Alexandre Ballester, dramaturgo mallorqu¨ªn
Fue gu¨ªa intelectual de generaciones de artistas catalanes
"Escribo teatro desde la periferia de la periferia, pero siento el teatro en mi alma", proclam¨® meses atr¨¢s Alexandre Ballester Moragues (1933), creador literario y activista cultural polifac¨¦tico que falleci¨® este jueves en el hospital de Inca, Mallorca. Cin¨¦filo y lector ac¨¦rrimo desde ni?o, cuando segu¨ªa las emisiones de radio internacionales clandestinas gracias a que su padre era t¨¦cnico electricista. Desde una esquina de su isla, alejado de los circuitos teatrales y editoriales de las metr¨®polis, Ballester cre¨® una potente obra en catal¨¢n para la escena y fue un asesor intelectual de referencia de varias generaciones de escritores, poetas y pintores.
Naci¨® en Gav¨¤ (Barcelona) y desde los a?os sesenta fue un destacado dramaturgo, reformador y vanguardista que se alej¨® del llamado teatro regional. Mientras su lengua catalana estaba a¨²n vetada en los medios triunf¨® con piezas que siguen represent¨¢ndose. Entre ellas destacan Dins un gruix de vellut [Entre la pana] (Premio Josep Maria de Sagarra, 1967), L'¨²nica mort de Marta Cincinnati [La ¨²nica muerte de Marta Cincinnati] (Premio de Teatre Born de Ciutadella 1983), Massa temps sense piano [Demasiado tiempo sin piano] (Premio Mallorca 1968), Un ba¨¹l groc per a Nofre Taylor [Un ata¨²d amarillo para Nofre Taylor] (1971), Al caire de les campanes [El canto de las campanas] (Premio Teatre Principal 1987). Admiraba a Eug¨¨ne Ionesco, Antonin Artaud y Samuel Beckett y en su ¨¢mbito fue amigo de los escritores Maria Aur¨¨lia Campany, Jaume Vidal Alcover y Josep Maria Llompart.
Agitador cultural
Ejerci¨® de cronista cultural en los medios, se dedic¨® a la narrativa y fue capaz de inventarse el argumento folcl¨®rico para lanzar a la fama las fiestas de invierno de San Antonio de su pueblo Sa Pobla (Mallorca). Su "noche bruja" tradicional y multitudinaria alrededor de las hogueras, glosas, canciones at¨¢vicas y rituales r¨²sticos en la capital rural de Mallorca, donde residi¨® toda su vida y de la que fue su cronista oficial. Era un gran conversador y narrador oral. Siempre detr¨¢s de sus lentes negros de fotof¨®bico y con la voz c¨¢lida de la memoria lider¨® todas las tertulias y presentaciones de libros. "No os enga?¨¦is, ahora ya estoy dentro de la espiral", anunci¨® meses atr¨¢s a sus seguidores, en la pen¨²ltima crisis del fallo multiorg¨¢nico que acab¨® llev¨¢ndole a la muerte.
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