"El f¨²tbol es divertirse con la pelota"
"El calcio se ha complicado en el momento en que ha mejorado la vida de las personas... Cuando hab¨ªa pobreza, jugabas al f¨²tbol para olvidarte de todo lo dem¨¢s", cuenta un desencantado Gianni Rivera a sus 67 a?os. Il Bambino d'Oro creci¨® en la Italia de la posguerra. Piamont¨¦s, hace 51 a?os que cogi¨® un tren e hizo la mudanza a Mil¨¢n para vestir la camiseta rossonera. Con el Milan gan¨® dos Copas de Europa (1963 y 1969) y dos Recopas (1968 y 1973), con Italia se proclam¨® campe¨®n de Europa en 1968 y perdi¨® con Brasil la final del Mundial de 1970.Y fue el primer italiano con el Bal¨®n de Oro, en 1969. Cuando dej¨® el f¨²tbol, fue directivo del Milan, club que dej¨® en 1986, coincidiendo con la llegada de Silvio Berlusconi, para dedicarse a la pol¨ªtica: lleg¨® a subsecretario de Defensa con el Gobierno de izquierdas de Romano Prodi. Ahora es el responsable de los juveniles en la federaci¨®n.
"Los t¨¦cnicos de hoy hablan de t¨¢ctica, pero sin pies buenos no vale ninguna"
"Habr¨ªa que pagar m¨¢s a los entrenadores de los infantiles que a los del primer equipo"
"No salen ni 'baggios' ni 'tottis' porque se prima la potencia frente a la t¨¦cnica"
"Obligan a los ni?os, con ocho a?os, a jugar encorsetados y se cansan"
Sigue siendo un gentleman como lo era en los campos. Habla pausado y una se quedar¨ªa horas escuch¨¢ndole hablar de f¨²tbol. M¨¢s si lo hace acompa?ado de un buen vino blanco y rodeado de los hijos de Nereo Rocco, su primer gran entrenador, al que se atribuye la creaci¨®n del catenaccio. Se ha reencontrado con ellos en Cormons, un pueblo de 7.000 habitantes en Friuli, tierra de vinos, a tres kil¨®metros de Eslovenia, con ocasi¨®n de Goal a Grappoli, una iniciativa para recordar a Enzo Bearzot, el seleccionador italiano que gan¨® para su pa¨ªs el Mundial de 1982.
Pregunta. Naci¨® en 1943, en plena II Guerra Mundial. Italia estaba bajo los escombros. ?C¨®mo recuerda aquellos a?os?
Respuesta. Empiezo a tener recuerdos a partir de los seis a?os y aquella ya empezaba a ser la Italia de la reconstrucci¨®n y la serenidad. Y eso que se arruinaron algunas ciudades para enriquecer a cuatro o cinco personas. Por lo dem¨¢s, fue todo bien. Aunque creo que se exager¨® en apostar por el materialismo. Parec¨ªa al ¨²nico camino viable.
P. ?Tuvo la suerte de nacer en un hospital?
R. No. Nac¨ª en una trattoria en plena campi?a, cerca de Alessandria. Eso era lo normal en aquellos a?os de guerra.
P. ?D¨®nde jugaba al f¨²tbol?
R. En una explanada con hierba sin cortar que luego se convirti¨® en el aeropuerto de Alessandria.
P. ?Es verdad que empez¨® como delantero?
R. Mi entrenador de aquel entonces, Franco Pedroni, no ten¨ªa un punta de referencia y decidi¨® hacerme debutar como delantero. Dur¨¦ muy poco.
P. Aun as¨ª, en sus 658 partidos con el Milan marc¨® 164 goles.
R. Son muchos para alguien que jugaba detr¨¢s de los puntas.
P. ?Qu¨¦ recuerda de su prueba en el Milan?
R. Fue Pedroni quien convenci¨® a Gipo Viani, director t¨¦cnico del Milan, de que me viera. Le dijo que hab¨ªa un chico muy interesante en el Alessandria al que hab¨ªa que echar un vistazo.
P. ?C¨®mo fue la prueba?
R. Fue un partido con el primer equipo. Cuando volv¨ª a casa, me contaron que me hab¨ªan aprobado.
P. ?A qui¨¦n recuerda de aquel equipo?
R. A Schiaffino, Altafini, Galli, Cesare Maldini...
P. Dicen que fue Schiaffino quien convenci¨® a los due?os del club para que le cogieran a pesar de que era muy flaco.
R. Eso dicen, s¨ª. Pero esa fue la primera y la ¨²ltima vez que coincid¨ª con ¨¦l. Cuando yo llegu¨¦, ¨¦l ya se hab¨ªa ido al Roma.
P. Era el Milan de Nereo Rocco. ?C¨®mo era?
R. Era como mi segundo padre. Las relaciones humanas que creaba Rocco son irrepetibles. No habr¨¢ nadie as¨ª. Siempre nos dec¨ªa: "Yo os puedo decir que hag¨¢is esto y lo otro, pero al campo entr¨¢is vosotros, no yo". Veo a los entrenadores de ahora, que se pasan el partido desga?it¨¢ndose en la banda, y me digo: "?Pero no se dar¨¢n cuenta de que no les oye nadie!". Me hace gracia esta nueva generaci¨®n de entrenadores que habla de t¨¢cticas modernas... Pero si es que el campo de f¨²tbol es igual que siempre y mide igual que siempre. La clave es la misma de siempre: ocupar los mayores espacios posibles para quitar la pelota al rival. Pero, vamos, si no tienes los pies buenos para hacerlo, de poco vale hablar de t¨¢cticas. Los entrenadores de ahora se inventan estrategias t¨¢cticas, que si 4-3-3, 4-2-3-1, 4-4-2..., sin darse cuenta de que eso funcionar¨ªa si no hubiese adversarios. Pero s¨ª los hay y, adem¨¢s, se mueven por el campo.
P. ?A qu¨¦ nueva generaci¨®n de entrenadores se refiere?
R. No me refiero a nadie en especial, sino a todos los que apuestan por la t¨¢ctica. Para m¨ª, no tiene ning¨²n sentido porque la t¨¢ctica es algo te¨®rico y el campo y el f¨²tbol son algo pr¨¢ctico, jugar con la pelota. Est¨¢n todos preguntando por el sistema t¨¢ctico... Aqu¨ª lo que vale es tener los pies buenos. Recuerdo que a Nereo Rocco le daban mucho la lata para saber con qu¨¦ esquema iba a jugar y un d¨ªa contest¨®: "Vale, si insist¨ªs tanto, os lo cuento. Va a jugar Cudicini en la porter¨ªa y los otros 10 fuera de ella". De eso se trata.
P. ?C¨®mo era Nils Liedholm?
R. Le gustaba la pelota, le gustaba que cuid¨¢ramos de ella. Recuerdo que en los entrenamientos hac¨ªamos partidos en campitos peque?os y nos dec¨ªa: "Vale, empezamos con un toque. Luego pasamos a dos, a tres. Y despu¨¦s, a todos los que quer¨¢is". Resulta que se le olvidaba llegar a dos y nos pas¨¢bamos horas jugando a un toque. Es lo que le he pedido yo ahora a todos los t¨¦cnicos de las categor¨ªas inferiores, que cuiden de la pelota.
P. ?Le hacen caso?
R. Ojal¨¢. El calcio se ha complicado en el momento en el que ha mejorado la vida de las personas. Los que viv¨ªamos en la pobreza jug¨¢bamos al f¨²tbol para olvidarnos de todo lo dem¨¢s. Ahora ya no es as¨ª. Los ni?os no se divierten. Tambi¨¦n, porque con ocho a?os les obligan a jugar encorsetados y se cansan. El f¨²tbol es divertirse con la pelota. No se trata de horas de lecciones t¨¢cticas ni de horas de entrenamiento f¨ªsico.
P. Italia vive del recuerdo de Baggio, Totti y Del Piero... ?Por qu¨¦ no hay m¨¢s?
R. Y Cassano... Es el mejor de todos t¨¦cnicamente. Claro que, si la cabeza le acompa?ara, ser¨ªa mejor.
P. Cassano aparte, ?hay nuevos baggios y nuevos tottis en las canteras italianas?
R. ?No! Si los hubiera, estar¨ªan jugando en Primera. Una de dos: o las madres italianas han cerrado el grifo de la fantas¨ªa y del talento o no los saben elegir.
P. ?Qu¨¦ cree usted?
R. Que no los quieren elegir. En esta ¨¦poca manda el f¨ªsico y para los entrenadores de hoy el talento de los jugadores est¨¢ en un cuerpo fuerte y potente y no en la t¨¦cnica. Hay que cambiar esta cultura.
P. ?C¨®mo se hace?
R. Pagando m¨¢s a los t¨¦cnicos de las categor¨ªas inferiores que a los del primer equipo. Son ellos los que forman a los jugadores. Pero en Italia nunca se har¨¢ eso porque significar¨ªa revolucionarlo todo. Los grandes clubes lo que quieren es ganar y, si no lo consiguen, quieren tener un t¨¦cnico bien pagado al que echar la culpa. Lo que no entienden es que son los jugadores los que ganan los partidos. Si no tienes buenos jugadores, puedes fichar al entrenador que quieras, pero no ganar¨¢s nada. Los t¨¦cnicos no hacen ganar un partido, pero lo pueden hacer perder.
P. ?Podr¨ªa ser Espa?a el ejemplo a seguir?
R. El problema no es si hay que seguir a Espa?a, sino hacer las cosas que hay que hacer.
P. ?Cu¨¢l es la pregunta que le hacen m¨¢s a menudo los ni?os de ahora?
R. Quieren que les explique el significado de la palabra responsabilidad.
P. ?Saben qui¨¦n es Gianni Rivera?
R. No lo s¨¦... Los ni?os de ahora crecen con Internet. Seguro que habr¨¢n visto alg¨²n partido del pasado.
P. ?De cu¨¢nto era su primer sueldo?
R. Ni lo llamar¨ªa sueldo. Llegu¨¦ con 16 a?os al Milan. Lo primero que cobr¨¦ fueron los gastos. Eran 35.000 liras (17 euros), mucho si se tiene en cuenta que mi padre, ferroviario, cobraba 45.000. Cuando me gan¨¦ un sitio de titular, empec¨¦ a cobrar 40 euros al mes.
P. ?Qu¨¦ se compr¨®?
R. Nada. Tra¨ªa el dinero a casa de mis padres. Segu¨ªamos viviendo como siempre. Ayudaba a mi padre y a mi madre, que era modista.
P. ?Por qu¨¦ le llamaban El Ni?o de Oro?
R. Fue mucho antes de que ganara el Bal¨®n de Oro. Es porque empec¨¦ a jugar muy joven. Gan¨¦ mi primera Copa de Europa con el Milan sin haber cumplido los 20 a?os.
P. ?D¨®nde guarda el Bal¨®n de Oro?
R. Lo ten¨ªa olvidado en la bodega, entre tanta mudanza, y ahora lo tengo m¨¢s controlado en un trastero.
P. ?C¨®mo que en un trastero?
R. Me da igual que est¨¦ a la vista o no. Lo guardo simplemente para d¨¢rselo a mis hijos cuando ya no est¨¦ aqu¨ª.
P. ?Un gol del que no se olvidar¨¢ nunca?
R. El del 4-3 contra Alemania en el Mundial de M¨¦xico 1970 que nos permiti¨® ir a la final. Lo volv¨ª a ver muchas veces junto a Albertosi [portero de aquella Italia].
P. ?Por qu¨¦ en la final jug¨® solo seis minutos?
R. Es inexplicable. Inventarse una staffetta
[as¨ª se conoce el dualismo que desembocaba en el cambio entre Mazzola y Rivera] antes de empezar el partido no tuvo ning¨²n sentido.
P. ?Pod¨ªan jugar juntos Mazzola y Rivera?
R. Siempre lo hicimos, menos esos 20 d¨ªas en M¨¦xico.
P. ?El futbolista m¨¢s grande con el que ha jugado?
R. Pel¨¦. Ni Maradona ni nada. Ni punto de comparaci¨®n. Pel¨¦ sab¨ªa hacerlo todo. Si no hubiese existido el f¨²tbol, ¨¦l lo habr¨ªa inventado.
P. ?El jugador con m¨¢s talento hoy?
R. Messi. Hace lo que nadie puede hacer. Me da la sensaci¨®n, adem¨¢s, de que es buen chaval y eso le permite hacer explotar m¨¢s sus cualidades.
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