El enigma del amarillo hoja muerta
Nacida hace solo tres d¨¦cadas, la restauraci¨®n fotogr¨¢fica vive su gran momento - Un congreso re¨²ne en Logro?o a los m¨¢ximos especialistas mundiales
"Amarillo hoja muerta". En el listado de colores de sus fotograf¨ªas, el franc¨¦s Gustave Le Gray (1820-1884) encontr¨® tres palabras precisas para definir el tono sepia que ten¨ªan algunos de sus paisajes arquitect¨®nicos. Pero, ?c¨®mo volver a ese matiz en unas fotograf¨ªas con 150 a?os de antig¨¹edad, y que hasta hace poco m¨¢s de tres d¨¦cadas nadie estaba interesado en conservar? Y sobre todo, ?c¨®mo es el amarillo hoja muerta en la gu¨ªa Pantone? A Le Gray, como a Robert Daguerre (inventor del daguerrotipo, precedente de la fotograf¨ªa), le preocupaba la conservaci¨®n de sus obras. Por eso hizo su lista de colores. Lo que no pudo imaginar es que compartir¨ªa esa preocupaci¨®n siglo y medio m¨¢s tarde con un millonario tejano, que el pasado s¨¢bado adquiri¨® su Bateaux quittant le port du Havre, de 1856 o 1857, en una subasta en Par¨ªs por 917.000 euros.
Se acaban de pagar 917.000 euros por una instant¨¢nea tomada en 1856
Porque la fotograf¨ªa est¨¢ en alza art¨ªstica y econ¨®micamente, y cada vez m¨¢s museos y coleccionistas, como ese tejano, quieren tener sus obras en perfectas condiciones. Por desgracia, la preservaci¨®n y restauraci¨®n fotogr¨¢fica solo tiene 30 a?os de antig¨¹edad, desde que en 1975 se inaugurara la George Eastman House en Rochester (Nueva York), y a¨²n hoy los conservadores no han unificado sus criterios. "Hay multitud de materiales y de procesos fotogr¨¢ficos, es una ciencia joven... Urg¨ªa unificar, aclarar protocolos y reconsiderar los criterios de exhibici¨®n y conservaci¨®n", asegura ?ngel Mar¨ªa Fuentes, director cient¨ªfico de FotoConservaci¨®n, el congreso que esta semana se celebra en Logro?o y que se divide en dos partes: la internacional, que se clausura el jueves, "cuyas actas consensuadas servir¨¢n como base del trabajo en el futuro", y la nacional, que se celebrar¨¢ a continuaci¨®n el viernes y el s¨¢bado. "Los dividimos porque Espa?a tiene una identidad propia", asegura Fuentes, "y porque en estos tiempos de crisis vamos a adelantarnos a los recortes y decidiremos los criterios cient¨ªficos m¨ªnimos para la conservaci¨®n". Para que cuando llegue el pol¨ªtico de turno, los conservadores tengan una respuesta. "Lo mismo puedo aguantarme sin cambiar las fundas de unas fotograf¨ªas, pero habr¨¢ procesos de conservaci¨®n ineludibles, y sin ellos nuestra herencia cultural desaparecer¨¢". En Europa, Alemania y Francia van muy a la cabeza en esta labor.
Por suerte y por desgracia, la fotograf¨ªa como arte no ha sido tomada en serio hasta hace poco. Por suerte, porque eso hizo que fuera popular, que cualquiera retrate a la familia en una paella dominguera; por desgracia, porque eso abarat¨® y rest¨® calidad a los materiales fotogr¨¢ficos. "De ah¨ª que aguante mejor el paso del tiempo la foto de la boda de nuestros abuelos que la de nuestra comuni¨®n", apunta Fuentes, que insiste: "La fotograf¨ªa es arte y a la vez tiene valor documental. Necesitamos restaurar su soporte para preservar la informaci¨®n".
En Logro?o est¨¢n todos los popes de la conservaci¨®n fotogr¨¢fica, incluido el estadounidense Grant Romer, que ya trabaj¨® en los inicios de la Eastman House y es el padrino de la actual generaci¨®n de restauradores. Algunos exponen ideas que aunque suenen obvias, no por ello deben darse por sabidas. Nora Kennedy, del Metropolitan neoyorquino, empuja a sus compa?eros a hablar con los artistas: "Nunca sabremos qu¨¦ aspecto original ten¨ªan las fotos de Walker Evans o Alfred Stieglitz, pero yo a¨²n pude charlar con Richard Avedon sobre la conservaci¨®n y exposici¨®n -desde el tama?o a la iluminaci¨®n- de su trabajo. La intencionalidad de los artistas es fundamental, y m¨¢s en la fotograf¨ªa contempor¨¢nea, en que muchas veces la obra es ¨²nica y no hay un negativo previo". Kennedy, como conservadora jefe del Met, es la ¨²ltima de una cadena que inici¨® el mism¨ªsimo Stieglitz, que adem¨¢s de genio de la fotograf¨ªa inici¨® las compras para el museo.
Por cierto, no fue Stieglitz o su contempor¨¢neo Edward Steichen el primero en superar el mill¨®n de d¨®lares en una subasta. Como apunta Peter Mustardo, dedicado a la conservaci¨®n privada tras a?os en los archivos municipales de Nueva York, "esa marca la rompi¨® Marlboro man, de Richard Prince, un artista vivo, que encima us¨® para su trabajo la foto de otro y al que el propietario de su obra podr¨¢ telefonear".
Una Cartier-Bresson en el 'hospital' de las fotos
Entre los ponentes de FotoConservaci¨®n, un apellido llama la atenci¨®n: es el de Anne Cartier-Bresson (Par¨ªs, 1952), sobrina de Henri Cartier-Bresson. Aunque la fotograf¨ªa le llegara por apellido, no fue su primera pasi¨®n: "A inicios de los ochenta, trabaj¨¢bamos en esto muy pocos. La imagen es para m¨ª un placer. Por eso me interesa. Pero empec¨¦ Arqueolog¨ªa, y entonces me pregunt¨¦ por qu¨¦ nadie se dedicaba a la fotograf¨ªa, aunque en Francia hay inmensas colecciones. Mi t¨ªo me apoy¨® en mis estudios y habl¨¦ mucho con ¨¦l sobre su obra y su archivo".
Cartier-Bresson dirige una instituci¨®n ¨²nica, ejemplo de c¨®mo realizar la conservaci¨®n fotogr¨¢fica: l'Atelier de Restauration et de Conservation des Photographies de la Ville de Paris (ARCP), una instituci¨®n creada en 1983 que da servicio a 12 museos, siete bibliotecas p¨²blicas y otros siete archivos radicados en la capital francesa. Bajo su protecci¨®n, ocho millones de im¨¢genes. "La fotograf¨ªa es el arte m¨¢s cercano a las personas y esa idea nos ayud¨® a crear este laboratorio central". Cartier-Bresson insiste en que una obra no es un elemento solitario. "Me importa mucho la investigaci¨®n para una rigurosa catalogaci¨®n. Por ejemplo, en el museo V¨ªctor Hugo est¨¢n las fotos que hizo, pero tambi¨¦n sus m¨¢quinas, sus l¨ªquidos, sus facturas. Todo aporta informaci¨®n". Para la investigadora, esta centralizaci¨®n de su labor, que ella define como "coordinaci¨®n", es fundamental: "As¨ª hemos fijado criterios deontol¨®gicos, unificado qu¨¦ informaci¨®n debe pedir las instituciones cuando compran obras, y estamos educando a los investigadores del d¨ªa de ma?ana".
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