"No es igual discrepar con Israel que gritar 'jud¨ªos asesinos"
Comer con el presidente de la instituci¨®n jud¨ªa m¨¢s importante de Am¨¦rica Latina, la DAIA (Delegaci¨®n de Asociaciones Israelitas Argentinas), exige buscar un restaurante kosher, t¨¦rmino que hace referencia a una manera de preparar los alimentos y no a un tipo de comida. Aldo Donzi dudaba entre elegir un sushi kosher o una parrilla kosher. Al final, vamos a un t¨ªpico tex-mex, certificado, eso s¨ª, por el rabino Oppenheimer.
Aldo Donzi, que tiene un apellido que suena a italiano pero que procede de Rusia, est¨¢ decidido a que la DAIA se convierta en un punto de referencia, no solo de la comunidad jud¨ªa, sino tambi¨¦n de cualquiera que crea en la lucha contra la discriminaci¨®n, en todos sus ¨¢mbitos. "Queremos trasmitir nuestra experiencia y ahora participamos en proyectos contra la discriminaci¨®n de cualquier grupo social, ¨¦tnico o religioso", dice, sin darse tiempo a probar la comida.
El presidente de la mayor instituci¨®n jud¨ªa de Argentina combate la exclusi¨®n
La DAIA, que agrupa a 150 instituciones jud¨ªas argentinas, desde templos a escuelas o clubes deportivos, es una entidad ¨²nica en Am¨¦rica Latina, reconocida por la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y muy presente en la vida argentina. Publica cada a?o un libro con lo ocurrido en esos 12 meses en la comunidad hebrea, pero, de acuerdo con el giro que quieren darle Donzi y sus compa?eros de ejecutiva, el a?o pasado, por primera vez, el libro no se dedic¨® a la comunidad jud¨ªa, sino a 17 grupos que sufren discriminaci¨®n en Argentina, desde las mujeres hasta los homosexuales, pasando por los inmigrantes bolivianos o paraguayos. "Hacemos convenios con las autoridades p¨²blicas y con empresas privadas para garantizar que no hay intolerancia contra esos grupos. Somos absolutamente independientes", explica.
Estamos en pleno Palermo Chico, un barrio elegante de Buenos Aires donde existe una importante comunidad hebrea. Argentina es el tercer pa¨ªs del mundo (sin contar Israel) con mayor poblaci¨®n jud¨ªa. Son m¨¢s de 300.000, integrados desde hace m¨¢s de un siglo. Pero el antisemitismo sigue existiendo. "Quiz¨¢s ahora es pol¨ªticamente incorrecto manifestarse como antijud¨ªo, pero el sentimiento esta ah¨ª". Buenos Aires fue el escenario de dos de los peores atentados sufridos por esa comunidad en el mundo: una bomba contra la Embajada de Israel que caus¨® 29 muertos y casi 300 heridos en 1992 y el mort¨ªfero coche con explosivos que estall¨® al lado de la Amia, la mutual israelita-argentina, en 1994 y que quit¨® la vida a 85 personas. Ambos casos siguen sin estar resueltos judicialmente: "La impunidad crea inseguridad", mantiene Donzi, irritado por la reciente presencia en Bolivia de un ministro iran¨ª reclamado por Interpol como posible integrante del grupo que atent¨® contra la Amia.
El sentimiento antisemitase aprecia en las encuestas, explica Donzi. Seg¨²n un estudio de la Universidad de Buenos Aires, el 30% de los argentinos afirma que no le gustar¨ªa vivir al lado de un jud¨ªo. Tampoco de un boliviano, cuenta el presidente de la DAIA, reforzando su tesis sobre la necesidad de luchar contra toda intolerancia. "?Defender a la comunidad ¨¢rabe contra la discriminaci¨®n? Por supuesto, sin duda", asegura. "Nadie se convierte en antisemita por discrepar de la pol¨ªtica del Gobierno israel¨ª. Pero una cosa es discrepar y otra que esas manifestaciones acaben con gente gritando 'jud¨ªos asesinos' o que quieran borrar al Estado de Israel del mapa".
![Donzi: "?Defender a la comunidad ¨¢rabe? Por supuesto".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6W4E5G3A3J4IBGQMMYYVYHNFYM.jpg?auth=0bfb81040ba9d30b30dd75a7cdd0a630ed3e15da1ba6364fb8b0414c306607d5&width=414)
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