A Siberia
Narrativa. Quince a?os antes de ganar el premio del Consejo N¨®rdico con Yo maldigo el r¨ªo del tiempo, Per Petterson ya estuvo nominado con esta novela que ahora Mondadori recupera para el lector espa?ol. Buena oportunidad para admirar la evoluci¨®n y destreza narrativa de este autor que, a trav¨¦s de las t¨¦cnicas m¨¢s convencionales, sin alardes ni artificios de ninguna clase, logra crear escenas y personajes de una intensidad poco usual. Esta vez tampoco defrauda. El empleo de una primera persona femenina con semejante grado de control y empat¨ªa ya apuntaban a Petterson como un maestro de la subjetividad, al igual que la habilidad con que despliega todo un sistema narrativo en tres niveles o capas. Desde el n¨²cleo -la memoria- surge la voz de una ni?a cuya visi¨®n ir¨¢ evolucionando al proyectarse y cobrar forma sobre el segundo plano, all¨ª donde transcurre el drama familiar, con sus rencores y medias verdades, s¨®lo desveladas a trav¨¦s de an¨¦cdotas tan eficaces que permiten prescindir de reflexiones sesudas o sentimentaloides. Y desde esta esfera tan ¨ªntima, casi palpable, se percibe ya de fondo el proceso de decadencia social que desemboc¨® en la invasi¨®n nazi de Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial. Pero con Petterson la trama es lo de menos; los pilares de la historia no son los hechos, sino precisamente lo que no llega a suceder. Del mismo modo que el t¨ªtulo hace alusi¨®n a un lugar so?ado y nunca visto, el tema central de la historia es un amor que tampoco se realiza, el que siente la narradora por su idolatrado hermano mayor. Ya hace falta sutileza para que todo el relato transcurra al filo del incesto y la tensi¨®n sexual se sostenga sobre un par de excursiones nocturnas, alg¨²n gesto confuso y muestras supuestamente inocentes de cari?o fraternal. Y es que con elegancia se puede hablar de todo; se puede incluso diseccionar el recuerdo ajeno hasta desvelar una anatom¨ªa emocional tan compleja y precisa, con tantas conexiones y tan bien imbricadas, que al cerrar el libro uno tenga la impresi¨®n de estar sosteniendo un organismo vivo, un animal quebrado que se ha ca¨ªdo de alg¨²n nido.
A Siberia
Per Pettersen
Traducci¨®n de Cristina G¨®mez Baggethun
Mondadori. Barcelona, 2011
219 p¨¢ginas. 16,90 euros
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