Instrucciones para abandonar el fusil
Un ex ni?o soldado de Sud¨¢n del Sur relata c¨®mo fue su infancia en la guerrilla independentista y su actual lucha contra el desempleo en un pa¨ªs reci¨¦n nacido
"Recuerdo un ataque en el que o¨ªmos que ven¨ªan antes de que aparecieran. Nos escondimos en el bosque y los bagara encontraron el pueblo vac¨ªo. Fueron a buscarnos y mataron a toda la familia de un vecino nuestro excepto a un beb¨¦. Cuando fuimos a recoger los cuerpos, el beb¨¦ intentaba mamar del pecho de su madre, pero la madre estaba muerta".
As¨ª empieza la historia de Lual Kuan, un joven sursudan¨¦s de 25 a?os que fue ni?o soldado, m¨¢s tarde vivi¨® en Jartum y ahora trabaja en Juba en la Comisi¨®n de Desarme, Desmovilizaci¨®n y Reintegraci¨®n (DDR) de la nueva Rep¨²blica de Sud¨¢n del Sur, que el s¨¢bado declar¨® su independencia.
Kuan naci¨® en 1985 en un poblado cercano a la frontera entre el Norte y el Sur, cuando ambas partes estaban en una guerra que hab¨ªa empezado dos a?os antes.
"El Gobierno solo da trabajo a familiares y amigos", lamenta el joven Lual Kuan
Cuando era muy peque?o, los poblados de su zona empezaron a ser atacados por los bagara, tribus ¨¢rabes n¨®madas procedentes del Norte y armadas por Jartum. Estas tribus robaban su ganado y quemaban sus chozas. "Y secuestraban ni?os para que cuidaran sus vacas y ni?as para que cocinaran o para casarse con ellas. Pero tambi¨¦n para venderlos en el Norte como esclavos", recuerda Kuan.
Cuando la guerra entre Norte y Sur lleg¨® a esta zona, los j¨®venes fueron reclutados por el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n de Sud¨¢n (SPLA, en sus siglas inglesas), que entonces era la mayor milicia y que hoy es el Ej¨¦rcito de Sud¨¢n del Sur. El hermano mayor de Kuan fue uno de los reclutados. "Se uni¨® al SPLA en 1995 y dos a?os m¨¢s tarde muri¨® en la guerra. Entonces yo intent¨¦ alistarme para vengar su muerte". Kuan ten¨ªa 12 a?os y se escap¨® de casa para llegar a los barracones del SPLA. "Pero el comandante dijo que era muy peque?o y mis padres vinieron a buscarme".
Kuan se qued¨® en su poblado e iba a una escuela que estaba a 10 kil¨®metros. "Los ni?os ¨ªbamos y volv¨ªamos corriendo, entonces nunca hab¨ªamos visto y no sab¨ªamos lo que era un coche".
Olvidado por la comunidad internacional y en conflicto intermitente con el Norte desde 1955, el sur de Sud¨¢n era y es una de las regiones m¨¢s subdesarrolladas del planeta. Fue entonces cuando una de las hermanas mayores de Kuan muri¨® dando a luz. A¨²n hoy, Sud¨¢n del Sur tiene uno de los peores ¨ªndices de mortalidad maternal del mundo. Una de cada siete mujeres muere durante el parto, seg¨²n Naciones Unidas.
En 2000, cuando ten¨ªa 15 a?os y tras intentarlo varias veces, a Kuan le permitieron quedarse en los barracones. "?bamos al colegio y tambi¨¦n recib¨ªamos entrenamiento militar y nos ense?aron a manejar un AK-47", recuerda hoy haciendo el gesto de llevar un rifle. "Pero no llegu¨¦ a entrar en combate, nos hac¨ªan ir a buscar le?a o ayudar con peque?as tareas". Ese mismo a?o, su padre muri¨® tras recibir un disparo durante un ataque de los bagara.
En 2001, y tras recibir muchas cr¨ªticas por el uso de ni?os soldados, el SPLA inici¨® una campa?a de desmovilizaci¨®n. "Unicef nos llev¨® a unos 400 en avi¨®n a Rumbek y meses m¨¢s tarde nos devolvieron a nuestros poblados, que estaban en una zona liberada". En 2004, la Coalici¨®n para Detener el Uso de Ni?os Soldados estimaba que el SPLA contaba con entre 2.500 y 5.000 menores en sus filas, y que segu¨ªa reclut¨¢ndolos.
Kuan sigui¨® yendo al colegio y, cuando en 2005 el Sur y el Norte firmaron la paz de una guerra que duraba ya casi 22 a?os, aprovech¨® y se traslad¨® a Jartum para acabar secundaria y estudiar en la Universidad de Juba, que ten¨ªa su sede all¨ª porque Juba hab¨ªa sido destruida por el conflicto.
"Jartum estaba bien, la vida era m¨¢s barata que en Juba y por la calle los ¨¢rabes no pod¨ªan hacernos nada, a no ser que cometieras cualquier fallo, entonces la polic¨ªa te pegaba", asegura Kuan.
Cuando acab¨® la carrera, en noviembre del a?o pasado, Kuan regres¨® inmediatamente a Juba. ?l fue uno de los m¨¢s de 300.000 ciudadanos del Sur que volvieron desde el Norte ilusionados por la independencia de su pa¨ªs. "Envi¨¦ m¨¢s de 50 solicitudes a ofertas de trabajo del Gobierno y no recib¨ª ninguna respuesta", dice con una sonrisa ir¨®nica. "La gente del Gobierno solo da trabajo a familiares y amigos".
Finalmente, en abril consigui¨® un empleo en la Comisi¨®n de Desarme, Desmovilizaci¨®n y Reintegraci¨®n. "Es muy dif¨ªcil porque no hay trabajo para los excombatientes. El Gobierno debe invertir para crear empleo y que los desmovilizados tengan prioridad para conseguirlos. Si no, pueden retomar las armas y causar problemas".
Y el s¨¢bado, como decenas de miles de sus compatriotas, Kuan acudi¨® al mausoleo de John Garang, que lider¨® al Sur durante la guerra, para presenciar en vivo la ceremonia de independencia.
"La independencia es nuestra libertad total respecto de los ¨¢rabes, ahora por fin podemos gobernarnos a nosotros mismos", dice Kuan. "Y ahora mi objetivo es ahorrar y volver a mi poblado para trabajar como un peque?o agricultor. Eso es lo que quiero".
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