?xitos regionales
Siempre resulta obligado reflexionar sobre las estrategias competitivas regionales m¨¢xime cuando se trata de apostar por nuevos modelos econ¨®micos de crecimiento. Se busca definir las trayectorias ganadoras y, por ello, es preciso atenuar las vulnerabilidades. Escudri?emos en el an¨¢lisis. La globalizaci¨®n contribuye a aumentar la magnitud y de alcance de las relaciones econ¨®micas y, al mismo tiempo, la integraci¨®n comercial internacional hace que los territorios (pa¨ªses, regiones y ciudades) deban especializarse a la espera de ganar y, en consecuencia, no retroceder posiciones. Ello hace que tengan que definir sus estrategias proactivas y reactivas, as¨ª como establecer los adecuados mecanismos de su inserci¨®n internacional.
Hasta el momento la teor¨ªa y la pr¨¢ctica apuntaban a que hab¨ªa que combinar estrategias industriales con territoriales, buscando el contexto favorable para el crecimiento. En la actualidad, ya existen trabajos que nos ofrecen primeros resultados en lo que hace referencia a la utilizaci¨®n de las distintas trayectorias basadas en dichas ventajas comparativas. De entrada se puede afirmar que las regiones compiten en la econom¨ªa global y, para ello, definen sus propias din¨¢micas. Lo hacen bas¨¢ndose en la reconstrucci¨®n de sus fortalezas hist¨®ricas e identificando sus oportunidades de diversificaci¨®n y especializaci¨®n. Sugieren, adem¨¢s, reforzar su know-how y la base de conocimiento.
Sin embargo, la cuesti¨®n clave es saber analizar los tres supuestos siguientes:
a)Una apuesta por los aumentos de productividad en los sectores de especializaci¨®n. Esto se logra a trav¨¦s de la introducci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas y contribuyendo a la innovaci¨®n organizativa y de gesti¨®n. Se consolidan estrategias verticales (uniendo a proveedores y clientes) y horizontales (actuando sobre empresas de producciones similares para lograr econom¨ªas de escala). Esta estrategia protege y fomenta el empleo.
b)Una apuesta por la reconversi¨®n hacia actividades en las fases superiores del proceso de producci¨®n. Esto es, en la medida en que los procesos est¨¢n fragmentados y descentralizados en lo tocante a las fases de producci¨®n en lugares donde los salarios son m¨¢s bajos y los costes m¨¢s reducidos, las trayectorias apuntan hacia sectores distintos de estos. Esta estrategia preserva la especializaci¨®n sectorial pero puede significar p¨¦rdidas de empleo.
c) Una apuesta hacia la reconversi¨®n de la estructura regional desde aquellos sectores de bajo valor a?adido hacia los de mayor agregado. Esto significa abandonar la producci¨®n de actividades que compiten con productos cuyos costes son inferiores. Pone de manifiesto una p¨¦rdida de empleos (al cambiar los sectores) o un incremento de empleos (al incrementar la productividad). Aqu¨ª la disyuntiva radica en acertar en la selecci¨®n de la mejor posici¨®n en lo que respecta a la divisi¨®n territorial de la mano de obra y de los posicionamientos comerciales.
A la luz de estas tres trayectorias un nuevo trabajo acad¨¦mico ha especificado el grado de ¨¦xito de dichas estrategias competitivas para las regiones vulnerables europeas. Los peores territorios europeos se corresponden con aquellos que apostaron por la desindustrializaci¨®n (cuando los recortes de empleos son incapaces de restaurar la productividad y la competitividad); por el abandono industrial (cuando el crecimiento de la productividad se logra cerrando unidades ineficientes, lo que provoca un crecimiento por debajo de la media); y por el conservadurismo industrial (cuando el crecimiento de la productividad viene acompa?ado por leves aumentos de empleo pero utilizando excesivos est¨ªmulos p¨²blicos). Los mejores casos son aquellos que postulan un crecimiento de la productividad al combinar actuaciones coordinadas con la creaci¨®n de empleo y la obtenci¨®n de buenos resultados; y aquellas otras reestructuraciones que impulsan la sustituci¨®n de una determinada base econ¨®mica escasamente representativa y competitiva.
Concluyendo, ciertas econom¨ªas territoriales atraviesan momentos dif¨ªciles y se hacen muy vulnerables. Ante estas situaciones, aquellos territorios din¨¢micos se autorrefuerzan buscado fuerzas internas para robustecer su base especializada, diversificando e insert¨¢ndose en las redes de suministro global. Galicia est¨¢ a la espera de an¨¢lisis de este tipo. Por eso, estamos quedando rezagados de la apuesta por un dinamismo econ¨®mico sostenible a la vez que nos vemos incluidos en el club de las regiones vulnerables. En este sentido, solo recomiendo una pausa para pensar y tener criterio
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