El 'blues' de la botella aplastada
La misteriosa artista iran¨ª Natascha Sadr reflexiona sobre la evoluci¨®n de la cultura material en la Capilla del Macba
Durante los pr¨®ximos cinco meses quien se acerque a visitar la Capilla del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) se encontrar¨¢ con un oasis, ajeno al calor y al bullicio tur¨ªstico del Raval, un espacio fresco y pr¨¢cticamente vac¨ªo. Sin embargo, las apariencias enga?an, porque algo hay: un extra?o sonido r¨ªtmico, que se fragmenta y rebota por las capillitas laterales para volverse a juntar en el centro de la nave. Hace falta llegar hasta el fondo para descubrir su origen. Lo produce un t¨ªpico equipaje de mano con ruedas al aplastar lentamente una botella de pl¨¢stico, gracias a un dispositivo que le otorga movimiento independiente.
Se trata del elemento central de la instalaci¨®n sonora de Natascha Sadr Haghighian De paso, una reflexi¨®n sobre la sociedad del consumo, la cultura material y el concepto de tr¨¢nsito, a partir de dos elementos como el trolley y la botella, que forman parte de nuestra cotidianidad, si bien son objetos relativamente recientes.
Ritmos distintos
"La patente de la botella de pl¨¢stico transparente se remonta a 1947 y el primer equipaje de mano con ruedas a 1989.
Ambos forman parte de la idea de tr¨¢nsito r¨¢pido y son emblem¨¢ticos de la evoluci¨®n de la cultura material comunitaria a la individual. Ya no se hace el equipaje en familia, todos tienen su propia maleta y su botellita de agua, que en muchos casos incorpora un pitorrito para beber sin dejar de caminar", explic¨® Chus Mart¨ªnez, comisaria del proyecto, que se inaugur¨® el pasado 7 de julio.
"El sonido que produce el contacto entre la maleta y la botella es captado por un micr¨®fono que lo distribuye a ocho altavoces, mediante un algoritmo aleatorio, que genera un ritmo siempre distinto y rigurosamente en directo", a?ade Sadr. Lo que se sabe de ella y de su vida es poco y confuso, ya que la artista se niega a comercializar su imagen y se est¨¢ forjando una leyenda al negarse a difundir su retrato y biograf¨ªa.
En su af¨¢n de mantener oculta su verdadera identidad, ha llegado al punto de enviar a Han Nefkens, el coleccionista que ha coproducido la obra con el Macba, una seudobiograf¨ªa, en la que se presenta como un transexual alem¨¢n que vivi¨® con una drag queen en un rancho de Estados Unidos antes de trasladarse a Inglaterra y convertirse en artista.
En realidad no es nada de eso, sino una joven mujer iran¨ª afincada en Berl¨ªn, una identidad demasiado arquet¨ªpica y f¨¢cil de encasillar para que le gustara. As¨ª que decidi¨® enviar a quien le preguntara por su vida a la web www.bioswop.net, un portal que teoriza la pr¨¢ctica del nombre colectivo (es c¨¦lebre el de Luther Blisset), la evoluci¨®n del concepto de autor¨ªa y el intercambio de identidades. Sadr quiere que la conozcan por sus obras, porque todas ellas son fruto de un largo trabajo de documentaci¨®n, investigaci¨®n y reflexi¨®n, y la han llevado a los museos de medio mundo y eventos como la bienal Manifesta y el festival S¨®nar. "En este caso el punto de partida es la historia del agua en Barcelona, que durante la Guerra Civil se convirti¨® en s¨ªmbolo de libertad y democratizaci¨®n, ya que los anarquistas la colectivizaron y extendieron las tuber¨ªas hasta los vecindarios m¨¢s pobres. Por ello, la pieza se completa con la foto de una fuente milagrosamente intacta en una Barcelona destruida por los bombardeos, de David Seymour, y un fragmento de Homage to Catalonia, escrito por George Orwell en 1938. Ambos fueron brigadistas", concluye Natascha Sadr.
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