Gallard¨®n cita a Aguirre para repartir o eliminar los servicios duplicados

Los impuestos que usted, saleroso o reticente, abona al Ayuntamiento de Madrid, directa (el IBI y la tasa de basuras, por ejemplo) o indirectamente (a trav¨¦s de tasas estatales), permiten que la luz de los sem¨¢foros sea roja, verde o amarilla; que haya ¨¢rboles en los parques y alguien los riegue cada tarde; y que las farolas le alumbren el camino de vuelta a casa. Eso es lo que usted espera de su alcalde, y es lo que este, por ley, debe hacer.

Ahora bien: hay otros servicios municipales que usted da por hecho, pero que el Ayuntamiento no est¨¢ obligado a proveer. Es el caso, por ejemplo, del servicio de ambulancias del SAMUR; las becas de comedor para 60.000 ni?os; los centros de mayores; o la ayuda a personas sin hogar. Son aspectos fundamentales de la vida diaria de la ciudad, pero la ley no establece que sean responsabilidad municipal.

El alcalde quiere entablar contactos esta semana con el Gobierno regional

"Las coincidencias las sabemos, es de esperar por tanto un avance r¨¢pido"

El Ayuntamiento no plantea l¨ªneas rojas, dispuesto a ceder o disminuir gastos

El regidor conf¨ªa en cerrar el reparto en oto?o para elaborar los presupuestos

El Ayuntamiento asum¨ªa hasta ahora esos y otros gastos no obligatorios: en parte, para reforzar su papel en la vida del ciudadano; en parte, por el coste en imagen que supondr¨ªa dejar de hacerlo. Pero ahora, con las arcas tan telara?osas como las del hidalgo del lazarillo de Tormes, que esparc¨ªa migas de pan sobre sus ropajes para disfrazar su ayuno obligado, ha decidido que no va m¨¢s.

El pasado s¨¢bado, tras asumir el bast¨®n de mando, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP) anunci¨®: "Entablaremos desde la pr¨®xima semana los contactos necesarios con la Comunidad de Madrid, al objeto de avanzar de forma r¨¢pida y efectiva en la delimitaci¨®n de los servicios que cada Administraci¨®n debe prestar y los equipamientos que debe gestionar, evitando duplicidades y costes redundantes".

?Por qu¨¦ ahora? Primero, porque el Ayuntamiento no tiene ni un duro. Segundo, porque el Gobierno regional de Esperanza Aguirre (PP) tambi¨¦n se ve presionado a ahorrar, y por tanto deber¨ªa verlo con ojos amables. Tercero, porque el l¨ªder nacional de ambos, Mariano Rajoy, les conmin¨® a hacerlo hace 12 d¨ªas: "Trabajaremos para evitar duplicidades y solapamientos competenciales entre las distintas Administraciones p¨²blicas".

"Sabemos y conocemos de las coincidencias que existen [entre la Comunidad y el Ayuntamiento], y por lo tanto es de esperar un avance r¨¢pido", a?ad¨ªa Gallard¨®n el pasado s¨¢bado. Su deseo es que todo est¨¦ atado y bien atado para oto?o, cuando se deben elaborar los Presupuestos de 2012. Su optimismo tiene dos fundamentos adicionales: que Aguirre prometi¨® algo similar en su programa electoral, y que el pasado d¨ªa 7 la presidenta regional en funciones llam¨® a un "gran pacto nacional" para que Ayuntamientos, Autonom¨ªas y Gobierno central "tengan claro qu¨¦ servicios tienen que prestar, qui¨¦n tiene la obligaci¨®n de prestarlos y de d¨®nde sale la financiaci¨®n para ello".

Dibujar esas fronteras puede ser tan dif¨ªcil como en el salvaje Oeste, porque los servicios van ligados al personal y la financiaci¨®n necesaria para prestarlos, muy complicados de dividir. En esencia, hay tres tipos de gastos municipales no obligatorios: los que se solapan con los que presta otra Administraci¨®n (por ejemplo, hay tres agencias de empleo o de alquiler de la vivienda, una estatal, otra regional y otra municipal); los que complementan servicios de otra Administraci¨®n (por ejemplo, las becas de comedor); y los que, aunque no son redundantes, s¨ª son voluntarios (por ejemplo, los de ¨¢mbito cultural). En total, suman 891,6 millones de euros. La partida municipal de gastos corrientes en bienes y servicios asciende a 2.042,5 millones; el presupuesto global en 2011, a 4.542,5 millones (ah¨ª va todo, desde la n¨®mina de los funcionarios a los intereses de la deuda).

El Ayuntamiento acude a la negociaci¨®n con el Gobierno regional abierto a cualquier propuesta: no hay ning¨²n servicio que se vaya a emperrar en gestionar a toda costa si la Comunidad puede hacerlo en su lugar de una forma m¨¢s operativa, al solaparse con otro que ya preste en la actualidad.

As¨ª, a priori, no hay l¨ªneas rojas irrenunciables. Eso s¨ª, una vez delimitadas las competencias, deber¨¢n acompa?arse con los medios correspondientes (esto es, dinero y personal).

Llegado el caso, el Gobierno municipal tambi¨¦n est¨¢ dispuesto a eliminar parte de esos servicios no obligatorios si no hay acuerdo con el Gobierno regional, siempre y cuando quede cubierto por los que ya presta la Comunidad, siendo el papel del Ayuntamiento servir solo como complemento.

Cuesti¨®n aparte supone el gasto en seguridad, una partida que se refiere fundamentalmente a las labores de la Polic¨ªa Municipal complementarias a las obligatorias por ley, es decir, las que cubren las carencias de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado (por ejemplo, en el ¨¢mbito judicial). Esa negociaci¨®n, claro, no depender¨ªa del Gobierno regional, sino de una negociaci¨®n "m¨¢s complicada" sobre financiaci¨®n local.

El resto (bibliotecas, centros de d¨ªa, residencias de mayores, etc¨¦tera) queda al albur de la negociaci¨®n econ¨®mica y la voluntad pol¨ªtica. "No deber¨ªa ser dif¨ªcil", concluye el Ayuntamiento.