre de orden", fue movilizado por el Ej¨¦rcito de la Rep¨²blica, aunque despu¨¦s se pas¨® al bando nacional.
La Universidad, a la que acudi¨® de mayor y donde es catedr¨¢tico de Estructura Econ¨®mica, fue el germen de su disidencia intelectual y moral con la dictadura. Econom¨ªa humanista es su obra m¨¢s conocida en este campo.
Escritor y acad¨¦mico, sus novelas El r¨ªo que nos lleva, La sonrisa etrusca- han tenido ¨¦xito de p¨²blico y se han llevado al cine y al teatro. En 2011 ha recibido la Orden de las Artes y las Letras.
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