La buena m¨²sica no entiende de edad
La Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid se enfrenta esta tarde a 'El amor brujo' de Falla y la 'Cuarta Sinfon¨ªa' de Mahler en el Auditorio Nacional
Diego Ram¨ªrez tiene 18 a?os. Hace un a?o que termin¨® el Grado Medio en el conservatorio y este curso se ha empleado a fondo en la Universidad, donde ha terminado 1? de Ingenier¨ªa Aeroespacial. Sin embargo, consigue sacar una hora al d¨ªa para tocar el chelo en casa cuando termina las clases. Esa vocaci¨®n es la que se respira entre los atriles en el ensayo de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (Jorcam), que toca esta tarde en la sala de c¨¢mara del Auditorio Nacional.
El programa exige a unos profesionales -Cuarta Sinfon¨ªa de Mahler y El amor brujo de Falla- y cualquiera puede preguntarse si una orquesta construida con estudiantes puede dar la talla. "No es una orquesta profesional, pero despu¨¦s de trabajar con ellos mucho, el resultado puede llegar a ser sorprendente", explica Pablo Mielgo, director de orquesta en esta ocasi¨®n -los directores de la Jorcam van cambiando para que los m¨²sicos aprendan a trabajar bajo varias batutas- y creador del festival al que pone el broche este concierto, Madrid Me Suena.
En Falla solo tocan 20 m¨²sicos porque son los que cab¨ªan en el foso en 1915
En la Jorcam son 135 m¨²sicos sin contar el coro, con el que suman unos 220 j¨®venes, pero esta tarde solo 20 de ellos estar¨¢n sobre el escenario -en Mahler solo ser¨¢n 12-. Una orquesta reducida que viene dada, en el caso de Falla, por una curiosa an¨¦cdota. Mielgo cuenta que cuando se estren¨® esta primera versi¨®n del compositor gaditano en 1915 -despu¨¦s la transform¨® hasta convertirla en ballet-, Falla tuvo que reducir la orquesta al n¨²mero de m¨²sicos que cab¨ªan en el foso del teatro Lara. As¨ª que en la interpretaci¨®n de esta tarde solo habr¨¢ una veintena.
Mielgo se esfuerza en defender las bondades de la obra de Falla, que adem¨¢s es una de sus favoritas. "Es una obra maravillosa, porque saca todos los colores de la orquesta con un conjunto m¨ªnimo", explica el director. Pero hay otra an¨¦cdota m¨¢s, relacionada con el hecho de que quien la estrenase fuera la cantaora Pastora Imperio. "La mujer, que se ve¨ªa que ten¨ªa mucho genio, corrigi¨® a Falla algunas partes, sobre todo en el ritmo", comenta Mielgo.
Diego ¨²nicamente toca en El amor brujo, pero tiene un solo que bien vale renunciar a un pepel en la sinfon¨ªa de Mahler. El violonchelo lleva la melod¨ªa en una parte relajada y pastoril para contrarrestar el ¨ªmpetu y la violencia del movimiento anterior, La danza del fin del d¨ªa. Diego es uno de los m¨¢s j¨®venes de esta orquesta reducida en la que se puede entrar con 15 a?os y se sale a los 26, aunque algunos de ellos no apuran el l¨ªmite de edad. "Hay dos clarinetes y un fagot que sacaron las oposiciones para ser profesores, y otros est¨¢n ya metidos en orquestas", cuenta el gerente de la Jorcam, V¨ªctor Gil. "La idea es que cuando lleguen a otras orquestas, ya hayan tenido una experiencia profesional", comenta.
La Cuarta Sinfon¨ªa de Mahler es, realmente, un reto de niveles profesionales. "Mahler experimenta en sus tres primeras sinfon¨ªas, en las que va buscando un nuevo lenguaje, pero en la cuarta vuelve al clasicismo, al lenguaje cl¨¢sico de las sinfon¨ªas", explica Mielgo. El director no deja de sonre¨ªr aunque en algunos pasajes los ritmos a contratiempo que no encajan le hagan mover el bigote en se?al de desagrado. No importa. Se retoma en el n¨²mero de ensayo anterior o cuatro compases antes y se cuadra perfectamente para poder continuar. En esta sinfon¨ªa les acompa?a la soprano Elisandra Meli¨¢n, con la que ensayan una y otra vez el complejo y bipolar cuarto movimiento. La cantante se muestra encantada de poder participar con estos j¨®venes, al igual que la cantaora que pone sonido humano a El amor brujo, Trinidad Montero.
Los ensayos comenzaron el 21 de junio, una vez terminados los ex¨¢menes y el periodo escolar. "Se intenta trabajar los fines de semana y en ¨¦pocas no lectivas. Tenemos una plantilla muy extensa y vamos llamando cada vez a un grupo diferente", explica el gerente. Algunos de los que tocan esta tarde acaban de aterrizar de Mosc¨², donde han tocado en una orquesta mixta de j¨®venes madrile?os y estudiantes rusos del Conservatorio Chaikovski.
En el horizonte, la orquesta tiene varios retos: en octubre tocar¨¢n con el coro de la Universidad Polit¨¦cnica el Carmina Burana de Carl Orff, y un mes antes, m¨¢s Mahler. A pesar de que los grupos que tocan son rotatorios y existen unas listas por instrumento en la que los que acaban de participar en un concierto se ponen al final de la cola, Diego ya piensa en septiembre. "Ya s¨¦ que no me corresponder¨ªa tocar la Tercera Sinfon¨ªa de Mahler, pero estoy deseando que me llamen", explica ilusionado mientras espera a que sus compa?eros terminen con el ¨²ltimo movimiento de la sinfon¨ªa. El mayor valor de esta orquesta sigue siendo su entusiasmo.
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