Salud aparca el decreto que regula la nueva gesti¨®n de los hospitales
La Junta frena la norma por la falta de acuerdo con los sindicatos
La Consejer¨ªa de Salud ha decidido aparcar el decreto de Unidades de Gesti¨®n Cl¨ªnica, que pretend¨ªa dar estabilidad al modelo de organizaci¨®n por el que ya se rigen m¨¢s del 80% de los profesionales de hospitales y centros de salud de la comunidad. La oposici¨®n frontal de los sindicatos, que han amenazado con fuertes movilizaciones si la Junta insiste en sacar adelante la norma, ha llevado al departamento que dirige Mar¨ªa Jes¨²s Montero a desistir, por ahora, de aprobar el decreto. Este freno no supone, seg¨²n sostienen fuentes de Salud, que se vaya a dar marcha atr¨¢s en el modelo de unidades de gesti¨®n, que seguir¨¢ siendo el que prime en la organizaci¨®n de los centros del SAS.
En los hospitales, centros de atenci¨®n primaria y ¨¢reas de salud mental de la comunidad hay ya constituidas 1.009 unidades de gesti¨®n cl¨ªnica. Alrededor de 60.000 profesionales trabajan bajo este modelo, que supone descentralizar la organizaci¨®n de los centros y aumentar la implicaci¨®n de los profesionales en la gesti¨®n de su departamento.
Las unidades cuentan con el apoyo de muchos m¨¦dicos y enfermeros que consideran que, desde que funcionan, ha mejorado el trabajo en equipo y la eficiencia del sistema. Pero el decreto que preparaba la Junta se ha encontrado tambi¨¦n con la oposici¨®n frontal de los principales sindicatos, que creen que el texto plantea una reforma en los ¨®rganos de gesti¨®n de la atenci¨®n m¨¢s cercana a la sanidad privada que a la p¨²blica.
La Consejer¨ªa de Salud lleva meses trabajando en el texto y el mes pasado present¨® un borrador que pretend¨ªa ser el punto de partida para llegar a un acuerdo con los sindicatos. Pero el texto, en lugar de calmar las cr¨ªticas de los representantes de los trabajadores, ha acabado reaviv¨¢ndolas, hasta el punto de que la Administraci¨®n considere imposible alcanzar un acuerdo.
Fuentes de la Consejer¨ªa aseguran que el objetivo era y sigue siendo contar con un decreto que de solidez al modelo. La idea de Salud era llevar el borrador a la mesa sectorial (donde se sientan la Junta y los representantes sindicales) y empezar a hablar sobre la base de ese texto. Pero, a la vista de las reacciones en contra, los responsables del SAS asumen que el acuerdo, por ahora, es imposible, por lo que han descartado incluso presentarlo en la mesa sectorial.
Y lo que tambi¨¦n tiene claro Salud es que no se va a hacer una norma que no cuente con el visto bueno de los sindicatos y que pudiera reeditar el conflicto vivido con el decreto de reordenaci¨®n del sector p¨²blico. Por eso, los responsables del SAS ya han informado a los directores de los hospitales y de las unidades de gesti¨®n de que, por ahora, el decreto se aparca sin fecha. Con todo, fuentes de Salud aseguran que el objetivo es retomar el proyecto m¨¢s adelante. Mientras, las unidades de gesti¨®n cl¨ªnica seguir¨¢n funcionando como hasta ahora.
Un modelo consolidado con adeptos y detractores
El modelo de unidades de gesti¨®n cl¨ªnica empez¨® a implantarse en Andaluc¨ªa en 1998, pero ha sido en los ¨²ltimos a?os cuando se ha generalizado como forma de organizaci¨®n de los hospitales y los centros de salud impulsado, adem¨¢s, por la Ley estatal de Ordenaci¨®n de las Profesiones Sanitarias.
Los defensores de esta forma de organizaci¨®n, que da m¨¢s autonom¨ªa a cada ¨¢rea cl¨ªnica, aseguran que resulta m¨¢s eficiente en el d¨ªa a d¨ªa que la cl¨¢sica jerarqu¨ªa vertical, no solo desde el punto de vista cl¨ªnico sino tambi¨¦n econ¨®mico. Cada unidad firma un acuerdo anual de gesti¨®n con la direcci¨®n de su centro que recoge los objetivos del ejercicio, pero muchos profesionales ven el texto como un instrumento necesario para fijar puntos que ahora no est¨¢n claros. Por ejemplo, qui¨¦nes pueden dirigir las unidades (m¨¦dicos y enfermeros) o qu¨¦ funciones tiene el director o el Consejo.
Sin embargo, los sindicatos creen que el decreto otorga a los directores de las unidades el poder absoluto en la planificaci¨®n de los recursos y abre la puerta al "enchufismo" a frente de las unidades.
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