Legados y prejuicios
En el siglo XVIII Linneo clasificaba a los seres humanos en grupos como Homo europeanus, que era "amable, ingenioso y activo", mientras que el Homo africanus era "indolente, negligente y caprichoso" y el Homo asiaticus, "avaricioso y distra¨ªdo". Pocos dudar¨¢n hoy de que esas categor¨ªas est¨¢n basadas en prejuicios y no en estudios rigurosos. En el XIX, Lombroso relacionaba la criminalidad con caracter¨ªsticas como mayor capacidad craneana o abultamiento occipital. Aunque estos ejemplos muestran que anta?o se juzgaban innatos todos los comportamientos y desempe?os humanos, la gen¨¦tica moderna considera que la expresi¨®n de los genes (lo que los bi¨®logos llamamos fenotipo) es resultado de la interacci¨®n entre los genes y el ambiente. Quiz¨¢ un ejemplo ayude a entenderlo: en 1935 la estatura media de los varones gallegos era 163 cm, mientras que en 2005 era 175 cm. Creo que estaremos de acuerdo en atribuir ese aumento de 12 cent¨ªmetros a una mejora en la alimentaci¨®n y las condiciones sanitarias, y no a un cambio simult¨¢neo en los genes de toda la poblaci¨®n.
"Un ni?o educado en una familia con libros est¨¢ en mejores condiciones"
?Quiere esto decir que los genes no influyen en cuestiones como la estatura o el rendimiento acad¨¦mico? Influyen, pues, por ejemplo, el genotipo de una persona determina una potencialidad de ser alto. Que llegue a serlo depende de si su alimentaci¨®n, condiciones sanitarias, etc¨¦tera son adecuadas. Hay estudios que apuntan a que ciertas predisposiciones intelectuales tienen un componente hereditario. Pero todas las investigaciones rigurosas, que son muchas, muestran la relevancia de los factores sociales y econ¨®micos en el rendimiento acad¨¦mico. As¨ª lo hace la evaluaci¨®n internacional Pisa, realizada por la OCDE, organizaci¨®n nada sospechosa de radicalismo. Factores sociales son, por ejemplo, el nivel de estudios de los padres, en especial de la madre, que, seg¨²n Pisa, es el que presenta una correlaci¨®n m¨¢s alta con el rendimiento. No es dif¨ªcil de entender que un ni?o o ni?a educado en una familia en la que hay libros, en la que la expresi¨®n oral es sofisticada y en la que se le corrige cuando comete una falta de ortograf¨ªa est¨¢ en mejores condiciones para tener buenas notas que otro procedente de un entorno con un bajo nivel de estudios.
Otro caso de influencia del ambiente en el desempe?o acad¨¦mico es la incorporaci¨®n de las mujeres a los estudios universitarios. A¨²n a mitad del siglo XX se pon¨ªa en duda, por ejemplo por Mara?¨®n, que pudieran dedicarse a la investigaci¨®n cient¨ªfica. Se alegaba una supuesta diferencia innata. Es evidente que si a las mujeres no se les permit¨ªa el acceso a los estudios, o se dificultaba su carrera acad¨¦mica, dif¨ªcilmente pod¨ªan expresar sus potencialidades. Hoy d¨ªa los resultados de las pruebas de selectividad en todas las comunidades aut¨®nomas muestran que la mayor proporci¨®n de los alumnos con mejores notas son mujeres. No s¨¦ si los autores del informe de la CEOE, que se quejan de que haya profesoras, preferir¨ªan que estas alumnas brillantes vuelvan a hacer calceta y fregar sartenes, en vez de cuestionar, por ejemplo, por qu¨¦ las mujeres reciben menores salarios que los varones.
Es posible que los empresarios sepan de empresas. Pero, antes de lanzarse a decir disparates sobre biolog¨ªa y educaci¨®n, deber¨ªan informarse. Contradecir los resultados e interpretaciones de un estudio tan amplio y riguroso como Pisa, afirmar que la herencia gen¨¦tica tiene m¨¢s importancia en el ¨¦xito escolar no es heterodoxo. Es simplemente una falacia. Es una conclusi¨®n que muestra una profunda ignorancia, no solo de la educaci¨®n, sino de la biolog¨ªa moderna, en la que las interpretaciones deterministas (que llevadas al extremo lindan con el racismo) no tienen car¨¢cter de enunciados cient¨ªficos sino ¨²nicamente de prejuicios anticuados.
Mar¨ªa Pilar Jim¨¦nez Aleixandre es catedr¨¢tica de Did¨¢ctica de Ciencias en la Universidad de Santiago de Compostela.
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