Una merluza famosa
Tondeluna, en Logro?o, la nueva aventura de Francis Paniego
Los conceptos en los que se basa este nuevo restaurante poseen m¨¢s miga de lo que a primera vista parece. Entre Francis Paniego, cocinero de ideas claras, y el estudio de arquitectos Picado-De Blas han dado a luz un bar-restaurante, con wifi incorporada, en el que se superponen m¨²ltiples tendencias. Local con seis mesas comunales y capacidad para 72 comensales donde prevalecen tres cuestiones estrat¨¦gicas: el desenfado de su comida, que gira en torno a raciones y tapas caseras; la inteligencia de su interiorismo (puro ejercicio de arquitectura y no de decoraci¨®n ramplona) y la manera en que han decidido promocionar su imagen a trav¨¦s del ciberespacio (Facebook y Twitter). Factores a los que se suma la idea de sostenibilidad que planea sobre la gesti¨®n de la casa, empezando por el aprovisionamiento de su despensa, comprometida con los preceptos del kil¨®metro 0. En suma, una bomba de contemporaneidad que ha explotado al poco de inaugurarse. A la vista, en un show-cooking (cocina a la vista) incesante, la figura de David Gonz¨¢lez, jefe de cocina, al que ayuda el propio Paniego, que alterna este nuevo destino con sus estancias en la casa madre, el restaurante Echaurren (Ezcaray, La Rioja).
Tondeluna
PUNTUACI?N: 6
Muro de la Mata, 9. Logro?o. Cierra: domingos noche y lunes. Internet: www.tondeluna.com. Precio: de 25 a 30 euros. Men¨² Voy de prisa pero me cuido, 12 euros; Del d¨ªa, 20 euros; Estoy atondelunado, 25 euros. Croquetas, 6 euros (6 unidades); menestra de verduras, 9,75; merluza confitada con pimientos, 15,50; torrija con helado de queso, 7.
Como no se admiten reservas, el riesgo de padecer colas est¨¢ asegurado. En la carta, tan divertida como escueta, hay dos especialidades que justifican la visita: las croquetas de jam¨®n, de rebozo crujiente y masa fluida, y su famosa merluza a la romana a 45?, heredada de su madre. En el resto, altos y bajos dentro de un nivel que -cabe suponer- subir¨¢ escalones a medida que concluya el rodaje. Si la ensaladilla rusa y los calamares a la romana con mayonesa de setas deben mejorarse, las patatas bravas al estilo de las de Sergi Arola no suscitan reparos. Lo mismo que el magn¨ªfico huevo pochado a 65? con pimientos del cristal caramelizados. O la menestra de verduras tipo panach¨¦, y las hamburguesitas de solomillo entre panecillos al vapor, m¨¢s que convincentes.
Peor suerte corre la panceta con alcachofas, combinaci¨®n desdibujada. Entre los postres, bien planteados, valen la pena la torrija con helado de queso y el pastel de chocolate con helado al aceite de oliva. La lista de vinos, imposible de perge?ar al gusto de todos en un lugar como La Rioja, compensa sus limitaciones permitiendo a los clientes que se presenten con botellas: y no se cobra nada por el descorche. ?Qu¨¦ resortes est¨¦ticos acompa?an a unos planteamientos tan dispares? "Francis quer¨ªa transplantar a Logro?o los bosques de Ezcaray, la utop¨ªa urbana de comer bajo un hayedo", afirma Rub¨¦n Picado. "Por eso dise?amos las lamas contrachapadas que cubren un lateral y cambian de color igual que las hojas de los ¨¢rboles". "Otro reto", prosigue Picado, "era conseguir un bar sin barra, eliminar el muro sin perder proximidad con los clientes. De ah¨ª los gueridones, uno en cada mesa, para que los cocineros rematen platos a la vista. Hasta las placas absorbentes de ruidos son pantalones vaqueros reciclados". Cuando a Paniego se le interroga sobre la espina dorsal de este negocio, contesta contundente: "Tondeluna pretende mantener una interacci¨®n con sus clientes con el uso de Facebook y Twitter. Navegamos a toda m¨¢quina en el 2.0".
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