Aitor Ekobo tiene un don

Aitor Ekobo, un chico t¨ªmido de 14 a?os y piernas largas, calienta a un lado de la pista. Escucha en unos cascos al rapero Zenit. Suena as¨ª: "Suelo so?ar que ya no tengo personalidad y todo lo que pienso est¨¢ metido en tu mochila". Est¨¢ muy concentrado. Sale a la pista donde se va a disputar la final de velocidad. ?Qu¨¦ le pasa en ese momento por la cabeza, c¨®mo recordar¨¢ el momento? "Salimos muy juntos, muy pegados. Cuando llevo unos veinte metros, giro la cabeza para buscar a mi m¨¢ximo competidor, que me hab¨ªa ganado en otras carreras, y me doy cuenta de que le saco un par de metros. Entonces acelero al m¨¢ximo. Solo pienso en correr. Estoy a punto de llegar a la meta y no escucho sus clavos golpeando la pista. Estoy yo solo en primera posici¨®n. He ganado".

"Me planteo mi futuro carrera a carrera; quiero ser ingeniero"

"Sencillamente es muy r¨¢pido", resume uno de sus entrenadores

Fue descubierto por los ojeadores en un campeonato escolar en Fuenlabrada

El pr¨®ximo curso har¨¢ tercero de la ESO. Con 14 a?os es un buen estudiante

Este chico serio y de mirada enigm¨¢tica se proclam¨® el fin de semana pasado campe¨®n de Espa?a en 100 metros lisos en categor¨ªa cadete. Hizo una marca de 10,97. Lo que sorprende es que apenas lleve nueve meses entren¨¢ndose en el Club de Atletismo de Fuenlabrada. "Sencillamente es muy r¨¢pido. Si mejora su t¨¦cnica puede ser un gran campe¨®n", resume uno de sus entrenadores.

Hijo de un taxista camerun¨¦s que trabaja en Madrid y una auxiliar de enfermer¨ªa guineana, Ekobo fue descubierto por los ojeadores del club durante los campeonatos escolares del a?o pasado. Le invitaron por carta a acudir a las instalaciones. En ese tiempo jugaba de centrocampista ("tipo Yaya Tour¨¦", se define) en un equipo de f¨²tbol que acab¨® desapareciendo. Una tarde de octubre se pas¨® por las pistas. Recuerda que hac¨ªa fr¨ªo. Los que estaban all¨ª pronto se dieron cuenta de que ese chico enjuto, callado y que daba grandes zancadas ten¨ªa talento. Ten¨ªa un don.

Sentado en las gradas del polideportivo Ferm¨ªn Cacho de Fuenlabrada, Ekobo explica que no se pone nervioso en competici¨®n. Quienes le conocen dice que es fr¨ªo. "Llega un momento en el que s¨ª me puedo alterar un poco m¨¢s, pero es solo porque quiero salir a correr, que llegue el momento".

Ahora que ha adquirido fama en el circuito, la gente que le rodea le advierte de que pueden calentarle la cabeza con su futuro. ?l no se inmuta. Parece que nunca lo hace. "Me planteo mi futuro carrera a carrera. Quiero ser ingeniero inform¨¢tico. Si resulta que puedo llegar a algo en el mundo del deporte pues bienvenido sea, pero me lo tomar¨¦ con tranquilidad", dice con ese aire entre zen y parco que parece que le rodea.

In¨¦s Jim¨¦nez, la entrenadora de Ekobo, recalca que el chico tiene que mejorar la salida de tacos y su t¨¦cnica en carrera. Sus avances, pese a lo poco que lleva entren¨¢ndose, son importantes. "Aprende r¨¢pido. Es disciplinado. Para las pruebas de velocidad influye mucho el componente gen¨¦tico y salta a la vista que Aitor tiene cualidades para ser muy r¨¢pido. Le sale natural", explica Jim¨¦nez, que un segundo antes estaba iniciando unos ejercicios de estiramiento con un grupo de alumnos. La filosof¨ªa del Club de Atletismo de Fuenlabrada no es ¨²nicamente la de fabricar grandes campeones. Buscan inculcar una educaci¨®n ¨ªntegra que convierta a los chavales en gente de provecho. "Si ganan nos parece bien, adelante, pero lo importante es su desarrollo personal, que creen un v¨ªnculo con el deporte", remacha la entrenadora.

Volviendo a la figura de Ekobo, Julio Castrillo, presidente de la asociaci¨®n de padres y madres de la escuela, destaca que el corredor ha demostrado trabajo y entereza para lograr el campeonato. "Y ves en los campeonatos que ha perdido la timidez. Todos los chicos que han participado se han hecho muy amigos", resalta.

Sentada unos metros m¨¢s all¨¢, su madre, Mar¨ªa Clara Marama, est¨¢ contenta de que Aitor pase a estar en boca de mucha gente del mundo del atletismo pero prefiere que priorice sus estudios. El pr¨®ximo curso pasa a tercero de la ESO. Es un buen estudiante. "Lo m¨¢s importante es que apruebe, como viene haciendo hasta ahora. No baja a entrenarse hasta que no ha acabado las tareas o no se ha preparado el examen", dice la madre, que a continuaci¨®n se declara seguidora ac¨¦rrima del periodista Jos¨¦ Ram¨®n de la Morena. Mientras lo cuenta, su otro hijo, Roosevelt, de 17 a?os, escucha hip-hop con aire distra¨ªdo.

Ekobo ha competido estos meses con otros chicos de grandes cualidades como Daniel Carrera, de Aranjuez, o Daniel Quero, de Valladolid. El peri¨®dico El Norte de Castilla daba como favorito a Quero en la prueba en la que finalmente se impuso Ekobo. Fue una cuesti¨®n de sensaciones, dice una semana despu¨¦s el campe¨®n. No sent¨ªa presi¨®n. Estaba tranquilo. Ya en la pista, al no escuchar las pisadas de su contrincante cay¨® en la cuenta de que hab¨ªa ganado. Ah¨ª empez¨® la historia (a¨²n por escribir) de un chico que tiene un don. Se llama Aitor Ekobo.